Fue edificada esta antigua fortaleza en el que era entonces un pequeño islote en medio de la bahía coruñesa, en el que se encontraba una pequeña ermita dedicada a San Antón. Su propósito era defender la ciudad de los ataques desde el mar. Su construcción comenzó el año 1587, según indica una inscripción en la portada de la fortaleza.
Durante el ataque inglés de 1589 por parte de la Armada Inglesa, el castillo contribuyó con eficacia a la defensa de la ciudad, a pesar de estar inacabado. Tras el ataque, se continuó su construcción hasta la finalización de la fortaleza.
Con las obras iniciadas, el castillo fue testigo de la partida de la Invencible y de la expedición de réplica emprendida por Francis Drake en mayo de 1589. Desde sus incompletos muros, dos compañías de soldados y varios cañones protegieron eficazmente el flanco sur de la Ciudad Vieja. Pero su diseño, adaptado a la artillería del siglo XVI y al porte de los galeones de la época, dejó pronto obsoleta su eficacia militar. Los buques del siglo XVIII eran mucho más altos que el castillo, quedando desprotegidas sus plataformas. Los proyectos de reforma se harían esperar, acometiéndose solamente la reconstrucción de las naves interiores.
A partir del siglo XVIII la fortaleza se convirtió en prisión, función que mantendría hasta su cesión al Ayuntamiento de La Coruña en 1960.
Actualmente acoge el Museo Arqueológico e Histórico de A Coruña. El museo como tal, se inauguró en 1.968 y se considera monumento histórico-artístico desde 1.994.
El museo alberga objetos de arqueología como: orfebrería protohistórica, megalitismo, Edad de Bronce, cultura castreña, romanización y distintos aspectos de la ciudad.
FOTOGRAFIAS: M.CARRASCO.M