- Pasa, hijo, te estaba esperando.
- ¡Hola, papá! Te he llamado antes, porque no sabía si pensabas salir esta mañana.
- Pues sí, tenía pensado salir para hacer algunas compras, pero si mi hijo quiere hablar conmigo, no hay nada más importante...
- Te encuentro muy bien... tu cambio de imagen ha sido espectacular... estás mucho mejor sin la barba canosa que te hacía mucho más viejo... te has quitado, por lo menos, de ocho a diez años... Nada, que estás como un chaval...
- Gracias, Miguel, te agradezco mucho tu opinión... tú, en cambio, me tienes preocupado, te has descuidado un poco, trabajas demasiado y estás algo demacrado, tenías que divertirte un poco más, ahora que eres todavía joven...
- ¡Qué cosas tienes, papá! Si yo no me ocupo de la fábrica, ¿quién lo va ha hacer? Parece que ya no te acuerdas de cuando tú vivías sólo para el trabajo... Sobre todo desde que faltó mamá...
- Pero tú todavía tienes a Matilde... que, por cierto, el otro día me dijo que estaba preocupada porque no te hacías la revisión médica desde hace dos años...
- Son cosas de mujeres, que no pueden remediar su instinto maternal, pero no te preocupes que yo me encuentro bien...
- Me alegro, hijo, me alegro, yo lo único que quiero es que estéis todos bien....
- Me estoy fijando que también has hecho cambios en la casa... estos sillones son nuevos... y esos cuadros, que has puesto donde estaban los retratros de los abuelos, son preciosos... conjuntan perfectamente con las cortinas y el tresillo... tú nunca te habías ocupado de estas cosas....
- Ni ahora tampoco. Son cosas de Mari Pili. A ella se le da muy bien la decoración... Un poco caro me han salido, pero ella dice que son una buena inversión, porque son de un pintor muy cotizado que ya ha expuesto en Ansorena, y que el mes que viene lo va a hacer en Nueva York...
- De eso, quería yo hablarte...
- ¿De Nueva York?
- No, de Mari Pili... Vengo, también, en representación de Elena y de Emilio, como soy el mayor, me han comisionado para hablar contigo...
- Pues soy todo oídos... tú, dirás...
- Elena nos ha dicho que piensas casarte con Mari Pili... ¿Es verdad, papá?
- Pues sí, es verdad. El mes pasado le propuse matromonio y me ha contestado que sí... Nos casamos dentro de tres meses, concretamente el día 15 de marzo, a las doce de la mañana en el Ayuntamiento... ya he hablado con el concejal de cultura y está encantado con presidir la ceremonia...
- ¡Papá!...¿Sabes, lo que vas a hacer? ¿Piensas que Mari Pili está enamorada de tí? ¿Tú crees que eso tiene futuro?...
- Más despacio, más despacio, Miguel; no hagas tantas preguntas seguidas, que no sé si voy a ser capaz de recordarlas todas... Sí, sé muy bien lo que voy a hacer... Desde que murió tu madre, y sobre todo, desde que me jubilé y os dejé a vosotros el negocio, me estaba muriendo de asco en esta casa... al principio, iba de vez en cuando por la fábrica, pero enseguida comprendí que allí sólo incordiaba... y un día vino por aquí Mari Pili con tu hermana... ya la conoces, es una chica muy simpática... y además está como un tren...
¿Y por qué crees que ella te ha dicho que sí?
- Pues muy sencillo porque, como tú has reconocido, estoy hecho un chaval con mi cambio de imagen... No, hombre, no. Porque soy una persona simpática, educado, con don de gentes, cosmopolita... y porque tengo el dinero suficiente para darle una vida que no le podría ofrecer ninguno de los amigos que conoce... ¿La otra pregunta era que si ésto tiene futuro?... como mucho... ocho a diez años... porque yo no pienso que vaya a durar mucho más....
- Pero, papá, sí sólo tiene veintiocho años... ¿De verdad piensas que puedes satisfacer todas, todas, sus necesidades?
- Ella dice que sí... y una de dos, o es sincera... o sabe mentir muy bien...
