Os comentaba en este blog que el pasado día 3 de enero se publicaba un libro con los trabajos premiados en el II Concurso de Investigación sobre Chinchón y su Comarca, correspondiente al año 2013.
Hoy quiero comentar el trabajo que obtuvo el primer premio, titulado “Inmigración en Chinchón: La Colonia francesa en el siglo XVII” del que es autora María Jesús López Portero, que es archivera del Archivo Municipal de Valdemoro, y doctora en Historia Moderna por la Universidad Autónoma de Madrid, con la tesis “Religiosidad y cofradías de Valdemoro (Siglos XVI-XVIII)”
En este trabajo aborda el estudio de “La Compañía de Chinchón” formada por un grupo de franceses que durante la segunda mitad del siglo XVIII se asentaron en Chinchón, desde donde ejercieron una actividad comercial muy interesante.
Estos franceses provenían de Auvernia, de un extenso territorio en el Departamento de Chantal, entre Aurillac y Saint Floeur. Varios autores han atribuido esta emigración a las difíciles condiciones orográficas de esa zona, donde la climatología es muy rigurosa e incide en la baja productividad de la agricultura.
El hecho de escoger Chinchón como centro de su actividad puede estar motivado por su ubicación en el centro del territorio que era su zona de actuación que iba desde la provincia de Toledo hasta Guadalajara y la parte sureste de la provincia de Madrid. Además Chinchón está a más de cinco leguas de Madrid, distancia exigida por la por la poderosa Corporación gremial “Cinco Gremios mayores de Madrid”. Además, por entonces, Chinchón era una de las poblaciones más importantes de la Zona, por ser cabeza del Condado de Chinchón, que era propiedad del hijo del mismo Rey de España.
En cuanto a su actividad, se centró en dos ocupaciones principalmente, el comercio y la calderería.
El colectivo de comerciantes que se instaló definitivamente en Chinchón a mediados del siglo XVIII, eran los herederos de los antiguos “caxeros” que se desplazaban con sus mercancías transportadas en cajas por los pueblos de Castilla.
En las lonjas despachaban géneros de todas clases, tejidos, artículos de mercería, enseres, cacao, canela, azúcar, y otros productos ultramarinos.
La Compañía de Chinchón creó un gran emporio y llegó a ser propietaria de veinticuatro establecimientos en otras tantas villas diferentes en los alrededores de Madrid, y en las provincias de Toledo, Cuenca y Ciudad Real, además del almacén general ubicado en Chinchón, dos panaderías, cinco casas y un gran numero de caballerías y mulas.
Esta Compañía se regía por una serie de reglas muy estrictas que obligaban a todos sus miembros como, por ejemplo, la prohibición absoluta de casarse con mujeres españolas.
Esta Compañía se regía por una serie de reglas muy estrictas que obligaban a todos sus miembros como, por ejemplo, la prohibición absoluta de casarse con mujeres españolas.
Os invito a leer el trabajo. Es interesante porque nos muestra unos hechos desconocidos hasta ahora en nuestro pueblo. Su lectura, hay que reconocerlo, no es fácil por los muchos datos que intercala, lo que la hace un poco farragosa, pero merece la pena el esfuerzo.
Como dato curioso, aporta el testamento de Pedro Cassagne, ante el notario de Chinchón don Gabriel González Rey; dos personajes de los que ya teníamos noticia; el primero por haber intervenido como intérprete del Mariscal Claudio Víctor Perrín, Duque de Bellune, cuando la destrucción de Chinchón por los franceses en los días finales de 1808, lo que motivó que fuese acusado de traición por sus convecinos, y el segundo porque aparece en “Tertulias de Invierno en Chinchón” de Antonio Valladares Sotomayor como uno de los personajes protagonistas, aunque allí se le denomina como “Gabriel Yer”
El libro sólo cuesta 10 euros, y es muy interesante.
En otra ocasión os hablaré de los otros trabajos que se incluyen en el libro.