Estos últimos días estoy comprobando, asombrado, cómo los medios tradicionalmente de la derecha están lanzando una campaña “demasiado” virulenta contra el gobierno. Claro está que no es nuevo que, los más a la derecha de la derecha, viene lanzando desde hace ya algún tiempo una campaña larvada contra las políticas del gobierno, pero no porque piensen que se están pasando con los recortes, sino porque consideran que se están quedando cortos.
Y es que algunos líderes y "lideresas" del PP están diciendo abiertamente que hay que reformar el Estado y más concretamente el Estado de las autonomías. Y como argumento utilizan el coste tan elevado de triplicar o cuadruplicar la administración.
Estas opiniones serían aceptables si no se basasen solamente en el coste y se plantease su eficacia. Porque con este argumento también han puesto su punto de mira en la sanidad y en la enseñanza pública. O sea, en ir haciendo cada vez más pequeño el Estado y aplicar las leyes neoliberales de los mercados como jueces únicos de la economía. Y ya sabemos lo que ocurre con los mercados. Lo estamos viendo a diario.
Se ataca a las Autonomías, al Poder Judicial, a los Partidos Políticos, a los Sindicatos, a todo lo que sustenta al Estado y como argumento se habla de corrupción y despilfarro, pero en vez de dictar normas para evitar eso: la corrupción y el despilfarro, se propone la eliminación de las autonomías, el debilitamiento de los sindicatos, el control del poder judicial, el fortalecimiento de los aparatos de los partidos y acallar todas los voces disidentes, aunque tengan más razón que un santo, y de paso, para que los mercados no se asusten demasiado, se propone una amnistía fiscal para que los que han defraudado se vayan de rositas, y se quedan tan panchos.
Y ya lo dicen abiertamente, sin tapujos ni vergüenza, y lo más grave es que ya la mayoría nos lo hemos creído y no salimos a decir que esto es una barbaridad.
Habrá que perseguir a los corruptos, quitarlos de en medio; habrá que evitar los despilfarros, tomar serias medidas; lo mismo que con el dopaje en el deporte: “Tolerancia Cero”
Pero, mucho cuidado, porque detrás del desmantelamiento del Estado, viene, inevitablemente, el desmantelamiento del estado del bienestar y del estado de libertades, y trae consigo la caída de la democracia, para terminar en una verdadera dictadura. No nos confundamos, eso es lo que pretenden...
¿Es eso lo que nosotros queremos?