Capítulo IX - Los invitados de ella ( y de él )
- A mí no me fastidieis, ya sabeis cómo pienso y no estoy dispuesto a organizar una manifestación con motivo de la boda de mi hija. Con la familia más allegada y los amigos íntimos es suficiente...
- Es la oportunidad para corresponder con todas nuestras amistades, con tus proveedores y con las clientas de toda la vida, además de la familia, claro está ; aunque a algunos de tus primos yo no les invitaba porque no se acuerdan de nosotros nada más que cuando quieren pedirnos algo...
- ¿ Y a tus copañeros ? ¿ No me digas que nos vas a invitar a tus compañeros a la boda de tu hija ?
- Ya sabes que yo siempre he sido partidario de hacer una gran celebración para la boda del niño, pero me estas asustando y a este paso veo que ese día tiene que cerrar todo el mercado...
- ¿ A todos mis compañeros ? En el Departamento somos veintisiete, si invitamos también a sus mujeres o a sus maridos son más de cincuenta...
- A quien tenemos que invitar ,sin falta, es al Concejal de Abastos que fue muy agradable contigo cuando presidias las comisión para la reforma del mercado, y esas amistades hay que conservarlas...
- A todos tus compañeros, no, pero al Sr. Castiñeira, tu jefe, a Jimenez y a Demetrio que llevais juntos más de quince años, no hay más remedio...
- Mira, Asun, haces tu la lista con el niño, después la repasamos entre los tres y nos dejamos de discusiones inútiles... ( No es que estuviese claudicando totalmente, es que iba a empezar el partido atrasado de la semana, y el Madrid se jugaba el liderato.
- Margarita, hay cosas que las tengo muy claras, más de cien invitados : ¡ Ni pensarlo ! Os las arreglais como podais, haceis vuestra lista y si no llegan a esa cifra podeis contar con mi consentimiento... ( También dió por zanjada la cuestión arrellanándose en el sillón del salón, mientras en la tele daban las alineaciones del partido. )
Aunque no se habían puesto de acuerdo, aquel lunes de enero las dos familias coincidieron en la confección de la lista de invitados. Esta es una ardua tarea, a la que se puede aplicar los célebres versos de Muñoz Seca en la Venganza de Don Mendo, cuando describe el juego de las siete y media...
juegas mil veces, mil
y de las mil, ves febril
que o te pasas o no llegas,
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de tí si te pasas!
¡ Si te pasas es peor!
Y la verdad que casi siempre te pasas, y no sabes muy bien qué pintan allí el pelma de Jacinto y Elvira, su mujer, que además de inaguantable es más cotilla que una reportera del corazón; ni aquel primo de tu mujer, que no sabes cómo se llama, que te dará un abrazo que casi te parte en dos a la salida de la Iglesia ; ni Albertito, tu amigo del colegio, que la última vez que hablasteis fue después de la Reválida de sexto... Claro que tu mujer te va a echar en cara toda la vida que te hayas olvidado - porque has sido tú - de la tia Eduvigis, que la pobre está muy sola y con este detalle seguro que quita del testamento a tus hijos .
- Saca el cuaderno de la boda, Mati, y en una hoja nueva pon : INVITADOS, con mayúsculas, dos puntos y aparte.
- Sí mamá, parece que estoy en primero de EGB. Puedes empezar cuando quieras. (Dijo ella resignada ya a que en su casa todos la siguiesen tratando como a un bebé, aunque muy ilusionada porque todo estaba saliendo como ella había previsto.)
- Nosotros somos cinco, El abuelo Julián y la abuela Federica, la tia Isabel , el tío Gervasio y los primos: seis. El tío Jesús, su mujer, la prima Luisita y su novio, cuatro. Los tios de Moral de Calatrava ... los de Sepúlveda...
Después de recorrer mentalmente el árbol genealógico de las dos familias y olvidarse de la tia Eduvigis, - porque el olvido fue suyo - después de recordar los amigos de Mati, la novia de Santiago y sus papás, el Jefe y los compañeros de Inocente, y sus amigos de toda la vida, la lista ascendia a ciento cuarenta y ocho personas...
- Mamá te has olvidado del ese primo tuyo de Tomelloso que es tan cariñoso... ¿Cómo se llama...?
- Ah,.. te refieres a Eustaquio. Tienes razón, apunta: Eustaquio y Araceli, y son ya ciento cincuenta justitos.... Yo creo que una desviación de sólo el cincuenta por ciento de las previsiones iniciales es fácilmente aceptable por el intransigente de tu padre... Será cuestión de planteárselo el día que se clasifique el Atleti para la Liga de campeones...
No muy lejos de allí, cuando el Real Madrid marcaba el gol que desnivelaba momentaneamente el partido a su favor, Asunción hacía trabajar a su Pepito:
- Suma los que van hasta ahora.
- Treinta y seis.... Ocheta y cinco ... ciento sesenta y ocho... ¡ doscientos cuarenta y siete !
- Pues aún nos faltan tus amigos, mis compañeras de la clase de esmaltes, la monitora de gimnasia, la familia de Venezuela - que no van a venir, pero así te mandan un regalo - y los vecinos del quinto, que también nos invitaron a la boda de su hija, y así se encargan ellos de contar la boda al resto de la casa...
Pepito que había ido haciendo la suma mentalmente no tardó en dar la cifra definitiva:
En total: Trescientos veintitres, sin contar a los tios de Caracas.
Ya tenemos pues, la cifra definitiva : total de invitados a la boda: Cuatrocientos setenta y tres a los que habría que añadir siete más si vienen desde Venezuela.