Cuando el recuerdo se convierte en añoranza, la ausencia de lo que se desea, se transforma en un amor más grande.
José Manuel de Lapuerta.
Murmuraciones.
Roma, 11 de Noviembre de 1959
Dicen que ya tus trigos no recuerdan
los gritos de los surcos a mi paso.
Y, sin embargo, yo ¡ los quiero tanto !
Dicen que ya las aguas de tus fuentes
han olvidado el beso de mis labios.
Y, sin embargo, yo ¡ las quiero tanto !
Dicen que las palomas de tu Iglesia
no saben ya el camino de mis manos,
Y,sin embargo, yo ¡ las quiero tanto !
Dicen que el niño siempre olvida pronto
y es floja la memoria del anciano.
Y, sin embargo, yo ¡ los quiero tanto !
Dicen que yo, Chinchón, ya no te quiero,
que estoy lejos... que han pasado los años.
Y, sin embargo, yo ¡¡ te quiero tanto !!