No, no soy un niño raro, en realidad soy un muñeco; soy hermano de Hitmonlee, y primo hermano de Abra, mi padre, o creador se llama Satoshi Tajiri, y como su propio nombre indica, es japonés. Pertenecemos a la familia Pokemon de la saga de los Nintendo de toda la vida.
Resulta que apenas si tengo unos días de vida, pero en poco más de veinticuatro horas me he hecho famoso en todo el mundo. Dice mi padre que el juego donde vivo se lo han descargado no sé cuántos millones de niños de todos los países y por ahí ando divirtiendo a niños y mayores a la espera de que me cacen, porque mi destino es ser una presa, codiciada eso sí, pero presa al fin y al cabo.
Bueno, me voy a presentar. Como he dicho soy un muñeco, de color gris y algo parecido a un rinoceronte acorazado, peso algo así como 142 kilos y mido poco más de un metro, pero la realidad es que tengo capacidad de evolucionar y sabe Dios la altura y el peso que puedo alcanzar si los jugadores me suministran suficientes caramelos, porque tengo que decirlo, soy bastante goloso.
En mis pocos días de vida ya he sido cazado un montón de veces, porque aunque un jugador logre cazarme sigo estando disponible para otros cazadores.
El primero que logró hacerme prisionero fue un chaval de Wisconsin, muy rubio y con un poco de mala leche que, apretando los puños, dijo ¡Bien! cuando logró capturarme. La realidad es que él dijo:Yeah! Y se olvido de mí para ir a cazar a otros de mis hermanos.
Soy un muñeco de los llamados de tipo "tierra y roca" y tengo primos "eléctricos", "voladores", "luchadores", de agua, de tipo plantas, de fuego... En fin de un montón de características, que nos hacen muy diferentes a los unos de los otros.
También me ha cazado un chico de Denia, donde creo que anda de vacaciones, otro de Normandía y también un niño malayo de Kuala Lumpur que fue el primero que descargo el juego en su país.
Pero os voy a confesar un secreto: Aunque ellos no lo saben, mi padre me ha programado para que yo también pueda cazar a los niños, y a poco que alguno se descuide, lo cazo, me cambio por el, yo me quedo en su casa y él se convierte en muñeco y pasa a ser una presa para el resto de los jugadores...
Ya os iré contando.... Porque este cuento no ha terminado....
Con el inestimable asesoramiento de Pablo, muy entendido en esto de los juegos digitales, sin cuyos consejos no habría podido redactar este pequeño cuento... Y los que después vendrán.