Para recordarle he querido rescatar este precioso boceto que hizo para su mausoleo en el Cementerio de Chinchón, porque en él le vemos en plena madurez junto a su Isabel, con la que ya descansa para la eternidad.
Aunque son malos tiempos para proyectos culturales, queremos ser optimistas y esperamos que el deseo de Eduardo de que sus obras quedasen como su legado a Chinchón sea hecho realidad por sus familiares y por nuestras autoridades municipales que son los que pueden conseguir que se cumplan los deseos del artista.
Los amigos de Chinchón y de Granada, le seguiremos recordando.