"En mi vida no entendí de guitarra, ni de cantar, ni podía acudir a esas habilidades, que no tenía, para sostenerme en la corte. Yo diré pocas cosas sobre esto, y observaré el decoro que requiere su memoria, como conviene entre españoles" Esto lo escribí en mis memorias, pero quiero añadir que admito que sobre mí se ha dicho mucho y malo, pero la mayoría de las veces sin una base histórica suficiente.
Reconozco que aquí en Chinchón no se hable muy bien de mí, por aquello de ser fieles a su condesa, mi esposa; que dicho sea en honor de la verdad, tenía razón para renegar de mí por mis constantes escarceos amorosos con mi Pepita Tudó, que realmente eran ciertos; sin embargo eran totalmente falsos mis presuntos amoríos con doña María Luisa, que ella estaba en otras cosas, y si llegué a Palacio fue por nuestro señor don Carlos, que realmente me colmó de honores porque se fiaba de mí, y pienso que siempre fui honesto y consecuente con mis cargos...
Por cierto que también hay mucho de fábula en lo de mi matrimonio con doña María Teresa de Borbón y Vallábriga, si, vuestra Condesa de Chinchón; no es que al casarme con ella nuestro señor don Carlos IV quisiera honrarme a mí, lo que quería y dar prestigio a su prima, a la que no encontraba un marido mejor que yo... Y la verdad es que yo no estaba demasiado entusiasmado con la idea... Pero era una decisión de nuestro Rey...
En fín, que estoy aquí en la puerta del castillo que fue de la familia de mi esposa, dando una vuelta... pero desde luego que no me esperen por Aranjuez... ¡Menudos recuerdos guardo de allí!