sábado, 26 de septiembre de 2015

LOS CATALANES


"Mas se encuentra acorralado, política y judicialmente. Sabe que el Estado le vigila muy de cerca, ese Estado que considera que sus torpes y absurdas maniobras políticas y electorales se asemejan cada vez más a la sedición que al esperpento.
El fracaso y grotesco pretendido referéndum del 9-N demostró la fuerza con la que cuenta la independencia en Cataluña; 1,8 millones de personas en una región que tiene un censo electoral que supera los 5,4 millones de electores. Hasta el propio CEO, Centro de Estudios de Opinión de Cataluña, reconoce en su último barómetro un descenso en el número de independentistas que en estos últimos meses ha caído del 45,3% de julio de 2014 al 42,9% de julio de 2015. Esto supone una disminución nada desdeñable de 2,4 puntos. Por el contrario, crece el porcentaje de personas que se opone a la independencia, que en el último año pasa del 47,4% al 50%, representando un avance de 2,6 puntos".


Esto es lo que dice el periódico La Razón. Y si lo que dice, es verdad, ¿Por qué preocuparse? 
Según estas predicciones, en las próximas elecciones, se consideren autonómicas o pleviscitarias, los catalanes irán a votar y el Sr. Mas tendrá que irse a casa. Y los que ganen tendrán que afanarse en arreglar todos los problemas que allí tienen planteados, que no son demasiado diferentes a los del resto de España.
¿A qué viene pues ese miedo? ¿Es que piensan que los no partidarios de la independencia no van a ir a votar? ¿Por qué no dar información veraz, concreta y creíble de las distintas alternativas, en vez de amenazar con ocupaciones militares o supresiones de autonomías?
Para mí solo hay un riesgo, y es que solo los independentistas vayan a votar y los demás se queden en sus casas. Y si eso ocurre, es que entre todos habremos conseguido que los ciudadanos se hastíen de la política y lleguen a pensar que no valen para nada las elecciones, porque todos son iguales.
Así que vamos a ser coherentes, vamos a hacer una información responsable y vamos a confiar en que la ciudadanía, como lo ha demostrado ya tantas veces, es mas sensata y mas responsable que sus representantes... Y además no se deja engañar por los alarmistas presagios de una prensa que parece que lo que realmente quiere es que Cataluña se vaya de España.

viernes, 25 de septiembre de 2015

LOS PRIMEROS 100 DÍAS.



Han pasado ya los 100 días desde que la nueva Corporación Municipal se hizo cargo de la gobernación de Chinchon. Yo siempre he pensado que poco más de tres meses no es suficiente para dominar todo lo que conlleva el conocimiento de las artes de gobernar; pero es el plazo generalmente concedido a los nuevos dirigentes, por lo que es conveniente acercarse a la normalidad política de nuestro pueblo.
En un principio pudimos comprobar como desde el Ayuntamiento se hacia un intento de "comunicar" sobre los asuntos públicos y vimos como se empezaban a publicar en la página web del Ayuntamiento las actas de los plenos. Sin embargo pudimos comprobar que el acta de la segunda sesión de la Corporación fue retirada inmediatamente, y según se ha podido saber, por comentarios no oficiales, se debió a una impugnacion del acta por parte de la oposición. Si eso es así, no veo motivos para no comunicarlo oficialmente y evitar los bulos que se generan cuando no hay información oficial.
Por otra parte, vamos a tener paciencia, pero estamos esperando la publicación de los gastos de las fiestas de San Roque, porque siempre hemos creido en la vocación de transparencia del nuevo Equipo de Gobierno. 
Lo dicho, que cien días son pocos, pero es deseable empezar a ver más información oficial sobre lo que ocurre en nuestro pueblo y para ello no es suficiente la publicación de algunas fotografías en la página de Facebook del Ayuntamiento.

jueves, 24 de septiembre de 2015

FLORES DE OTOÑO.



Aunque el verano ya sea historia, y todo nos parezca un poco más triste, aún tenemos motivos de esperanza. 
Estas son las flores de otoño, que han brotado en mi patio, como promesas de que la belleza y la felicidad, aun en el invierno de nuestras vidas, seguirá entre nosotros.




