Vista de la plaza de Chinchón desde la Fuente de Arriba. (Cortesía del Restaurante "La Balconada")
El pasado día 1 de abril hacía mención al 70 aniversario de la terminación de la guerra civil española. Ahora voy a publicar un extracto del libro "Crónica de Chinchón" aún inédito, en el que se recoge información sobre la época inmediatamente posterior a esa efeméride, los primeros años de la posguerra y su repercusión en el éxodo de muchos paisanos nuestros que salieron de Chinchón.
"Estamos en el año 194o. Había terminado la década anterior. Una década perdida para siempre, que había cortado de raíz la evolución paulatina, que se había iniciado en el siglo anterior, hacia una modernización de la sociedad y hacia una situación de normalidad democrática.
España había vuelto a los postulados del "antiguo régimen" y se blandía como razón "la legalidad nacida del triunfo de las armas". Durante los próximos treinta y cinco años se impone el "nacional-catolicismo" que es una mezcla explosiva de una concepción integrista de la religión y los postulados fascistas de Falange Española.
El nuevo régimen llamado el "Movimiento Nacional" que había nacido sin una base ideológica propia, promulga los "Principios Fundamentales del Movimiento" que deben ser acatados y firmados por cualquiera que pueda tener alguna relación con el Estado, que a la larga eran todos los españoles que quisiesen trabajar por cuenta ajena.
Si la situación de España después de la guerra era ya caótica de por sí, el inicio de la segunda Guerra mundial iba a agudizar los problemas que había que vencer para la regeneración económica del país.
Una de las cuestiones prioritarias del Gobierno era el mantenimiento del orden y el control y la depuración de los enemigos, para lo cual era necesario una ejército fuerte y una policía eficaz. Por esta causa se produce el llamamiento a filas de los jóvenes que habían luchado en la guerra y que de nuevo se tienen que alistar en el ejército durante tres o cuatro años más.
Si la situación de abandono de las tierras de labor durante la guerra requería un sobre esfuerzo para ponerlas de nuevo en producción, esta circunstancia agravó más el problema.
En el mismo sentido, otra circunstancia tuvo una influencia fundamental en la evolución económica en la posguerra. El hecho de que Chinchón hubiese estado durante toda la guerra en zona republicana motivó que se perdiesen gran parte de los ahorros de sus habitantes. Si hemos visto que a finales del siglo XIX en Chinchón había invertido en Deuda del Estado más de 8 millones de reales, al terminar la guerra civil se tenia que partir prácticamente de cero, con lo que las inversiones en mejorar las industrias y las explotaciones agrícolas tenían que esperar a la generación del capital necesario. En la Zona de Madrid, sólo la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, garantizó la devolución de una parte del dinero que sus clientes habían depositado, y para poder atender los reintegros tuvo que vender una parte de su patrimonio.
Cuando se inicia la segunda guerra mundial, aunque España no entra en la contienda, se envía una división de soldados para luchar al lado de los alemanes en el frente de Rusia, era la "División Azul" y en ella se alistaron varios chinchonenses entre los que cabe destacar a Baldomero Martinez Peco, que por este motivo cesa como alcalde el día 15 de julio de 1941. Le sustituye el 23 de agosto don José Recuero López hasta que regresa el 27 de mayo de 1942, haciéndose cargo nuevamente de la alcaldía hasta el 12 de septiembre de ese mismo año en que es nombrado Jefe de Almacén del Servicio Nacional del Trigo.
El 12 de diciembre es nombrado alcalde don Clementino Clemente Catalán y el 26 de septiembre del año siguiente, don Juan Rodriguez Ortiz de Zárate.
El nombramiento de Alcalde lo realizaba el Ministerio de la Gobernación, a través del Gobernador Civil, y durante los años de la posguerra nombraron a personas de total adhesión a la causa del Movimiento, que funcionaba como partido único y canalizaba toda la participación política posible. La persona que mejor encarnaba el perfil exigido era Baldomero Martinez Peco que estuvo a frente de la Alcaldía en tres etapas, que se iniciaron en el año 1940 y llegó hasta el año 1968.
España había vuelto a los postulados del "antiguo régimen" y se blandía como razón "la legalidad nacida del triunfo de las armas". Durante los próximos treinta y cinco años se impone el "nacional-catolicismo" que es una mezcla explosiva de una concepción integrista de la religión y los postulados fascistas de Falange Española.
El nuevo régimen llamado el "Movimiento Nacional" que había nacido sin una base ideológica propia, promulga los "Principios Fundamentales del Movimiento" que deben ser acatados y firmados por cualquiera que pueda tener alguna relación con el Estado, que a la larga eran todos los españoles que quisiesen trabajar por cuenta ajena.
