Debe ser muy difícil y muy cansando eso de estar siempre en candelero. Sobre todo los políticos no pueden escapar del acoso mediático en busca de una opinión, de un comentario o de un titular que buscan los periodistas. También les ocurre a los del "famoseo" pero es que ellos lo necesitan, precisamente para estar siempre en candelero, que al final es lo que les da el sustento de cada día.
Pero los políticos, no. ¿O si? Muchos piensan que es importante que se hable de ellos, aunque sea mal. Y ahí los tenemos soltando cualquier barbaridad, la mayoría de las veces sin venir a cuento, con el único propósito de "estar en candelero".
Y para ello, no tienen ningún inconveniente en dejarse ridiculizar, si es necesario para hacerse "trending topic" durante ese día, aunque para ello se tengan que besar en los labios dos representantes elegidos en las urnas. Y todo porque a una presentadora graciosilla o a un reportero dicharachero se les ocurre cualquier chorrada para rellenar su programa.