SENTIRSE ESPAÑOL






Fernando Trueba nació en Madrid, y para ser más exactos, el 18 de enero de 1955; pero el dice que nunca se sintió español. Y por eso muchos se han rasgado las vestiduras y le han puesto a parir. Pero Fernando Trueba pudo nacer en otro sitio, incluso en Nairobi, Helsinki, Buenos Aires o Granollers.
Otros nacemos en Chinchon y los hay que nacieron en Colmenar de Oreja, pero cada uno es muy libre de "sentirse" de donde le parezca. 
Porque el nacer en un sitio determinado no supone ningún mérito ni, por supuesto, ningún baldón. Por eso no entiendo cuando alguien dice sentirse orgulloso de haber nacido en uno u otro sitio. Uno puede sentirse orgulloso de haber alcanzado una meta, porque eso supone un esfuerzo personal y un mérito digno de ser reconocido. Uno no puede sentirse orgulloso por haberle tocado la lotería ni por ser rubio, aunque puede estar contento por ambas cosas. Pero es posible que los que ponen en esto su orgullo sea porque no tienen nada mas por lo que sentirse orgullosos.
Y es que, últimamente, eso de haber nacido en un lugar o en otro se le esta dando demasiada importancia y se quiere atribuir al origen de nacimiento unas propiedades que yo no veo. 
De vez en cuando, a alguien se le ocurre una parida, la dice, a otro le gusta y ya tenemos un dicho que se hace famoso. A mi, una de las chorradas mas grandes que he escuchado es aquello de "Ser español, un orgullo; ser de Madrid, un título", o algo por el estilo. Porque también se podría decir "Ser catalán un orgullo, ser de Puigcerda, un título"
Y es que si cada uno lo adapta a su origen, pues bien; si con eso se conforman... Pero la realidad es que se dice para ofender a todos los que no son de los tuyos, para menospreciarlos...
Yo, desde luego, nunca me he sentido orgulloso de ser español, aunque lo sea; nunca he considerado que haber nacido en Chinchon sea ningún título, aunque me gusta mi patria chica y siempre he procurado conocer mejor su historia y darla a conocer porque me parece interesante; y el señor Trueba es de Madrid aunque no se haya sentido español ni cinco minutos de su vida. Pero el señor Trueba, el señor Mas, el señor Rajoy y yo, lo queramos o no, lo sintamos o no, somos terrícolas... Aunque alguno parezca que esta en la luna...¿Verdad?

miércoles, 23 de septiembre de 2015

HOY EN ABC: DIEZ EXCURSIONES FÁCILES A UNA HORA DE MADRID.

Callejuelas con encanto, palacios o paraísos naturales para ir cualquier fin de semana.

7.- CHINCHON, a 46 km.



Aunque parezca mentira, Chinchón tiene mucho más que buen anís. De hecho, es casi imposible no haber visto en alguna ocasión la imagen de su Plaza Mayor, una de las más emblemáticas del país, que en muchas ocasiones se convierte en escenario de todo tipo de espectáculos, como el mercado medieval o las famosas corridas de toros. Otros lugares destacados del municipio son el monasterio de los Agustinos, actualmente convertido en Parador de Turismo o el teatro Lope de Vega, cuyo nombre se debe a que el dramaturgo escribió en Chinchón una de sus obras El Blason de los Chaves de Villalba. La oferta gastronómica de este municipio es inmensa así que no podemos dejar pasar la oportunidad de comer en uno de sus restaurantes un buen asado al horno A nuestro regreso a casa, no podemos olvidar llevarnos de regalo no solo una botella de anís sino también unas cabezas de ajos o alguna muestra de repostería artesana, excelente en la zona. 

RECONSTRUIR EL ESTADO.


"No se trata de reformar la Constitución para resolver el problema de Cataluña, porque el problema es de España. El deterioro de las instituciones amenaza con destruir el sistema democrático".