- Papá, yo pensaba que tu siempre habías sido una persona sensata y equilibrada, pero ahora creo que te has vuelto loco... ¿No te das cuenta que estás haciendo el ridículo? ¿No ves que es patético que, a estas alturas, te quieras agarrar a una quimera ridícula, que te va a poner en evidencia ante todo el mundo...? Si quieres darte un homenaje y disfrutar de una mujer joven estás en todo tu derecho, pero para eso no tienes que casarte... Hay muchas que por unos cuantos euros te van a dar todo lo que quieras... y al día siguiente si te has cansado de ella contratas a otra... Pero casarte con una chica que solo te acepta por tu dinero... ¡Vamos, papá! Despierta de uina vez y comportate como la persona sensata que siempre has sido....
- Vaya, por fin te has atrevido. Ya era hora que tuviese las agallas de hablar como un hombre. Alquien te habrá tenido que obligar mucho para que te atrevas a hablarme así.... Pues sí, posiblemente me esté volviendo loco... es posible también que esté haciendo el ridículo delante de todo el mundo y que pueda resultar patético para mis hijos... Esos hijos que han tenido que esforzarse tanto para conseguir todo lo que tienen... Esas carreras en universidades privadas que nunca han ejercido porque se hicieron cargo de la empresa de papà... Esas casas que os regalé a cada uno cuando os casasteis... Esos hijos que han ensañado a mis nietos que se tienen que acordar de mí, sobre todo, cuando necesiten dinero... Sí, posiblemente, pueda resultar patética toda mi vida que he dedicado a trabajar y a buscar un bienestar para mi familia... ¡realmente ha sido patética!..
- No te pongas así, yo... nosotros... sólo pensamos que lo debías pensar mejor....
- Sí vosotros pensáis que ya soy demasiado viejo, que soy un estorbo y que lo mejor que podía hacer es morirme de una vez... Ser tan inteligente como vuestra madre que tuvo la legancia de morirse cuando ya no la necesitábais y antes de necesitaros a vosotros... ¡Ella sí fue inteligente..!
-Por Dios, papá, no saques las cosas de quicio, tu estás bien y puedes durar todavía muchos años... y nosotros nos alegramos de ello...
- Os alegrais pero apenas si os acordáis no de visitarme, sino incluso de preguntar por teléfono si necesito algo...
- Mira, papá, posiblemente tienes razón en decir que te encuentras muy solo en esta casa... realmente todos estamos muy ocupados en el trabajo y apenas si tenemos tiempo para dedicarnos a nuestras propias familias... pero sería cuestión de organizarnos para reunirnos más a menudo... pasar más tiempo juntos... tus nietos podrían beneficiarse de todos tus conocimientos...
- Vale, Miguel, vamos a ser sinceros... Efectivamente, vosotros tenéis bastante con el trabajo y vuestras familias, y estáis deseando que haya alguna fiesta para descansar, vuestros hijos sólo se acuerdan de mí cuando necesitan financiación y “pasan”, como dicen ellos, de las batallitas del abuelo... ¡vamos a dejarlo así!... Vosotros ya tenéis vuestra vida y a mí se me está terminado la mía... ¡Dejadme que la pase lo mejor posible! ¿Por favor?...
....-¿Pues qué quieres que te diga? Que tienes razón papá... Yo no estaba muy de acuerdo con venir hoy a echarte un sermón... Pero ya conoces a Elena... ella no ha logrado asimiliar que su mejor amiga vaya a ser ahora su madrastra... Pero no tendrá más remedio que aceptarlo. Seguro que sólo es cuestión de tiempo...
- Eso espero, hijo, eso espero...
- Por cierto, ¡Cómo vas a presumir de mujer con tus amigotes! Pienso que no deberías frecuentar las antiguas amistades, porque ellos, a lo mejor, no te lo perdonan pero, desde luego, sus mujeres seguro que no.
- Gracias, hijo, no sabes cómo agradezco tus palabras... Ven aquí y dame un abrazo..
- Como siempre, papá, terminas saliéndote con la tuya...
- Estoy pensando, Miguel, que ya que has venido te podía invitar a comer. Vamos a tomarnos un arroz con bogavante, y después brindaremos los dos, con un buen cava, para que a Mari Pili no se le olvide mentir.