EL FOTÓGRAFO

"Predes" era fotógrafo; mejor dicho, "Predes" se hizo fotógrafo por necesidad. Pero bueno, es mejor que empiece por el principio. 

"Predes", en realidad se llamaba Predestinación Ildefonso Sansegundo de las Olivas, pero desde pequeño en casa todos le llamaron "Predes", sin duda para abreviar.
Y hay que decir, sin más dilación que Predes era un poco fantasma. No, no es que le gustase presumir, no; que sin saber muy bien por qué, no se reflejaba en los espejos ni salía en las fotos. Por eso, desde muy pequeño, el se ofrecía siempre para hacer las fotos y así no se ponía en evidencia. Lo mismo que había amigos que siempre eran los que ponían el tocadiscos en los guateques, posiblemente porque no sabían bailar, el era el encargado de hacer las fotos del grupo, y así poco a poco se fue labrando una justificada fama de buen fotógrafo y, casi sin darse cuenta, encontró la profesión, que a decir de todos, le venía como anillo al dedo.

Cuando si tuvo un gran problema fue el día de su boda; dijo que solo el podía hacer las fotos y la novia salió guapísima en todas, pero siempre sola. Luego, para el salón de su casa, encargo un óleo a un amigo suyo pintor, y esa fue la única representación gráfica que le sobrevivió. 

Bueno, esa y un dibujo a plumilla que le hicieron para el carnet de identidad, cuando los funcionarios se percataron que era imposible que saliese en ninguna de las fotos que intentaron hacerle en la comisaría.

Aunque esa anomalía por su carencia de imagen fue el secreto mejor guardado de su familia, todavía sus descendientes hablan de aquel abuelo tan raro que no se reflejaba en los espejos ni salía en las fotos pero, sobre todo, porque se llamaba Predestinación, aunque en casa le llamaba "Predes", sin duda para abreviar.

HACER RUIDO

Ayer sábado unos cuantos centenares de personas se acercaron hasta la planta de compostaje de Villaconejos, para "hacer ruido" y que nadie se olvide de la "espada de Damocles" que pende sobre las "cabezas" de nuestro pueblo.

Además, a través de un bando, el ayuntamiento informó de las acciones que se han llevado a cabo para que además del "ruido" se busquen soluciones reales para el problema.

La Vanguadia y ABC han dado noticia de esta concentración que también ha tenido eco en alguna emisora de radio.

Por el bando del ayuntamiento hemos tenido noticia del requerimiento que se hizo al Ayuntamiento de Villaconejos para conocer la documentación que se había presentado para obtener la oportuna autorización de la planta.

Sin tener toda la información que posiblemente sea necesaria, yo me pregunto si no hubiera sido más rápido, directo y eficaz haber solicitado esta información directamente a la Comunidad de Madrid, donde debe constar toda la documentación aportada por todas las partes, y no hubiera hecho falta esperar a que se cumpliese el plazo del "silencio administrativo" al que, parece ser, se ha acogido el Ayuntamiento de Villaconejos.

He recibido una aclaración, que comparto con mucho gusto:

"Respecto a la última publicación que realizas en tu página del Eremita me gustaría especificar que el expediente sobre la planta de compostaje fue solicitado a la Comunidad de Madrid desde un primer momento. Por tanto, la actuación que aconsejas fue realizada nada más tener conocimiento del asunto. Te ruego lo tengas en cuenta ya que estás dando una información/opinión totalmente incompleta y equívoca. Como siempre, me encuentro a tu disposición para aclararte el asunto e incluso darte los datos que me solicites, siempre y cuando ello sea posible" 

Queda dicho.

LAS ROSAS DE MI JARDÍN

LAS ROSAS...

pueden tener espinas...

Hay quienes dicen que su sabor es amargo...

Pero todos, siempre, recordamos su aroma...

Porque una rosa....

... es una rosa...

Como todos los años, os he querido mostrar las primeras flores de mi patio.

LA JOTA DE CHINCHÓN.

"El manteo del pelele". Esta fotografía fue portada en el periódico ABC, allá por los años 60 del siglo pasado.

El 28 de abril, con motivo de la proclamación de Chinchón como uno de los pueblos más bonitos de España, el grupo folklórico de Chinchón interpretó, una vez más la jota de Chinchón. Hubo quienes preguntaron por la letra completa de la jota.

Para los que no la conozcan, aquí esta, en una publicación que se hizo en un folleto con motivo de una reunión de coros de la comarca,

EN EL ESTUDIO DE JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ.

Me habían dicho que José Antonio tenía una buena mano... para esto de la escultura....

Ahora, también se ha atrevido con la madera...

Una muestra en un árbol de su jardín...

Y un recuerdo para su maestro Eduardo Carretero...

En otro árbol, este sí, cortado, un hombre parece asomarse al exterior....

Y no podía faltar su búho policromado...

Ni el nido de búhos sobre una cepa... casi en el tejado....

Y el adiós de nuestro "paisano" que nos despidió a la salida....

EL MALETILLA

Especioso Salvatierra e Hinojosa, era oriundo de las tierras de Salamanca donde la afición taurina había calado en los jóvenes de aquel pequeño pueblo de apenas ciento veinte habitantes, la mayoría dedicados a la labranza de las tierras, por cierto, de una excelente calidad para el cultivo del garbanzo.