Un artículo de Juan Luis Cebrian en El País, del domingo pasado. He considerado que puede ser de interés, por lo que transcribo los primeros párrafos y añado el enlace para los que quieran leerlo completo: http://elpais.com/elpais/2015/09/19/opinion/1442680976_955218.html

"La broma ha terminado”. Esta declaración del candidato del Partido Popular a presidente de la Generalitat de Cataluña pasará a la historia como el mejor resumen del pensamiento político ahora imperante en el partido del Gobierno. Las derivas autoritarias que el pánico electoral ha desatado en el mismo, a partir de la gran cantidad de poder político que los populares perdieron en los comicios municipales y autonómicos, no pueden encontrar mejor referente que la zafiedad de este exalcalde de Badalona, cuya vulgaridad de argumentos compite con la eficacia de su demagogia populista.
Pero la broma en cuestión ni ha terminado aún ni es ninguna broma. Se trata de un proyecto político, liderado desde el Gobierno catalán, que reclama la secesión de España y promete una declaración unilateral de independencia si logra una representación mayoritaria en el Parlamento de la comunidad autónoma. La impresionante manifestación popular del 11 de septiembre, al margen las disquisiciones sobre su volumen, y los pronósticos de las encuestas no auguran nada bueno para el futuro de nuestro Estado. Tras años de inmovilismo por parte del Gobierno del Partido Popular, confiado su presidente en que el tiempo y la recuperación económica despejarían los nubarrones que se ciernen sobre la cohesión territorial de España, el insensato proceso puesto en marcha con toda clase de artimañas dialécticas por Artur Mas es hoy elemento central del debate político. Tanto que ha sido incluso capaz de acallar las protestas por la corrupción y la existencia de verdaderas bandas de delincuentes organizadas en torno a la acción política. La respuesta defensiva, a veces histérica, de las autoridades de Madrid a la hora de enfrentar el problema, no hace sino aumentar día a día el sentimiento de agravio que muchos ciudadanos catalanes sienten, tengan o no la razón de su parte, ante las improvisaciones, arbitrariedades y atribuladas advertencias que les llegan desde la capital del Estado.


martes, 22 de septiembre de 2015

"FOROFOS" UN ARTÍCULO PARA EL III CERTAMEN LITERARIO ENRIQUE SEGOVIA ROCABERTI.




En los últimos días he publicado los artículos de opinión que fueron premiados en el Concurso que con el nombre de "Enrique Segovia ROCABERTI" convoca anualmente la Asociación de Amigos de la Biblioteca y del Archivo Histórico de Chinchon, así como uno de los presentados que me ha enviado su autor. Para terminar esta serie, os quiero mostrar el artículo que presenté (y que no fue premiado) a ese concurso, con el título de "FOROFOS"; al mismo tiempo que animo a otros participantes a enviarme sus artículos si quieren que los publique en este blog.

"FOROFOS"

Un grupo de jóvenes enarbolando banderas, con camisetas y bufandas multicolores - algunos también con pasamontañas - vociferando en los aledaños de un campo de fútbol. Pueden ser de los “Ultra Sur”, “Frente Atlético”, “Boixos Nois”,  “Biris Norte”, “Bucaneros”, “Riazor Blues”, o de cualquier otro equipo; pero todos tienen un denominador común:  son forofos.

A cualquiera de ellos le sería muy difícil argumentar lo que le lleva a ser adepto a su equipo, como no sea lo del sentimiento. Todos ellos son seguidores incondicionales de sus equipos, pero su conducta tiene necesariamente un componente irracional.

Sólo hay que ver por televisión un partido de fútbol rodeado de forofos de los dos equipos, para comprobar cómo ese componente irracional obnubila sus sentidos de tal forma que una misma jugada vista desde una posición idéntica puede ser juzgada radicalmente diferente dependiendo del equipo a que pertenecen..

Pero existen forofos - también llamados fanáticos, sectarios, intransigentes, dogmáticos, exaltados, intolerantes, secuaces y prosélitos - en la política, en la religión, en el nacionalismo, en la música, en los toros y, en definitiva, en todo lo que se convierta en movimiento de masas. 

Por eso, los partidos políticos, las iglesias, las naciones y los artistas fomentan este sentimiento entre sus seguidores y saben muy bien lo que hay que hacer para enardecer los ánimos, sin necesidad de tener que argumentar sus premisas, sino avivar los sentimientos por medio de consignas, himnos y cánticos que lleguen al subconsciente colectivo. 

Las iglesias  pueden convocar su Cruzada cristiana o su Yihad islámica para convertir a los infieles, porque cuenta con unos fanáticos que están dispuestos, incluso, a dar su vida.

Los políticos cuentan con un colchón de incondicionales que les van a votar pase lo que pase y con eso, muchas veces, es suficiente para llegar al poder.

