Si empleamos la lógica, sólo se puede ser partidario de la
República. No es de recibo pensar que alguien puede ser rey por “la gracia de
Dios”, ni que el ADN pueda “crear” una raza de dirigentes para toda la vida.
Si nos guiamos por la razón, posiblemente podamos llegar a la conclusión que más vale lo
malo conocido… y que sería un despilfarro dedicar esfuerzos a esta cuestión
teniendo, como tenemos, otros asuntos mucho más importantes y urgentes para
los ciudadanos.
Por eso, he llegado a la conclusión que realmente y por
ahora soy escéptico en este dilema; aunque, como he dicho, lógicamente, soy
republicano.