El, claro está, entonces no era consciente de ello y tardó mucho en darse cuenta, porque la diferencia de un solo día, apenas si modificaba su comportamiento y le era difícil, por no decir imposible, comunicar a sus familiares lo que ocurriría al día siguiente y tampoco podía modificar lo que había hecho el día anterior, porque su hoy de cada día era el mañana para todos los demás y, lógicamente, el hoy de los demás era su ayer, y y se sabe que no se puede modificar lo pasado.
El sabía un día antes quien iba a ganar el partido, el número premiado de la lotería y la combinación de la bonoloto, pero no le servía de nada porque ya se le había pasado el plazo para hacer sus apuestas.
El se besó con su novia un día antes que ella se besase con él y se casaron con un día de diferencia y supo que a muchos de sus invitados les sentaron mal los langostinos del banquete, aunque tampoco pudo hacer nada para que cambiaran el menú.
Veía impotente como se iba a producir un accidente sin poder remediarlo y asistía a muchos entierros cuando el deudo aún estaba vivo; hubo incluso una vez que tuvo que pasarse en cama todo un día, mientras sus amigos se lo estaban pasando de miedo en un fieston, donde el se cogió una borrachera de época.
Conoció a su hijo el día antes de nacer y se murió dos días antes de su entierro pero no pudo comprobar lo mucho,que le querían sus familiares y amigos, y la cantidad de gente que asistió a su funeral.
Fuera de eso, para poco le sirvió a Higinio ser tan adelantado.