Los nacionalistas han reunido prosélitos que estarían dispuestos a pedir la independencia, sin pararse a pensar siquiera, que podría ser perjudicial para ellos.

Los artistas, cuando han conseguido sus fans, pueden sacar un bodrio de canción o dar una “espantá” en la corrida, porque saben que seguirán vendiendo sus discos o llenando las plazas. 

Sólo hay una cosa en la que los forofos políticos, religiosos y nacionalistas no se parecen a los del fútbol, son difícilmente identificables. A los hinchas futboleros se les conoce bien por su forma de vestir. Los seguidores de los artistas también suelen ponerse camisetas con la imagen de sus ídolos. Los otros forofos, también deberían buscarse algún distintivo que los identificase. Así todos nos conoceríamos y podríamos tomar nuestras precauciones... para no regañar.

Yo me atrevería a proponer que los participantes en las tertulias políticas, fuesen uniformados como en los eventos deportivos; de esta forma los espectadores sabrían a qué equipo pertenece cada uno.

Un auténtico forofo tiene que decidir entre dos o varias opciones. No puede seguir a todos. Tiene que elegir entre Mazantini o Guerrita, entre Paquiro o Frascuelo, entre Camino o El Cordobés, entre el Juli o José Tomás, si hablamos de toros; y entre Domingo o Carreras, entre Bisbal o Bustamante o entre la Jurado o la Pantoja, si hablamos de música.

Aunque un forofo puede serlo de varias opciones si hablamos de actividades distintas. Uno puede ser forofo del Atleti, de Fuerza Nueva, de los adventistas del séptimo día y de José Luis Perales; o del Barça, de Podemos, de los Testigos de Jehová y de Julio Iglesias; o viceversa.

Y una vez elegido el objeto del propio fanatismo, inmediatamente hay que ser acérrimo enemigo de los otros. Y en esto han tenido mucha culpa las religiones. Nadie entendería que uno fuese ferviente seguidor de una doctrina y de las otras. Ya se dice en el evangelio: “El que no está conmigo, está contra mí”, o “No se puede servir a Dios y al diablo”.

Otra de las características de este comportamiento es el proselitismo. Un forofo, como dios manda, no se conforma con amar, respetar y defender a unos colores, doctrinas o gustos artísticos. Hay que convencer a los “otros” que eso es lo mejor. El motivo es que el forofo no tiene demasiado claras las causas de su sectarismo, que la mayoría de las veces son irracionales, y por eso necesita apoyarse en los demás para reforzar sus convicciones.

Pero posiblemente, la característica fundamental del forofo es la beligerancia. Un forofo de verdad nunca se limitará a disfrutar de los éxitos y sufrir lo fracasos de sus colores (deportivos o políticos) o sus creencias. Tendrá que celebrar ostentosamente los éxitos, y justificará los fracasos por la confabulación de elementos foráneos, nunca por los errores propios… Pero sobre todo, tendrá que alegrarse por las desgracias de sus contrarios.

Pero como todos tenemos algo de forofos, a mí me parece que Chinchón es el mejor pueblo del mundo, que sus mujeres son las más bonitas y sus hombres los  más valientes, que “de Madrid al cielo”, que José Sacristán es el mejor actor del mundo, y que Manquillo será el mejor lateral derecho de todos los tiempos...

¿O no? 

lunes, 21 de septiembre de 2015

EMPATÍA.



La empatía del griego ἐμπαθής (emocionado) es la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.

Eso tan dificultoso de definir es mucho más difícil aún de practicar; es mas, yo diría que es imposible. Y sobre todo cuando la realidad que le afecta a la otra persona supone una situación traumática que la capacidad cognitiva de un individuo no es capaz de poder sentir. 

Muchas veces, cuando vemos que una persona sufre, somos capaces de acercarnos a su dolor y de querer mitigarlo. La dificultad estriba en saber o poder transmitírselo al otro. Ocurre a veces que somos tan poco hábiles para afrontar estas situaciones, que  no encontramos ni las palabras, ni los gestos ni la actitud que sirvan como cauce para hacer llegar al otro la empatía que realmente sentimos. Y es que esto de la empatía requiere unas habilidades que no todos somos capaces de poner en práctica.

