"Canto ancestral de Argentina,
la más frutal de las minas,
todo es nada, no sabe cómo la lloro,
desafinando en el coro de las hadas.
Madrina de los roqueros
más intrusos,
más villeros,
menos brutos.
En calle melancolía,
mi letra y su melodía
visten de luto.
Militante del futuro,
no pudo con ella
el muro de Berlín.
Martina Fierro de ley
que sin dios, patria ni rey
tiró p'alante,
antes de decir adiós
me propuso un blues
a dos voces distantes,
distintas y, sin embargo,
cerquita del ron amargo
que consuela,
que abruma,
que mortifica,
que suma,
que santifica,
que desvela".
Con este poema, Sabina se une a las decenas de artistas, políticos y personalidades de la vida pública que desde que se conoció la muerte de Sosa han querido despedirse de una de las voces más destacadas del panorama nacional.
Joaquín Sabina, que participó en el último trabajo de duetos con Mercedes Sosa, ha calificado a la cantante desaparecida como "la gran dama que bordó puntos y comas en las prisas del idioma de la gente".