En mi trabajo de investigación sobre la intervención de los Condes de Chinchón en el descubrimiento de la quina, hacía mención a varias publicaciones que se habían ocupado de este mismo tema, entre las que destacaba la del escritor y periodista peruano Manuel Ricardo Palma Soriano, nacido en Lima, el 7 de febrero 1833 y que falleció en Miraflores (Lima) el 6 de octubre 1919, y su obra más significativa fue “Tradiciones Peruanas”, compuestos por relatos cortos que narran en forma satírica y plagada de giros castizos las costumbres de la Lima virreinal, entre los que se encontraba el relato que tituló “Los polvos de la condesa” que fue publicado en El Correo del Perú, periódico semanal con ilustraciones, el 19 octubre 1872, en el que contaba la historia novelada de este episodio.
También hacía mención a otro trabajo, éste de carácter menos literario, titulado “A memoir of the Lady Ana de Osorio, countess of Chinchon and vice-queen of Peru (A.D. 1629-39). With a plea for the correct spelling of the Chinchona genus”, de Sir Clements R Markham, de la Editorial: London, Trübner & Co. fechado en 1874.
Clements R. Markham, presidente de la Real Sociedad Geográfica de Londres, en 1874 dedicó esta memoria a la condesa "Ana de Osorio", esposa del virrey Chinchón: " y dice que “tras regresar a España, se dedicó a curar a los enfermos con corteza que ella misma había traído del Perú...". Ahora sabemos que la condesa de Chinchón que estuvo en Perú no fue Ana de Osorio, sino Francisca Enríquez de Rivera. Por si con eso no bastase, doña Francisca murió en Cartagena de Indias (actual Colombia) el 14 de enero de 1641, cuando ella y el virrey Chinchón estaban por embarcarse de regreso a España. En reimpresos posteriores a 1879, se aclara ésto, como resultado probablemente de un error de "oídas" y se "renombra" a doña Ana de Osorio como doña Francisca.
De este libro tenía referencias, pero no lo conocía en su totalidad. Ahora, gracias a las pesquisas de Santiago Rodríguez Guillén y a la gentileza de José Zumel, lo he podido conocer, y aunque está escrito en inglés y no aporta nada nuevo sobre el tema, si he descubierto con satisfacción que en el mismo se incluyen varios grabados, originales de C&A Young, en los que se pueden ver algunos rincónes de Chinchón de 1873-1874.
Por algunos detalles se puede deducir que son bastante fieles, y en los mismos se puede ver el castillo con parte de dos plantas, una gran atarjea o alcantarilla en la plaza, delante de la columna de los franceses, a la entrada de la calle de Morata, que debía conectar con las arrolladas que discurrían paralelas a la calle de los Huertos, y otros paisajes con la torre, la iglesia y el castillo.
Estos detalles nos hacen pensar que el autor de los grabados estuvo en Chinchón para realizarlos y también dibujó varios de los escudos, que aún están en las portadas de las casas de Chinchón.
Hoy os dejo los grabados de Chinchón, otro día os mostraré los escudos, con algunas aclaraciones interesantes que se pueden deducir de estos dibujos.