En varias ocasiones me he referido ya a Benito Hortelano. Había nacido en Chinchón el día 3 de abril de 1819 (dicen que a las diez de la mañana) y fueron sus padres D. Juan Hortelano y dña. Josefa Valvo, que antes habían tenido ya doce hijos más. En sus “Memorias” nos describe así a Chinchón:
"Una campiña fértil y pintoresca, inmensos viñedos, olivos y tierras de panllevar componen la jurisdicción de esta villa, que está blasonada con los títulos de Muy Noble y Muy Leal. Exquisitas y abundantes aguas se encuentran en todo su distrito. Huertas y jardines riegan aquellas aguas, y convidan sus arboledas, de antiguos y copudos álamos negros, a pasar deliciosos días de campo bajo su fresca sombra y al arrullo de sus cristalinos arroyuelos que entre el verde césped serpentean. La variedad de pájaros que tímidamente se posan en los tristes y abatidos paraísos arrullan con sus melodiosos trinos la imaginación de los dichosos moradores de la noble villa. El ruiseñor, el jilguero, la alondra, el pardillo y otra variedad de inocentes avecillas tienen allí sus placeres."
"Una campiña fértil y pintoresca, inmensos viñedos, olivos y tierras de panllevar componen la jurisdicción de esta villa, que está blasonada con los títulos de Muy Noble y Muy Leal. Exquisitas y abundantes aguas se encuentran en todo su distrito. Huertas y jardines riegan aquellas aguas, y convidan sus arboledas, de antiguos y copudos álamos negros, a pasar deliciosos días de campo bajo su fresca sombra y al arrullo de sus cristalinos arroyuelos que entre el verde césped serpentean. La variedad de pájaros que tímidamente se posan en los tristes y abatidos paraísos arrullan con sus melodiosos trinos la imaginación de los dichosos moradores de la noble villa. El ruiseñor, el jilguero, la alondra, el pardillo y otra variedad de inocentes avecillas tienen allí sus placeres."
Estas Memorias las escribió en el año 1860 cuando tenía 41 años. Moriría, después, cuando le faltaba menos de un mes para cumplir los 52. Su vida había sido azarosa, llena de sobresaltos y de avatares, estaba en tierras lejanas y, la melancolía se debió de apoderar de él en uno de esos días en que la nostalgia es más fuerte que la realidad y le llevó a idealizar su pequeño y lejano pueblo, allá en la meseta castellana. O mucho ha cambiado Chinchón, o no se le puede reconocer en la bucólica descripción de nuestro intrépido paisano.
"El pueblo está construido en una angosta cañada y terreno muy quebrado; las calles están empedradas y son inaccesibles para carruajes por su ásperas pendientes. Hay una Casa Municipal, una plaza espaciosa con balcones corridos y de tres o cuatro pisos (¿?). Dentro del pueblo existen tres fuentes públicas y varias particulares. Hoy (1860) hay dos cafés, varias alojerías, o sean establecimientos de helados, por cierto que los tienen bien exquisitos desde tiempo inmemorial. Existen dos Sociedades o Casinos literarios y de baile. Hay un teatro como para 600 personas, una cancha de pelota y otros establecimientos, posadas, billares, etc."
El teatro a que hace referencia no es el actual dedicado a Lope de Vega, que se inauguró en el año 1891, construido por la Sociedad de Cosecheros de Chinchón en la parcela de la Plazuela de Palacio que compraron a la condesa de Chinchón, y que había sido el solar del primitivo palacio de los Condes. El teatro citado debió de estar ubicado en los Alamillos y que posteriormente se dedicó a salones de baile.
"Antiguamente había muchas fábricas de paño, que fueron muy renombradas; 22 fábricas de jabón, que también tienen mucha fama y 14 molinos de aceite. De las primeras no existe ninguna; de las segundas quedan algunas.Hay fuertes y sólidos capitales, pues sus frutos, que consisten en vinos y legumbres, tienen un excelente mercado en Madrid, al que abastecen en no pequeña cantidad, particularmente en vino y aguardiente de anís, que con tanta justicia es celebrado; patatas, ajos, melones, judías, etc., son los productos que suministran a la Corte. El trigo, aceite y otros artículos, todos necesarios a la vida, se dan en abundancia para su consumo y algo más, por lo que no tienen que importar de afuera sino géneros manufacturados. El calzado se fabrica en el pueblo y los cueros se curten en las tenerías allí existentes. Con dificultad se encontrará un pueblo que tenga menos necesidades de afuera que éste, porque los géneros toscos, que son el mayor consumo, también se hilan y fabrican en él".