En situaciones de enfermedades graves, en situaciones de soledad, una simple visita puede mitigar el mal y es posible que ni sean necesarias las palabras; pero cuando esta la muerte por medio, la situación se suele complicar. 
Y es que al tratar de la muerte se conjugan una serie de circunstancias en las que entran a formar parte las creencias, las culturas y los atavismos heredados. Por eso, ante una situación en la que un semejante se ha tenido que enfrentar con la muerte de un ser querido, nuestra respuesta es siempre dubitativa y no sabemos muy bien como nos debemos comportar. 
Hay ritos y costumbres que vienen de tradiciones que poco a poco van cayendo en desuso, como puede ser el luto riguroso que había que "cumplir" durante un periodo establecido y durante el cual había que vestir de negro o con un signo de luto siempre bien visible, no se podía acudir a ningún acto festivo, e incluso, estaba mal visto cualquier distracción que te pudiese apartar del dolor que necesariamente debías sentir durante todo ese período, que podía durar años. 
Otras culturas también se diferencian en el tratamiento del duelo por el fallecimiento de un ser querido. Vemos las tradiciones de los países hispanoamericanos y, más cerca, los lutos de la etnia gitana, que son de obligado cumplimiento para toda la familia o clan.
Pero es el aspecto religioso el que, posiblemente, mas puede influir a la hora de afrontar el trance de la muertes de un ser querido. Todas las religiones hablan de la otra vida que tendrá el ser humano después de la muerte. Incluso, muchas de ellas parten de que la vida mortal no es sino una etapa, por lo general penosa, que hay que pasar para llegar a la otra vida eterna y feliz. A diario en las oraciones de los católicos se habla de "este valle de lágrimas" que debemos transitar para alcanzar la gloria divina. Por eso, los que creen en estas propuestas de la iglesia, se enfrentan a la muerte como el final del padecimiento y el inicio de una vida mejor; que necesariamente les llevará a considerarla, incluso, como una alegría o, al menos, como una secuencia necesaria para conseguir un bien infinitamente mejor que la vida que ha dejado.
Los que no creen en "la otra vida", tienen que enfrentarse a esta realidad de una forma radicalmente diferente, intentando racionalizar la muerte como una consecuencia natural e inevitable del hecho de haber vivido. Y para esto debería ser obligado que los hombres fueran siendo preparados para esta contingencia durante toda su vida, y no ser obviada la muerte como un tema tabú, que en nada ayuda cuando inexorablemente te llega.
Por todo ello, es muy difícil poder ponernos en el sitio del otro, tener empatía, sin conocer realmente todas sus circunstancias religiosas, sociales y culturales. Por eso, también, es posible que podamos equivocar nuestro acercamiento al otro, y nuestra actitud pueda no ser la adecuada.
Pero, aparte de todas estas consideraciones, siempre es bueno el intento de acercarse al que sufre, intentar mitigar su dolor y tratar de ponerte en su lugar. Si lo hacemos con sinceridad y sin afectación, seguro que el otro va a captar nuestra buena voluntad, y seguro,también, que eso le va ayudar a superar su dolor.
La empatía, aunque tenga una difícil definición, siempre será una buena actitud para acercarse a los demás.

domingo, 20 de septiembre de 2015

CAMPEONES DE EUROPA DE BALONCESTO.

ESPAÑA 80 LITUANIA 63


¡UN CATALÁN, PAU GASOL, LIDERA EL TRIUNFO DE ESPAÑA!

"SELECCIÓN NATURAL" DE MARIA INMA ESCRIBANO ALBENDEA, FINALISTA DEL CONCURSO DE ARTÍCULOS DE OPINION "ENRIQUE SEGOVIA ROCABERTI"