Si la situación de España después de la guerra era ya caótica de por sí, el inicio de la segunda Guerra mundial iba a agudizar los problemas que había que vencer para la regeneración económica del país.
Una de las cuestiones prioritarias del Gobierno era el mantenimiento del orden y el control y la depuración de los enemigos, para lo cual era necesario una ejército fuerte y una policía eficaz. Por esta causa se produce el llamamiento a filas de los jóvenes que habían luchado en la guerra y que de nuevo se tienen que alistar en el ejército durante tres o cuatro años más.
Si la situación de abandono de las tierras de labor durante la guerra requería un sobre esfuerzo para ponerlas de nuevo en producción, esta circunstancia agravó más el problema.
En el mismo sentido, otra circunstancia tuvo una influencia fundamental en la evolución económica en la posguerra. El hecho de que Chinchón hubiese estado durante toda la guerra en zona republicana motivó que se perdiesen gran parte de los ahorros de sus habitantes. Si hemos visto que a finales del siglo XIX en Chinchón había invertido en Deuda del Estado más de 8 millones de reales, al terminar la guerra civil se tenia que partir prácticamente de cero, con lo que las inversiones en mejorar las industrias y las explotaciones agrícolas tenían que esperar a la generación del capital necesario. En la Zona de Madrid, sólo la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, garantizó la devolución de una parte del dinero que sus clientes habían depositado, y para poder atender los reintegros tuvo que vender una parte de su patrimonio.
Cuando se inicia la segunda guerra mundial, aunque España no entra en la contienda, se envía una división de soldados para luchar al lado de los alemanes en el frente de Rusia, era la "División Azul" y en ella se alistaron varios chinchonenses entre los que cabe destacar a Baldomero Martinez Peco, que por este motivo cesa como alcalde el día 15 de julio de 1941. Le sustituye el 23 de agosto don José Recuero López hasta que regresa el 27 de mayo de 1942, haciéndose cargo nuevamente de la alcaldía hasta el 12 de septiembre de ese mismo año en que es nombrado Jefe de Almacén del Servicio Nacional del Trigo.
El 12 de diciembre es nombrado alcalde don Clementino Clemente Catalán y el 26 de septiembre del año siguiente, don Juan Rodriguez Ortiz de Zárate.
El nombramiento de Alcalde lo realizaba el Ministerio de la Gobernación, a través del Gobernador Civil, y durante los años de la posguerra nombraron a personas de total adhesión a la causa del Movimiento, que funcionaba como partido único y canalizaba toda la participación política posible. La persona que mejor encarnaba el perfil exigido era Baldomero Martinez Peco que estuvo a frente de la Alcaldía en tres etapas, que se iniciaron en el año 1940 y llegó hasta el año 1968.
Poco a poco la vida de Chinchón se iba normalizando pero, por las circunstancias enumeradas anteriormente, se iba a producir un fenómeno que iba a modificar el futuro más inmediato. Los jóvenes iban a empezar a abandonar el pueblo. Y este éxodo tenía distintas motivaciones. Por un lado, algunos de los "vencidos" no podían seguir en el pueblo donde eran discriminados y la única solución era emigrar a la capital donde nadie les conocía. Por otro, los que tenían expectativas de progreso veían que sus posibilidades de promoción eran escasas y buscaban nuevos horizontes. Por último, los hijos de los "vencedores" que tenían posibilidades de estudiar y promocionarse en la capital, no dudaron en dejar el pueblo. Así, muchas personas que tenían capacidades y potencial, no veían posibilidad de progreso personal en el pueblo y lo fueron abandonando, poco a poco, en un éxodo que duró prácticamente hasta los años ochenta de este siglo, cuando ya se podía estudiar en Chinchón y los medios de trasporte hacían posible vivir en el pueblo y trabajar en Madrid.
Pero esta larga situación de sangría paulatina de personas válidas iba dejando a Chinchón en manos de una oligarquía que no tuvo contestación ni contrapeso y que no quiso o no supo evolucionar al ritmo del país, con lo que Chinchón se quedó anclado en un pasado, artificialmente glorioso, pero que no contribuía al progreso del pueblo".
Pero esta larga situación de sangría paulatina de personas válidas iba dejando a Chinchón en manos de una oligarquía que no tuvo contestación ni contrapeso y que no quiso o no supo evolucionar al ritmo del país, con lo que Chinchón se quedó anclado en un pasado, artificialmente glorioso, pero que no contribuía al progreso del pueblo".