Eduardo Carretero cultivó una buena amistad con don Moisés Gualda Carmena, que fue cura párroco de Chinchón, y muy entendido en arte. Eduardo le hizo un retrato en terracota y don Moisés le escribió en latín este epitafio:
DA NOBIS DÓMINE
BEATI OCCURSUS
QUI IN AETERNUM
PERMANET PACEM
ET LAETITIAM.
que figura en la tumba que Eduardo hizo a su esposa Isabel y donde él piensa descansar a su lado.Un día, don Moisés le comentó la falta de decoración de la puerta lateral de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Chinchón y Carretero pensó que una imagén de laVirgen podría solución, y empezó a trabajar en una pieza de piedra de Colmenar que tenía en el jardín de su casa. Representó a la Virgen asunta al cielo, acompañada por cuatro ángeles que sostienen su corona y uno de ellos porta una la fábrica de una iglesia, que bien podría ser la de Chinchón. Entonces Carretero, en un discurso que pornunció en su Granada natal, con motivo de su nombramiento de Académico Honorario de la Real Academia de Bellas Artes Nuetra Señora de las Angustias, dijo de esta escultura: “En la actualidad, en la que consagro fuerza y voluntad a la conclusión de una Virgen en piedra de Colmenar, considero que los ángeles, con una secreta intención que no se podría hacer objetiva ni expresa, han elegido su propio lugar en la composición del conjunto, imponiendo el valor expresivo que las oquedades de la piedra llevaban consigo”.
El caso es que Eduardo terminó su Virgen que había creado pensando en la puerta de la Iglesia de Chinchón. Entonces don Moisés, ya estaba enfermo y no pudo imponer su criterio, cuando “entendidos” de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, estimaron que la imagen no se adecuaba al estilo arquitectónico de la iglesia.
Entonces llegaron a Chinchón los responsables de la Iglesia de San Francisco Javier de Pamplona, que había decorado Eduardo Carretero en el año 1952, y le convencieron que una de las fachadas de esta Iglesia sería el lugar adecuado para instalar la imagen de la Asunción de la Virgen y allí se puede admirar esta obra de Eduardo Carretero, que los “responsables” no quisieron para la iglesia de Chinchón.
Os dejo una fotografía de la imagen, otra de la ubicación actual y para terminar un montaje de la idea que tenían Eduardo Carretero y don Moisés de cómo podría quedar el pórtico de la fachada lateral de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Chinchón.