Se llama pan negro al pan de centeno. Ahora es uno de los muchos panes que te ofrecen las panaderías y por cierto nada baratos. Entonces, cuando yo era niño, el pan negro era más barato que el pan blanco, el de harina de trigo y solo se comía en las casas más pobres. Yo lo comía cuando iba a merendar a casa de mis primos y me gustaba; claro está, cuando estaba tierno, porque duro, no había quien le Incase el diente, en el sentido mas literal de la palabra.
Es que aquellos tiempos eran tiempos de carencias y necesidades. En aquellos tiempos, aunque en las casas de los agricultores no se solía pasar hambre, tampoco había muchos lujos.
Estoy hablando de mediados del siglo pasado, cuando allá por el año 1954 nos llegó a España la primera ayuda de Unicef, que se concretó en el envío de leche en polvo, dentro de la campaña del Plan Marshal, que nos llegaba desde Estados Unidos.
Entre 1954 y 1968 llegaron más de 300.000 toneladas de leche en polvo. Un total de 3.000 millones de litros una vez preparada para su consumo. Cáritas Española fue la encargada de distribuir el alimento, y se repartía en los colegios, a la hora del recreo.
También nos mandaron queso, de un color amarillento, casi anaranjado, muy parecido al actual queso de bola, que venían en latas de color dorado, y mantequilla.
Cuando hacía buen tiempo lo repartían en el campo de baloncesto, y hay que decir que la leche no tenía demasiada aceptación; el queso y la mantequilla, si. Era un suplemento alimenticio que nos venía muy bien en aquellos tiempos de carencias, cuando todo lo que se podía comer era bienvenido.
No sé por qué hoy me he acordado del pan negro.. debe ser, como decía el otro día, que ya estoy mayor y en estos años se vive mucho de los recuerdos.... sobre todo si estamos medio confinados.