Hay días que hace sol y hay días que llueve, y nos lo cuentan a diario en todos los programas de meteorología. Pero ¿Y si nieva? Si nieva, aunque sea en pleno invierno, nos lo cuentan en todos los telediarios y en todos los programas de actualidad de todas las cadenas, y dan al acontecimiento más cobertura que a la llegada del Papa o de un Jefe de Estado, por poner un ejemplo. Y eso que estamos en España, y aquí eso de nevar es bastante frecuente; no sé qué ocurriría si estuviésemos en Ecuador o en cualquier país tropical.
El caso es que si nieva, todos los jefes de programación se deben decir: ¡Qué bonito!, vamos a contárselo a esta gente que hoy no van a poder salir de casa y se van a aburrir delante de la televisión.
Empiezan con las máquinas quitanieves, después con los coches a medio cubrir en los arcenes de las carreteras, luego unos lugareños quitando la nieve de la puerta de su casa, que dicen que esto no es nada, que cuando eran jóvenes, eso sí que era nevar. Y como colofón: Siempre lo mismo. Unos pobres reporteros, tiritando de frío, con la nieve hasta las rodillas, soportando la ventisca hasta que conectan en directo, para decirnos que hace mucho frío, que el pueblo llevaba tres días incomunicado, y que la Guardia Civil, les ha tenido que escoltar para poder llegar hasta allí arriba.
Yo me figuro que la primera vez pudo tener un cierto interés, pero ya... ¿Es que no tienen algo más interesante que contarnos? ¿O es que cuando nieva se les congela las neuronas a los responsables de la programación?
La verdad es que se siente vergüenza ajena viendo a esos esforzados reporteros haciendo el ridículo, tapados hasta las orejas y dando tumbos hasta que se terminan dando un buen resbalón para regocijo de la audiencia.
La nieve es muy bonita, pero en invierno... Si este año, en agosto, nieva en Sevilla, comprendería que se diese gran cobertura a la noticia