Rodeada de bosques y en medio de la campiña francesa del valle del Loira, se escuentra La Abadía de Fontevrault (o Abadía de Fontevraud) en Fontevraud-l'Abbaye, cerca de Chinon, en Anjou. Fue construida entre 1110 y 1119 y fundada por Robert de Arbrissel, quien había acabado de crear una nueva orden, la Orden de Fontevrault.
La abadía era un monasterio en el que vivían monjes y monjas. La orden llegó a ser un éxito internacional y llegó a haber muchas abadías al estilo de Fontevrault en Inglaterra. Robert de Arbrissel declaró que el líder de la orden debería ser siempre una mujer y señaló a Petronille de Cheminé como primera abadesa. Fue sucedida por Isabel de Anjou, la tía de Enrique II de Inglaterra. Este fue el comienzo de una posición que atrajo a unas cuantas abadesas ricas y nobles a lo largo de los años, incluyendo miembros de la familia real francesa. En los primeros años en los que los Plantagenets eran grandes benefactores de la abadía y mientras Isabel de Anjou era abadesa, la mujer de Enrique II, Leonor de Aquitania estuvo recluida allí.
La orden fue disuelta durante la Revolución francesa. La última abadesa, Madame d'Antin, murió pobre en París. La abadía se convirtió luego en una prisión (de 1804 a 1963, año en que fue donada al Ministerio de Cultura francés.
La restauración de la abadía y la iglesia terminó aproximadamente en 2006. Su arquitecto fue Lucien Magne.
En la abadía se encuentran las tumbas de Enrique II de Inglaterra, su mujer Leonor de Aquitania, su hijo Ricardo I de Inglaterra, su hija Juana, su nieto Ramón VII de Tolosa e Isabel de Angulema, mujer de su hijo Juan.
Fotos: m.carrasco.m