A la señora Batet se lo pusieron difícil. En la apertura de la XIII Legislatura sobraron los gesto, sobró el postureo y faltó un poco de cordura. Muchos de los diputados más parecían niños de primaria en el primer día de curso que sesudos padres de la patria. Lo que buscaban muchos era salir en la foto. Ponerse en el escaño donde iban a enfocar las cámaras, rebuscar una fórmula de acatamiento para epatar, patear en el escaño, poner cara de asco manteniendo la mirada a los políticos presos mientras su compañera besaba a uno de ellos, no eran sino postureo para salir en la foto, y dar motivos para ser el centro de la polémica en las tertulias de las teles.
Lo de si es legal o no el juramento es lo de menos y no importa demasiado lo que hayan dicho los Tribunales. Lo importante ayer era conseguir que el Circo diese espectáculo, aunque la pobre Meritxell lo pasase mal y se le exigiese más “tablas” cuando ya había ejercido su nuevo cargo durante nada menos que casi un cuarto de hora.
Hay que pensar que esto era solo el principio de curso y ese día se suele dedicar a los saludos y a la algarabía; esperemos que desde hoy ya se comience el curso académico y ya nadie falte a clase y se comporten con el decoro y la atención de nuestros niños en el colegio.
¡Vaya legislatura que nos espera si Casado y Rivera siguen pugnando por ver quien dice una barbaridad mayor que las que pueda decir Abascal!