sábado, 13 de junio de 2020

CHINCHÓN EN LA POSGUERRA, Y VII


CAPITULO VII.

Unos años antes, cuando era ministro de Información y Turismo don Manuel Fraga Iribarne, el sol de España se estaba convirtiendo en el valor más firme para la entrada de divisas, y se plantea la posibilidad de hacer un Parador de Turismo en Chinchón. Nuestras autoridades piensan que este puede ser el mejor destino para el edificio del antiguo convento de los Agustinos.
En la sesión del pleno del Ayuntamiento de 27 de diciembre de 1968 se informa del propósito de construir en el término de Chinchón, un Parador por el Ministerio de Información y Turismo.
En la sesión del pleno de 23 de julio de 1969 se informa de la visita de personal del Ministerio de Información y Turismo para estudiar la posibilidad de instalar el Parador en el edificio del Juzgado Comarcal, Cárcel y terrenos anejos, propiedad del Ayuntamiento, ofreciendo comunicar al Ministerio e informar de los trámites legales para formalizar la cesión gratuita.
En el B.O.E. numero 140 de fecha 12 de junio de 1969, se incluye un decreto del Ministerio de Información y Turismo en el que se acuerda incluir en el plan de obras de la Dirección General de Promoción del Turismo en la segunda fase del cuatrienio de 1968-1971, la construcción de nueva planta e instalación de la Hostería de Chinchón, en la provincia de Madrid.
Pero además del edificio del convento, también se ceden otras dependencias propiedad del Ayuntamiento. El valor que tenían asignados estos edificios del Ayuntamiento en la cuenta de administración del patrimonio en el año de 1969 eras de 211.273 pesetas.
En el mismo Boletín se incluye el decreto no 1127/1969, que en su apartado a) del artículo primero, se acuerda la construcción de los Paradores Nacional de Calahorra, en la provincia de Logroño, Fuentes Carrionas, en la de Palencia; Argomániz, en la de Álava; Sos del Rey Católico, en la de Zaragoza; así como la Hostería de Chinchón, en la Provincia de Madrid. Firma el decreto don Manuel Fraga Iribarne y era Alcalde de Chinchón D. Francisco Grau Simó.
En sesión extraordinaria de fecha 26 de febrero de 1971, el pleno del ayuntamiento acuerda ceder gratuitamente al Ministerio de Información y Turismo los terrenos necesarios para la construcción del Parador de Turismo. Y en la sesión extraordinaria celebrada el día 10 de marzo de 1971 el pleno del Ayuntamiento acuerda el cambio de afección de los edificios en los que se va a construir el Parador, no siendo considerados "edificios de servicios públicos" incorporándolos al grupo de "bienes propios." Estos dos acuerdos se publican en el boletín oficial de la provincia de Madrid no 71 de fecha 24 de marzo de 1971. Según un escrito del Ministerio de I. y T. de fecha 17 de enero de 1972, los edificios cedidos gratuitamente por el Ayuntamiento de Chinchón, tenían una superficie total de 6.809,61 m2.
Las obras del Parador son dirigidas por el Arquitecto D. Juan Palazuelo Peña, y se hace una restauración concienzuda del edificio. Los trabajos son lentos y se llegan a fabricar expresamente ladrillos de barro de las mismas características de los existentes para sustituir, uno a uno, los que estaban deteriorados.
En su interior encontramos varias pinturas originales de la época en que fue convento, en el techo de la escalera principal, que fueron restauradas por Luis Martínez, cuando se rehabilitó para el Parador. A la salida del huerto y jardines hay dos mosaicos en los que se representan a San Roque y La Virgen del Rosario. Su autor, Manolo Gómez Cía, pintor y ceramista segoviano que durante varios años tuvo su taller en Chinchón. De este mismo autor había unas pinturas en unas hornacinas del claustro, junto al comedor, que representaban a unos frailes agustinos desempeñando varias profesiones, y cuyos modelos fueron personas de Chinchón que había participado en las obras del Parador, que se inauguraría el 26 de junio de 1982.
En el año 1975 hereda el título de Conde de Chinchón don Carlos Rúspoli y Morenés.

viernes, 12 de junio de 2020

CHINCHÓN EN LA POSGUERRA VI


CAPITULO VI.

