UN CARRO FRENTE AL CASTILLO.
Esta es la segunda fotografía que me mandó mi amigo Miguel Angel. Como ya os dije, estamos en la primavera del año 1965. Aquel día el cielo estaba nublado y hacía una agradable temperatura que invitaba a los jóvenes madrileños a acercarse hasta el Castillo.
El fotógrafo, subiendo por la calle del Convento, se detuvo para rescatar esta imagen de un carro, ya semiabandonado junto al paseo.
Era la viva imagen de la decadencia de la agricultura, que poco a poco iba siendo abandonada por los jóvenes que emigraban a la capital en busca de nuevos horizontes.
Muchos de nosotros, que habíamos montado en los carros camino de la Vega, recordamos con añoranza aquellos años, que no eran mejores que los de ahora, pero que a nosotros nos parecen más hermosos, porque, entonces, sí que éramos jóvenes.