El señor Sánchez-Dragó, don Fernando, nos tiene acostumbrados a sus salidas de tono, a sus provocaciones y a sus excesos. A lo largo de su vida, según ha contado él mismo, -Lógicamente, cuando los posibles delitos habían prescrito, que es lo que hacen los “valientes”- ha consumido drogas, se ha acostado con menores de edad, a puesto a parir al Papa, y desde su programa en Telemadrid descalificaba a diestro y siniestro sin ningún pudor, pero eso sí, con una prosa cuidada y midiendo muy bien sus palabras para evitar posibles querellas.
Y mira por donde, la otra noche en Tele 5, se “escandalizó” porque ADA COLAU había utilizado la palabra “CRIMINAL” para calificar a bancos y banqueros. (Ver entrada: http://manolo-eleremita.blogspot.com.es/search?q=Ada+Colau ) Y como no debía tener ningún argumento para rebatir los de la portavoz del movimiento ciudadano “Stop a los desahaucios” se puso muy digno para reprobar su lenguaje.
Fue patético ver a este pobre viejo “verde” intentando “convenirla” por la mala utilización del lenguaje, de forma paternalista, eso sí, y en un tono melífluo que no podía infundir nada más que desdén y desprecio. Afortunadamente, Ada Colau optó por no entrar en la provocación del escritor, que era lo que él pretendía, y con su silencio no hizo aprecio a sus palabras, que eran lo único que se merecían.
Lo de Hermann Tertsch y Montserrat Suarez, también fue penoso, pero posiblemente lo único que se merecen es que tampoco nadie haga aprecio a las chorradas que dijeron.