Íbamos a celebrar celebrar el décimo aniversario de nuestra boda y pensamos hacer lo que nosotros llamamos “la ruta de los paradores.
Como recuerdo de aquel viaje pinté un dibujo a plumilla del claustro del parador de San Marcos, que encabeza esta reseña.
Era a primeros de septiembre de 1979, y éramos todavía muy jóvenes. El itinerario era El Parador de San Marcos de Leon, el parador de Rivadeo, el Hostal de los Reyes Católicos en Santiago de Compostela y el Parador de Bayona la Real. Luego, a la vuelta, también pasamos una noche en el Parador de Puebla de Sanabria.
Como podéis ver, las fotografías de aquel viaje son de baja calidad; entonces tenía una Werlisa color que para aquellos tiempos no estaba mal del todo.
El viaje lo hicimos en el Passat recién estrenado, y era el primero que hacíamos los dos solos desde el viaje de novios. Habían sido diez años dedicados a nuestros hijos y todas los viajes de vacaciones, lógicamente, habían sido con ellos.
Era, pues, un viaje que disfrutamos mucho. Durante el camino, paramos en Tordesillas y en Luarca, además de visitar todas las ciudades donde nos alojamos.
Han pasado ya casi cuarenta y dos años, pero nuestro recuerdo de aquellos días es más nítido que las viejas fotografías que guardamos en nuestro álbum.
De la gastronomía, recordamos una mariscada en Bayona, unas sardinas asadas en una fiesta popular que se celebraba aquellos días en Rivadeo y la comida en el Hostal de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela, en la que los pimientos de Padrón no picaba ninguno.