Se conoce como "freelance" al trabajador por cuenta propia que vende sus trabajos a una sociedad o a otra persona. Es una modalidad inventada por las empresas para no tener hipotecada su plantilla de trabajadores. Esta modalidad de trabajo existe en muchas actividades, aunque es muy frecuente en los medios de comunicación, principalmente dentro del periodismo, tanto escrito como gráfico.
Así, los profesionales hacen sus trabajos y luego los tienen que vender a los medios. Si el trabajo es atractivo, se lo compran, si no lo es, pierden todo el tiempo invertido en realizarlo. Y generalmente los trabajos más remunerados en los medios actuales suelen ser los más agresivos, con lo que los "freelance" consiguen mayores beneficios cuanto más escabrosos o escandalosos son sus trabajos, y para ello son capaces de llegar a límites impensados si el trabajo se realizase por encargo y dentro de una actividad laboral normal.
Por eso vemos en los medios de comunicación a "profesionales" rozando el límite de los permitido y lo razonable cuando se dirigen a sus "víctimas".
Estos últimos días hemos visto como unos fotógrafos franceses han llegado a invadir el garaje del motorista Marc Marquez, para conseguir un reportaje con el que, a la vista de los resultados y de su repercusión mediática habrán hecho su agosto.
En el periodismo, como en otras actividades, no todo vale. Nunca el fin justifica los medios. Pero los culpables no son esos "pobres diablos" que no tienen dónde caerse muertos, sino los responsables de las cadenas y los periódicos que, sin exponer nada, se aprovechan de la indigencia de esos "freelance" que tienen que sobrevivir como pueden vendiendo sus cuerpos y sus almas al mejor postor.
Ya he dicho muchas veces que hay muchas formas de prostitucion, y todas ellas deberían ser normalizadas y regladas, por el bien de todos.