En esas fechas se inicia en España una cierta apertura política y se autoriza la creación de alguna clase de asociaciones. En Chinchón se crea la Asociación de Cabezas de Familia, siendo elegido presidente D. Francisco Grau Simó. El principal objetivo de esta asociación fue conseguir un Instituto de Enseñanza para Chinchón, ya que hasta entonces, cuando terminaban la enseñanza primaria, los jóvenes tenían que desplazarse a Madrid o Aranjuez para continuar sus estudios.
Con fecha 24 de febrero de 1967 se acuerda solicitar del Estado la construcción de un Colegio Libre mixto de Enseñanza Media elemental, a ubicar en los antiguos colegios de la fundación Aparicio de la Peña. En esos años, Chinchón tenía una población de 4.338 habitantes, y 350 niños entre los 10 y 14 años.
El 20 de julio de 1967 se crea el Colegio Libre de Enseñanza Media, de Grado Elemental de Chinchón, bajo la dependencia del Instituto Nacional de Enseñanza Media de Aranjuez, creándose dos cátedras, una de Ciencias y otra de letras, nombrándose directora a Da Maria Cecilia Vivero Cereijo y subdirectora a Dª Inmaculada Ruiz Santos, y director espiritual a D. Moisés Gualda Carmena. Se sitúa en los locales de la calle Benito Hortelano.
En Mayo de 1968 se hace un proyecto para la construcción del Colegio Libre adoptado, en los terrenos de la antigua estación del ferrocarril del Tajuña, por el arquitecto don Francisco del P. Adell Ferré, con un presupuesto de 5.644.895,60 pesetas, pero no se llega a realizar.
Los colegios Libres adoptados eran centros docentes de grado medio administrados por corporaciones locales, en los que se cursaban el bachillerato elemental general de enseñanza libre, tutelados por el Ministerio de Educación, para garantizar que los niveles de la enseñanza fueran semejantes a los demás centros del mismo grado.
Van pasando los años y, poco a poco, el Grupo Escolar se fue quedando pequeño por el aumento de la población infantil y por la desaparición del Colegio de Cristo Rey. En el año 1974 se tienen que habilitar unos locales en los bajos del nuevo barrio del Pilar, para las clases de párvulos. Estos locales no reunían las condiciones mínimas para este cometido, ya que los niños, de corta edad, tenían que jugar junto a la carretera en las horas del recreo, con el peligro que ello suponía.
A finales de ese año, un grupo de padres, encabezados por José Luis Magallares, Antonio Macias y Manuel Carrasco, crean la Asociación de Padres de Alumnos del Colegio Público "Rafael y Joaquín Ortiz de Zárate" y consiguen de las autoridades civiles y religiosas, que eran los gestores de la fundación Aparicio de la Peña, que estas clases para los niños pequeños fuesen trasladadas a lo que antes fue el Colegio de Cristo Rey en el curso siguiente.
Esto es sólo una medida provisional y en mayo del año 1982 se hace una ampliación del Colegio en una nueva edificación en terrenos junto a la Ronda de Mediodía, a donde se trasladan las clases de los niños de segundo ciclo, dejando el viejo Grupo Escolar, para los niños más pequeños.
El 1 de junio de 1977 se firma un acuerdo entre don Jesús del Nero, en representación del Ayuntamiento y la Fundación Aparicio de la Peña, representada por el Sr. Cardenal D. Vicente Enrique y Tarancón, para que en las instalaciones de la calle Benito Hortelano no 14 se instale un Colegio de B.U.P., el Colegio Mixto Homologado "Santiago".

jueves, 11 de junio de 2020

CHINCHÓN EN LA POSGUERRA V.


CAPITULO V.

