¡España está en peligro!
¡Los toreros son unos criminales!
¡Piden que se salve a los toros y no claman contra el aborto!
¡Nos quieren quitar la fiesta nacional!
¿Y qué mas?
A muchos les interesa que las cosas se saquen de quicio, porque con ello buscan su beneficio, y sólo pretenden llevar la controversia a su terreno.
!España se rompe!
¡Todos los que defienden las corridas de toros, son unos sádicos!
¡Prohibir las corridas de toros es un atentado contra la unidad de España!
¿Y qué más?
Entre las muchas paridas que he escuchado estos días, me parece que una de las opiniones más sensatas es la de Juan Cruz en su blog, que titula:
Toros de España.
“Con respecto a la polémica sobre si deben o no prohibir los toros tengo esto que decir:
1. No se deben prohibir.
2. No se deben estimular.
3. Si se consumen, como en Canarias, que se consuman; mientras haya gente que quiera verlos, que los vean.
4. Si se permiten se acabarán antes.
5. Los empresarios taurinos de Barcelona están deseando que los prohiban, dicen, porque cada día son menos negocio.
6. Me molesta produndamente esa relación automática que establecen muchos entre rechazo a los toros y nacionalismo.
7. Hay muchísima gente no nacionalista (ni española, ni catalana, ni nada) que no quiere que haya toros.
8. Desprecio como pocas teorías la teoría de que quien está contra los toros está contra España. Es como si no te gusta el jamón serrano o el chorizo o, en Francia, el queso Camembert y en Italia la mortadela de Bolonia y eso resultara sinónimo de antipatriotismo español, francés o italiano. Las patrias, qué pereza.
9. Es una polémica cansina y estúpida que sólo revela que, a pesar de la crisis y el desempleo y otras cuestiones verdaderamente graves, la gente se entretiene con dos de pipas.
10. Uf, qué cansancio”.
Amen.