Fallera mayor de Denia en la ofrenda floral del año 2008.
Tengo que confesar que a veces me escapo de mi desierto en Chinchón, para visitar otros, generalmente más bulliciosos, en los que además encuentro las distracciones que me faltan en mi tierra.
Uno de mis escapadas más frecuente es al desierto que hay en Denia, de la provincia de Alicante, en la costa levantina, donde se celebran en estos días las tradicionales fallas.
Las de aquí son más tranquilas que las de Valencia, pero también llenas de color, fantasía y, sobre todo, alegría y sana diversión.
A mí, que no me gustan los cohetes ni los fuegos artificiales, sí admiro las obras de arte que construyen en cartón, llenas de gracia e ironía.
También admiro el orden y el buen gusto en la ofrenda floral que se hace a la Virgen de los Desamparados, y los conciertos de las bandas de música que acompañan a las distintas peñas y organizaciones falleras que desfilan por las calles de Denia.
Fotos: m.carrasco.m