Esta poesía, escrita en Roma el 7 de Enero de 1958, la presenta así su autor, José Manuel de Lapuerta:
"Y ese recuerdo y esa nostalgia de Chinchón, no me dejaron a lo largo de los tres años que permanecí en Roma. A esa época y a este estado de ánimo corresponde este mi primer soneto a Chinchón y la mayoría de los versos que escribí".
"Y ese recuerdo y esa nostalgia de Chinchón, no me dejaron a lo largo de los tres años que permanecí en Roma. A esa época y a este estado de ánimo corresponde este mi primer soneto a Chinchón y la mayoría de los versos que escribí".
La silueta, Chinchón, de tus callejas
queda dentro de mí; y tus rincones,
tus cuestas, tus escudos, tus balcones...
la fuerza castellana de tus rejas.
Por eso, cuando noto que te alejas,
que te marchas, con tantas ilusiones,
encuentro en mí sobradas las razones
de que mis versos se me vuelvan quejas.
Tu me enseñaste a conocer Castilla;
en el silencio de tu vida en calma
descubrió un nuevo mundo mi existencia.
Y de tu vida esta lección sencilla
la llevo hoy tan dentro de mi alma,
que es el mejor consuelo de tu ausencia.