Al hablar de los eremitorios, debemos destacar, en los límites geográficos cántabros, los ejemplos de Arroyuelos, Cadalso y Santa María de Valverde, sin embargo, también a escasa distncia de Elines, es posible admirar, entre otros, los interesantísimos conjuntos rupestres medievales de Presillas de Bricia (Burgos) u Olleros de Pisuerga (Palencia).
Concretamente, entre el impresionante panorama de eremitorios rupestres de Valderredible, destaca la Iglesia rupestre de Santa María de Valverde. A pesar de que su estructura actual dista en mucho de su primigenia configuración, puede tratarse que nos encontremos ante un insólito caso de iglesias pareadas. Al exterior, la espadaña proporciona al conjunto monumentalidad y esbeltez.
Excavada en una peña arenisca, sobre la que se dispone una espadaña de atribución románica, se ubica este templo que posee tres vanos de entrada, uno de ellos con un arco dovelado de tipo ojival. En la fachada observan huellas (una repisa y muescas de apoyo) de un posible porche de madera, que respondería a alguna reforma de la iglesia. La planta se constituye de dos naves separadas por pilares de base cuadrada y cubiertas que recuerdan irregularmente las bóvedas de cañón.
El ábside, entre semicircular y de herradura, se comunica con la cámara yuxtapuesta de la iglesia aneja. Hoy se localiza una pila bautismal, cuyos temas decorativos fueron repicados y perdidos en su mayor parte.
La iglesia de cabecera triple, comunicada hoy día con la anterior, posee nave única, con tres pequeños ábsides de arco de tendencia al medio punto. De entre sus cámaras destaca la central por tener una cruz griega bajo un arco peraltado, labrada en el testero. Su estilo presenta reminiscencias del arte asturiano, pudiendo ser el encaje de una cruz mueble. El muro sur de la nave de Santa María está realizado de fábrica.
Al exterior se halla un área sepulcral, elemento muy característico de los eremitorios altomedievales, con tumbas antropomorfas excavadas en la roca y sarcófagos exentos labrados en roca arenisca. Si os acercáis por allí, os encontraréis a Rosalina, la encargada de cuidar esta ermita, que os explicará todos los secretos que encierra este impresionante vestigio de un pasado que gracias a personas como ella, han llegado hasta nosotros.