En varias ocasiones he hablado en este blog de Juan de la Peña García-Tizón, con quien me unió una tardía pero verdadera amistad, contando sus andanzas, recordando su última visita a Chinchón y, por último, anunciando su fallecimiento que tuvo lugar en su pueblo de adopción, Villafranca de los Barros, el día 8 de septiembre del año pasado.
Hoy quiero comentar el homenaje que le han ofrecido sus amigos y alumnos, el pasado día 30 de abril, y transcribo el artículo que ha publicado el periódico Hoy.es en su edición digital:
"Villafranca de los Barros ha dispensado al músico Juan de la Peña (1929-2010) uno de los homenajes más multitudinarios que jamás haya recibido nadie en esta localidad. Aunque nacido en Chichón (Madrid), es considerado algo más que un villafranqués de adopción pues llegó a Extremadura en el año 1957, con 28 años de edad, para dar clases de música en el Colegio San José de Villafranca, y se quedó para siempre. El pasado 8 de septiembre -festividad de la Coronada , patrona de la ciudad- fallecía repentinamente, la víspera de cumplir 81 años. Los 53 años que pasó en Villafranca sirvieron para que Don Juan -que es como se le conocía- dejara estela de su categoría como persona, como músico, como profesor, como católico practicante y hasta como hincha impenitente del Atlético de Madrid y simpatizante de su homónimo vasco, el Athletic de Bilbao. Como músico se le recordará por haber creado una Agrupación Lírica y haber dirigido la Escuela y Banda Municipal de Música de Villafranca, sin olvidar el descubrimiento de voces de los coros que dirigió, entre las que encontró la de su propia esposa 'Choli' Gómez.
De ahí que el pueblo de Villafranca se embarcara en la necesaria tarea de rendir un homenaje a uno de sus hijos predilectos, cuyo nombre ya figura en el callejero local, aunque nunca se tuviera con él la consideración de elegirlo oficialmente 'hijo adoptivo de la ciudad'. Para saldar esta deuda con el insigne músico, el empeño de unos 100 músicos locales se pusieron manos a la obra y de forma desinteresada han trabajado y ensayado durante tres meses, pergeñando un amplio y variado programa en el que la música de zarzuela (la gran obsesión y a la que más se dedicó el homenajeado) y la música ligera fueran por una noche los protagonistas. El escenario donde materializar esta idea no podía ser otro que el salón de actos del Colegio San José, donde D. Juan de la Peña alumbró muchas de sus inolvidables obras musicales. El concierto respondió plenamente a las expectativas creadas y el salón de actos del centro jesuita lució como nunca para hacerse oir por el profesor fallecido".