Lo habían conseguido. Una pequeña pastilla, eso sí, carísima, era la solución. Cuando consideras que has llegado a la plenitud, te tomas la pastillita y te quedas en ese estado para la eternidad. Bueno, en realidad tienes que tomarte una pastilla cada mes para ir manteniéndote en buen estado de conservación. Lo cual encarece el invento y lo convierte en una solución solo asequible para los más ricos.
Fue allá por el año 2045; al descubridor le dieron el premio Nobel de medicina y la farmacéutica que patentó la pastilla subió sus acciones en un 10000%. Entonces los bancos anunciaron préstamos al consumo para financiar el tratamiento a largo plazo, porque ya los solicitantes no tenían fecha de caducidad.
Había quienes se plantaban a los veinticinco, otros a los cuarenta; los que llegaron al invento algo mayores, se tenían que conformar en quedarse en los cincuenta, incluso en los sesenta. Más mayores no, porque en el prospecto de las pastillas se decía que no se podía garantizar el efecto pasado los sesenta y cinco.
Hubo jóvenes gimnastas que se plantaron a los catorce y la mayoría de los futbolistas escogían los veintidós para firmar su madurez. Los científicos elegían una edad superior porque la mente tardaba un poco más que el cuerpo para alcanzar la plenitud.
Pero a los ocho o diez años empezaron los atascos. Y empezó en el fútbol. Las figuras no envejecían y se mantenían en forma temporada tras temporada; mientras iban llegando las jóvenes promesas.que se hacían realidad y solo se podían alinear los once reglamentarios y además no hubo forma de que la FIFA accediese a ampliar las alineaciones. Poco a poco, todos los equipos estaba plagados de figuras y su cotización empezó a bajar. Sin ir más lejos, los "balones de oro" de la década anterior, ahora jugaban en la tercera división...
Y lo mismo ocurría con los ingenieros, con los abogados, con los cantantes... no digo más que el ganador de Eurovision de hace cinco años le vi el otro día cantando en el metro...
Se da el caso de abuelos con apariencia más joven que sus nietos y son frecuentes los matrimonios con más de cien años de diferencia... y hasta no esta mal visto...
Vamos, que se organizó un pifostio de padre y muy señor mío.
La gente se cansaba se vivir, en las Cortes se presentó una proposición no de ley para prohibir las pastillitas, los bancos dejaron de ofertar los préstamos y las acciones de la farmacéutica arrastraron al Ibex-35 a sus índices más bajos del siglo.
La OMS terminó por prohibirlas, pero todavía, con un poco de suerte las puedes encontrar de contrabando y a un precio bastante asequible.
Yo me he conseguido un tratamiento de larga duración, con unos ahorros que tenía, y me he plantado con los setenta, que aunque no este hecho una rosa, la verdad es que no me apetecía seguir haciéndome viejo. (Lo del prospecto era mentira, y siguen teniendo efecto en los mayores de sesenta y cinco)