Se puede cerrar un Parador de Turismo durante medio año; se pueden arrendar varias decenas de hectáreas en el Llano para simular un desierto; se pueden copar todas las viviendas de alquiler, casas rurales y apartamentos turísticos; se pueden firmar contratos de confidencialidad para garantizarse que nadie se vaya de la lengua, incluidas las autoridades municipales; se puede cerrar el teatro, se puede “secuestrar” todo un pueblo... todo es cuestión de dinero, y si son dólares, mejor.
Pero también se pueden cambiar las tradiciones centenarias y cambiar los actos de culto de una Hermandad; aunque esto se pueda achacar a la pandemia que ha servido para justificar ya tantas cosas.
Y no digo que esté mal, solo dejar constancia de unos hechos que ocurrieron en un verano del año dos mil veintiuno, cuando un afamado director de cine americano llamado Wes Anderson, pensó que Chinchón reunía las condiciones idóneas para ser el escenario de su nueva película, de la que todavía no sabemos ni título, argumento ni protagonistas; pero de la que se continuará hablando cuando pasen muchos, muchos años; como ahora lo hacemos de otra, para la que también otro director, este británico, de apellido Anderson, escogió como escenario la plaza de nuestro pueblo y que se tituló “La vuelta al mundo en 80 días”
Y es que ya lo dijo hace mucho tiempo don Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibañez Cevallos:
“Poderoso caballero es don dinero”
Y digo yo:
Y si son dólares, ¡Miel sobre hojuelas!