Cuando la leona siente cercana la amenaza y agarra con fuerza entre las fauces a su cachorro, sabe que los otros vástagos no sobrevivirán; es una infame ley natural que se basa en la selección, como tantas otras cosas en la vida. Me recuerda mucho a la protagonista femenina de La decisión de Sophie, del director Alan J. Pakula, en la que una hermosa emigrante polaca y católica, magníficamente interpretada por Meryl Streep, es conducida a un campo de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial, y obligada a tomar la imposible decisión de elegir a cuál de sus dos hijos pequeños salvar de las garras nazis.
De nuevo la selección se convierte en pieza esencial de la vida. Decidir quién sobrevivirá es muy parecido, salvando las distancias, a decidir quién recibirá una formación de calidad que posibilite al individuo desenvolverse en una sociedad donde se premia la autonomía, el talento y la competitividad. En definitiva: sobrevivir. En nuestras aulas impera la selección. Es cruel, sobre todo cuando en ellas se encuentran nuestros hijos, pero es así, y poco se hace para evitarlo. Nos hemos empeñado en los últimos años en que nuestros jóvenes sean diferentes, irrepetibles, originales, cada uno con sus fabulosas capacidades o sus pequeñas dificultades a la hora de aprender.
Y hecho el diagnóstico, hemos pretendido que nuestro competente profesorado atienda a esas diferencias ofreciendo al alumno una formación personalizada. Tareas complementarias, ejercicios de refuerzo, exámenes adecuados a sus necesidades… Medidas forzosas pero difíciles de llevar a la práctica con resultados óptimos pues el elevado número de alumnos por aula impide que aquellas cobren eficacia y utilidad. De nuevo el león acecha y la leona selecciona.
Mi hija está en esa clase y tiene un problema grave de aprendizaje. No comprende lo que lee, le cuesta entender las explicaciones del profesorado, es más lenta en realizar las actividades… Mi hijo está en esa clase. Ha sido diagnosticado como un alumno de altas capacidades, tiene un talento especial para las matemáticas y quiere ser ingeniero. Mi hijo está en la misma clase. Lleva un desarrollo normal, se esfuerza a diario y obtiene buenos resultados. Mi hija también está en esa clase. No quiere seguir estudiando y nos está costando mucho esfuerzo obligarla a acabar la Educación Secundaria Obligatoria.
Hay otros 32 compañeros, cada uno con sus necesidades, intereses y aptitudes. De nuevo el león acecha. Y de nuevo impera la selección. El profesor sabe que debe ofrecerles una formación hecha a su medida pero eso supone dedicar a cada uno de los alumnos un tiempo del que no dispone.



Son alrededor de 50 minutos, los que suele durar una clase, de búsqueda de infinitos instrumentos para llevar a cabo esta difícil tarea; minutos de los que no dispone para repetir cuantas veces haga falta el objetivo a conseguir ese día, minutos para hacer que los que han captado la idea trabajen; minutos para motivar al alumnado superdotado que ha alcanzado el objetivo de sobra; minutos para atender a los alumnos disruptivos; minutos para solucionar los pequeños problemas de la convivencia en el aula, para hacer funcionar el ordenador, la pizarra digital, hacer guardar silencio, imponer respeto, enseñar en valores… Los minutos se agotan y el resultado es frustrante.
El profesor, cabizbajo, llega a casa consciente de su fracaso. El problema: el número de alumnos. La solución, a la que no quiere llegar pero a la que irremediablemente llega: la selección. Al día siguiente, con toda probabilidad, explicará los contenidos de la materia teniendo en cuenta solo a un número concreto de alumnos, imponiendo un nivel al grupo que el resto tendrá que ponerse las pilas para alcanzar. Y así, los alumnos de altas capacidades acabarán desmotivados porque la asignatura se les hace obvia y aburrida y los alumnos con dificultades de aprendizaje se sentirán desmoralizados y olvidados por un sistema tal vez eficiente en la teoría pero imposible en la práctica.

Sin embargo, todavía queda hueco para la esperanza, para que los padres del sistema educativo reflexionen acerca de la realidad, pero la del día a día, la que golpea en la cara del profesorado cada mañana, cuando abre el aula y cae en la cuenta de que se ha vuelto más pequeña, que la convivencia resulta más difícil, que aumentan los conflictos, que esos alumnos tendrán menos posibilidades de participar en las actividades, que la acción tutorial y el seguimiento personalizado se complica, así como la colaboración con las familias, que el tiempo efectivo de clase se reduce, que el trabajo colaborativo y las metodologías participativas van cediendo terreno a las expositivas, que el profesor limita sus instrumentos de evaluación porque no hay tiempo real para realizar tantos exámenes como serían necesarios, revisar cuadernos, corregir trabajos individuales y de grupo… Y mientras el profesor toma el oxígeno suficiente antes de entrar en el aula, los padres del sistema educativo teorizan sobre lo que puede ser mejor para sus hijos, los nuestros, sin tener realmente en cuenta ni a aquel ni a estos últimos. Una vez más el león acecha.