Hay entrevistas que te cuestan mucho trabajo y que a la vez te gustan hacer. Este es el caso. Me cité con Manolo Carrasco, como no podía ser de otra manera, en los soportales de la plaza de Chinchón.
Es un martes de principios del mes de julio, el verano parece que ha llegado ya, y se agradece el frescor de la piedra cuando te sientas en los escalones de los soportales. El reloj de la torre acaba de dar, por segunda vez, las doce campanadas, con unos segundos de retraso, porque ya se sabe que el reloj de la torre atrasa en las horas completas y adelanta en “las medias”, porque en el primer caso la manecilla del minutero tiene que subir y en el segundo caso, va “cuesta abajo”.
En las mesas que los bares han colocado en los soportales, algunos “turistas” almuerzan su tostada con tomate y aceite y el cafetito con leche, aunque algunos ya se atreven con el aperitivo: una caña y alguna ración típica de la casa, que les ha recomendado el camarero.
Nosotros nos sentamos sobre la piedra, mirando a la plaza. También ha sonado la campaña avisando que es la hora del “ángelus”; unos coches que salían de la plaza han tenido que esperar a que entrase un camión de reparto de bebidas. Hoy es uno de esos días en los que la plaza está convertida en macro-aparcamiento con el consabido deterioro del firme y la contaminación paisajística, que afea nuestra plaza. Y ya que hablamos de contaminación paisajística, ¿Hasta cuando estará la grúa delante de la fachada de la Iglesia?
Nos saludamos. Somos viejos conocidos y siempre nos hemos apreciado mutuamente.Yo siempre viví en Chinchón y él tuvo que emigrar a Madrid por motivos laborales. Ahora, después de jubilado, podemos verle más a menudo por la plaza.
- ¿Cómo llevas lo de la jubilación?
- Como su nombre indica con júbilo. Ahora me puedo dedicar a lo que siempre me ha gustado; la pintura, la fotografía.. pero sobre todo, escribir.
- ¿En qué te sientes más cómodo cuando escribes?
- Yo siempre había escrito cuentos desde pequeño. Luego escribí artículos de opinión en algunas revistas, como Fuentearriba, y después me centré en estudios históricos; últimamente me he atrevido a escribir la novela “Los velos de la memoria” que tú has publicado en tu blog.
- ¿Por que te has centrado en Chinchón en tus trabajos históricos?
- Porque era lo que tenía más cerca, tanto física como sentimentalmente. Yo no soy profesional de la historia y sería un atrevimiento querer abarcar aspectos más amplios. A la hora de investigar hay que plantearse objetivos más concretos para poder profundizar en ellos.
-¿Hay mucha bibliografía sobre Chinchón?
- Bastante. Hay que resaltar los trabajos de don Paulino Álvarez-Laviada y don Narciso del Nero, que nos dejaron dos trabajos imprescindibles a la hora de abordar la historia de Chinchón. Ninguno de los dos era profesional de la historia y por tanto sus trabajos adolecen de “técnica”, pero lo suplen con su amor hacia Chinchón. Ambos libros son difícil de leer, pero contienen gran cantidad de información de los documentos que se guardan en el Archivo Histórico de Chinchón.
- ¿Aparte de éstos?
- Yo destacaría "Toros en Chnchón" y "Goya en Chinchón" de Carlos Alonso Herreros; el primero escrito con J.M.Sanchez Vigil , y el segundo con Raúl Alonso. Aparte de estos, hay muchos que no aportan casi nada nuevo al conocimiento de la historia de nuestro pueblo, aunque tengan detalles interesantes. Lo que hay que lamentar es que en alguna publicaciones se aporten datos erróneos, que después se siguen “copiando” en nuevas publicaciones y en informaciones, incluso oficiales, que navegan por internet.
- ¿Como cuáles?
- Por ejemplo, el decir que Felipe V fue “proclamado” rey en la plaza de Chinchón, cosa imposible porque sólo las Cortes Generales pueden “proclamar” a un rey. Como mucho, fue “aclamado” como rey en la plaza de Chinchón...
El resto de publicaciones sobre Chinchón, las has recogido en tu blog... y algunas de ellas son muy interesantes...
Quiero destacar la gran labor que se está haciendo desde la biblioteca, manteniendo el Concurso de Investigación sobre Chinchón y su Entorno, de donde están saliendo informaciones y trabajos que están ampliando el conocimiento sobre la historia de nuestro pueblo.
- Manolo se embala cuando habla de la historia de Chinchón, pone tanto entusiasmo como si hablase de fúlbol. ¿Por cierto, tú también jugabas al fútbol?
- Sí, y no era demasiado malo. Entonces eran otros tiempos, pero formamos un equipo bastante conjuntado. Recuerdo la delantera: “Chuli” Carrasco, Antonio “El Hoski”, “Cheito”, yo, de interior izquierda, y Joaquín “El relojero”.
Lo dejamos por hoy, y Manolo se va a comprar el pan a la Panadería de Sole la de los Gallegos, es una de las obligaciones que tiene asumidas en su nueva vida de jubilado.
(El reportaje gráfico es de Juan Vázquez)