Juan Vazquez es el autor del libro “La desafección social hacia los partidos políticos”, del que ya os hablé en este mismo blog, el día 5 de julio de 2011 cuando se publicó, y lo podéis encontrar en este enlace:
http://manolo-eleremita.blogspot.com.es/2011/07/la-desafeccion-social-hacia-los.html
http://manolo-eleremita.blogspot.com.es/2011/07/la-desafeccion-social-hacia-los.html
Además edita una página web www.enliza.es: http://www.enliza.es/INICIO/inicio.php en la que recoge trabajos propios y ajenos de interés cultural y social.
Hoy os quiero recomendar un estudio en profundidad titulado: TRABAJO HUMANO V.02 [Equipo enLIZA (2014)].
En este estudio, el Equipo enLIZA presenta una serie de reflexiones, que ayudan a comprender la devaluación del factor trabajo en nuestros días, así como la escasa relevancia del concepto clase obrera frente a los poderes financieros que operan a nivel mundial.
En el estudio podemos leer:
“Las democracias de los países occidentales han degenerado paulatinamente desde sus orígenes. Las primeras democracias en el siglo diecinueve tuvieron el mérito de propiciar la expresión de la voluntad de los ciudadanos contando con unos medios de comunicación y de transporte realmente precarios. El sistema tenía lagunas e imperfecciones pero satisfacía las necesidades de los ciudadanos en aquel momento histórico. Los ciudadanos de las pseudodemocracias de nuestros días no entienen porqué solo pueden votar cada cuatro años cuando en los cajeros automáticos de los bancos o a través de internet mediante ordenadores o teléfonos móviles, pueden realizar, a diario, todo tipo de gestiones y expresar perfectamente su voluntad en cualquier foro”.
Habla también del tremendo incremento del poder financiero: “La expansión del poder financiero a nivel mundial se ha producido tras la puesta en marcha de mecanismos tales como la libertad de movimiento de capitales, la deslocalización de la producción o la eliminación de trabas al comercio mundial.
Estos mecanismos han podido tener lugar a escala global tras el fracaso de los modelos de producción socialistas y la consiguiente caída o transformación de los correspondientes regímenes políticos. En paralelo, ha jugado un papel primordial la ideología neoliberal -elaborada, publicitada y aplicada sistemáticamente en las últimas décadas sin tregua alguna- que ha propugnado la eliminación de los controles sobre los centros de poder financieros y las empresas transnacionales con las consecuencias que todos conocemos. De esta manera se han adoptado numersos acuerdos multilaterales que han asentado la libertad de movimiento de capitales y de mercancías, lo que no ha sucedido en relación con la libertad de movimiento de las personas (salvo que acepten ser tratados como cuasiesclavos), fuertemente restringida a pesar de que durante un tiempo se predicó lo contrario para vender las bondades de la globalización”.
Y termina hablando de las consecuencias del capitalismo financiero global: “El modelo de capitalismo financiero global está conduciendo a la humanidad hacia escenarios extremadamente perniciosos. Son numerosas las publicaciones que abordan esta cuestión por lo que, a modo de síntesis, cabe relacionar los aspectos más relevantes:
Aumento de la desigualdad económica a nivel mundial. La desigualdad económica es el factor más importante que conduce a la mayoría de desigualdades sociales. Para medir la desigualdad económica pueden utilizarse diversos tipos de indicadores, siendo los más utilizados los índices de Gini y de Theil de los que, dada su dificultad matemática, baste decir que sirven para analizar la distribución de ingresos de las personas por países y que, en los últimos tiempos, ha evidenciado el creciente aumento de la desigualdad a nivel mundial”.
Y aporta algunos datos:
“La mitad de la riqueza mundial está en manos del 1% de la población; la otra mitad se reparte entre el 99% restante (Intermón-Oxfam enero 2014). Casi la mitad de la riqueza mundial está en manos de sólo el 1% de la población. Esto nos demuestra una concentración extrema de riqueza en una minoría que no tiene precedentes en la historia moderna.
La riqueza del 1% de la población más rica del mundo asciende a 110 billones de dólares, una cifra 65 veces mayor que el total de la riqueza que posee la mitad más pobre de la población mundial (Intermón-Oxfam enero 2014).
La mitad más pobre de la población mundial posee la misma riqueza que las 85 personas más ricas del mundo (Intermón-Oxfam enero 2014).
El 8% de las personas que disponen de mayores recursos en el mundo acaparan hasta el 50% de todos los ingresos del planeta (Banco Mundial 2013).
El 0,5% de la población mundial controla el 35% de la riqueza (FMI 2013).
Tras el pago de impuestos y cargas sociales, el 10% más ricos de la población de la OCDE ganaron 9,5 veces más que los 10% más pobres (OCDE 2010)”.
Para terminar detallando las posibles consecuencias:
-Aumento del desempleo y precarización del trabajo en los países desarrollados.
-Destrucción del medio ambiente.
-Anarquía de la producción.
-Inestabilidad financiera y económica.
Cuestiones, todas ellas que aparecen a diario en los medios de comunicación y que están presentes en nuestras conversaciones.
Un trabajo que podéis encontrar en la página web que os he comentado y que nos muestra una lúcida incursión en la situación coyuntural en la que nos encontramos, que podría ser comparada con la de la aparición de la revolución industrial del siglo XIX.