El joven Especioso no es que estuviese ufano por su nombre, es que maldecía a diario la mala fortuna de haber tenido un abuelo que fue así bautizado por un cura anciano, que llegó al pueblo y era muy devoto de aquel santo romano, y que estuvo dudando si poner ese nombre al pequeño o decidirse por el de Usuardo o Garonio que eran los que preferían los padres, muy letrados en el Martirologio Católico. 

Cuando creció el joven Especioso y se inició en las letras, supo también que su nombre tenía un significado poco apropiado para un joven de tan buena familia, pues el diccionario lo describía como artificioso y engañoso.

Era, sin embargo, nuestro protagonista de facciones gráciles, es esbelta figura y de elegantes ademanes que, según el decir de sus menguados convecinos, no se correspondían con un nombre tan poco habitual e inapropiado para el pobre adolescente, que ya por entonces mostraba una inusitada afición por el arte del toreo y hasta se había atrevido a practicar con una vaquilla en el tentadero de una ganadería del pueblo de al lado al que había sido invitado por un tío abuelo de su mejor amigo.

Aunque el muchacho mostró valor, buenas maneras y un donaire poco habitual en un principiante, le aconsejaron que si quería triunfar en este difícil arte de Cuchares, debería cambiarse el nombre, porque no había memoria de que antes hubiese triunfado nadie con un nombre tan raro que más parecía identificarse con el de un vendedor de productos culinarios.

Decidió que a partir de entonces se llamaría "Pochocho", que no es que fuese tampoco muy taurino pero, al menos, era sonoro y era como le conocían sus amigos que muy pocos sabían su verdadero nombre.

El caso es que no llegó nunca a vestir el traje de luces y tuvo que contentarse con presumir, cuando venía al caso, de su etapa de maletilla; pero en cambio conservo el  apodo para toda la vida, y nadie recordó nunca más su casi desconocido nombre.

UNA PALOMA BLANCA.

De vez en cuando, me gusta pasarme por el taller de José Antonio Martínez. Allí va conformando una exposición permanente de las obras que va realizando poco a poco. 

Me habían dicho que había terminado una paloma blanca en mármol que estaba a punto de iniciar su vuelo hacia tierras gallegas; sin duda para ir al encuentro de alguna "anduriña" viajera, hasta llegar a Orense, a casa del amigo Angel Latas, que sin duda la acomodará en un lugar privilegiado de la capilla de su casa.

Un detalle de una de las alas de la paloma

Junto al boceto en escayola

La parte posterior de la paloma, que parece iniciar su vuelo hacia Galicia.

En los próximos días os mostraré algunas de las obras que me encontré en el estudio.

FOTOGRAFÍAS CON RECUERDOS y III

BAJANDO POR EL LICEO

Y esta es la tercera fotografía de aquella primavera del año 65. En ellas podemos ver a estos cinco jóvenes, turistas adelantados, que nos visitaron hace, ahora, 52 años. Eran seis; el que falta es mi amigo Miguel Angel, el fotógrafo, que además es el que me ha facilitado las fotos que os he ido mostrando estas últimas semanas.

Es una fotografía que hoy no se puede repetir. Bajando desde la plaza de Santillán, por la Travesía de Zurita, ahora hay una construcción que no permite ver la iglesia desde allí. 

Es una fotografía que ilustra lo que fueron aquellos años de finales de la posguerra, cuando Chinchón iba deteriorándose poco a poco y mostraba este panorama de suciedad y casi ruina, del que poco a poco pudimos ir saliendo. Dos años después se iniciaría la rehabilitación de la plaza; poco después, se comenzaría la construcción del Parador de Turismo, y el ejemplo de estos seis jóvenes fue secundado por millares de turistas, que son los que nos visitan ahora.

Quiero dar las gracias a Miguel Angel G. Huete, un excelente fotógrafo, por haberme dado la oportunidad de recordar el Chinchón que ya casi se iba desvaneciendo de mi memoria.

Como muchos de vosotros podrá haber advertido, esta fotografía ha sido utilizada, con permiso del autor, para la portada del libro que recoge los premios de los año 2015 - 2016 del Concurso de Investigación y Memorias sobre Chinchón y su Comarca.

LA VIGA EN EL OJO.

Escribe Arcadi Espadas que la mayoría del pueblo catalán ha perdonado el robo de Pujol y Penafreta. Este es el titular, porque yo no suelo leer los artículos de este señor con quien no comparto la mayoría de sus opiniones.

Pensando un poco, también los del Partido Popular han perdonado a los implicados en la Gurtel, en la Púnica y en las distintas tramas, como los del PSOE perdonaron a Griñan y compañía lo de los ERES, y a Monedero, Errejon y los suyos, los partidarios de Podemos perdonaron sus "cosillas".

Un dibujo de Cristina Catalán

Si, ya se que las pajas se ven mejor en el ojo ajeno; y que no todas las pajas y las vigas son del mismo calibre, pero esta forma de actuar del respetable indica cómo todos debemos tener un filtro en nuestros ojos que está programado para no dejarnos ver los defectos de los nuestros y realzar los de los otros.

El gran problema es que ninguno parece que estamos dispuestos a reconocerlo.