Y no hay manera...
Que no puedo estar contento.
El eco insiste:
¡ Y quien pudiera !
Ha empezado mi lamento
con aire de jota triste y no hay manera.
La niña llora
porque ya no sabe amar.
Se oye su queja
hora tras hora.
Porque se olvidó regar
el geranio de su verja,
la niña llora.
¡Pobre ventana!
Ha perdido la fragancia
de aquella planta
fresca y lozana.
La niña desde su estancia
porque está triste no canta...
¡Pobre ventana!
Y no hay manera.
Que no puedo estar contento.
- El eco insiste:
¡ Quien pudiera ! -
Como a la niña del cuento
mi geranio quedó triste...
¡ Y no hay manera !
La poesía es de José Manuel de Lapuerta.
La fotografía es una ventana en Ronda, de Manolo Carrasco.