Sin embargo, el atractivo del pueblo, desde el punto de vista artístico y turístico empieza a destacar. Mientras en la mayoría de los pueblos se va destruyendo su estructura tradicional por los imperativos del crecimiento industrial, Chinchón permanece inalterado, precisamente por el estancamiento económico.
Y la plaza, con su particular arquitectura, se va convirtiendo en su emblema y es la imagen que va exportando a todo el mundo la peculiaridad de este pueblo que parece anclado en su pasado. En el año 1955, es el escenario escogido para el rodaje de la película "La Vuelta al mundo en 80 días" y en el año 1960 el Ministerio de Información y Turismo utiliza una fotografía del Festival como cartel de España para la promoción de su eslogan "España es diferente" que intentaba vender el sol de España a los extranjeros.
Las autoridades son conscientes de la necesidad de mantener la delicada integridad de la plaza y a partir de este momento van a ser continuos los esfuerzos para conservar su aspecto. Su construcción con materiales pobres y la agresión que recibe de las aguas que bajan por las empinadas cuestas, requieren sucesivas actuaciones que se van a suceder periódicamente.
En el año 1966, la Sección de Ciudades de Interés Turístico que estaba integrada en la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de la Vivienda, presenta un Proyecto de ordenación de la Plaza Mayor y acceso a la Iglesia de la Asunción. Era su director D. Miguel Ángel García Lomas, que después fue Alcalde de Madrid, y a quien se le concedió el "Ajo de Oro" de la Asociación de Amigos de Chinchón, en el año 1971.
En este proyecto, se acomete la ordenación de las plazuelas que dan acceso a la plaza, se mantiene el centro de la plaza de tierra para que se puedan seguir celebrando corridas de toros, pero se consigue una superficie casi horizontal en el centro que equilibre el desnivel de la plaza.
Las fachadas de la plaza se restauraron y consolidaron manteniendo totalmente el aspecto que tenían y también se realiza en la Iglesia de la Asunción "la restauración del gran arco de la fachada que da a la plaza, picando el paramento enfoscado que enmarca el arco de piedra y chapándolo de sillería, rehundida sobre el parámetro de la fachada 15 centímetros, y haciendo un gran óculo de piedra moldurada que ordene los elementos de fachada. Se desmonta el cuerpo alto que sirve para colocar las campanas, con objeto de recrecer el contrafuerte de la derecha, hoy sin rematar, igualándolo al simétrico de la izquierda. Una vez demolido el cuerpo añadido a la capilla renacentista, se cubrirá con teja curva sobre faldones de tablero de rasilla". Se terminan las obras, pero sin recrecer el contrafuerte de la derecha, tal y como se había previsto en el proyecto.
En el edificio del Ayuntamiento se proyecta la sustitución total de la fachada, dejando un soportal en la planta baja, con columnas de piedra, zapatas, carreras, antepechos de galería y pies derechos de madera y aleros con canecillos.
En el proyecto se incluyó la reforma de la Fuente de Arriba de la Plaza, planteando una gran fuente abrevadero en sustitución de la que había, manteniendo, una vez restaurada, el pilón y cambiando el frente de mampostería, por otro de sillería moldurada. Se emplean como materiales constructivos la piedra de Colmenar y el granito, y en el centro del frontal, que ahora se hace rectangular y también rematado por bolas de piedra, se coloca un escudo en piedra de la Ciudad de Chinchón, que es que actualmente preside la plaza. En la parte posterior se dispone un pequeño pilón para poder llenar cántaros, y aprovechando el desnivel de la calle, se sitúa en el subterráneo, unos servicios públicos, bajo la plataforma posterior de la fuente.
Las obras se ejecutan desde 1967 a 1970, siendo alcalde de Chinchón don Baldomero Martínez Peco, realizándose la entrega provisional de las obras el 4 de marzo de 1972, por el representante del Director General de Arquitectura al entonces Alcalde de Chinchón don Francisco Grau Simó. Esta reforma había supuesto para el Estado una inversión de 1.455.254 pesetas.
Y tenemos que volver, de nuevo, al tema de la educación. El 4 de marzo de 1965 el Ministerio de Educación había solicitado al Ayuntamiento un estudio para la instalación de un colegio de enseñanza media.
El Ayuntamiento le contesta que cede los terrenos de su propiedad entre la calle del Generalísimo y calle de Solares, conocido como el Campillo, -que después se cederían para el Parador de Turismo- para hacer este centro, pero, según el criterio del Ministerio, este solar no reúne las condiciones idóneas para este fin.

miércoles, 10 de junio de 2020

CHINCHÓN EN LA POSGUERRA IV


CAPITULO IV.

En estos años de la posguerra , el cine era, casi, la única oferta lúdica para los domingos en Chinchón. Había tres sesiones, una infantil, a las cuatro y media de la tarde, con películas siempre "toleradas" y otras dos sesiones, a las 7 de la tarde y a las 10 de la noche, en las que llegaban a poner películas "granas", que las autoridades religiosas desaconsejaban y la clasificación moral indicaba solo para mayores "con reparos". Había muchas personas abonadas y en muchas ocasiones era difícil encontrar entradas. Las carteleras de las películas se colocaban en los soportales de la plaza.
La Plaza de Chinchón , los domingos y los días de fiesta, presentaba un aspecto apacible aunque bullicioso. Los niños jugaban a la pídola, a las “canicas”, a los “güitos”, a la “taba”, a la “chita” y al “rescatao”. Las niñas jugaban a los “alfileres”, al “aparato”, a la “comba” y a los “cinturones”. Los jóvenes paseaban intentando acercarse a las mozas, que siempre en grupo, se dirigían a los soportales para ver las carteleras de la película que esa tarde ponían en el Teatro Lope de Vega. La tía Nuncia, junto a la Columna del Café - también llamada de los franceses - preparaba su cesta de mimbre sobre una pequeña mesita de madera, y se sentaba en un pequeño asiento de anea, esperando que llegasen los niños con su perra gorda para comprar los dulces de malvavisco, las bolitas de anís y los chicles de "Bazoca" que cortaba con un cuchillo en trozos pequeños para poderlos vender más baratos. Años después el tío Huete montó un puesto de chucherías en una especie de carromato que colocaba en los soportales; eran los primeros indicios del desarrollo, de las multinacionales y de la globalización.
También en los soportales se montaba un pequeño mercadillo en el que se cambiaban los tebeos del "Guerrero del Antifaz", de "Roberto Alcázar y Pedrín" y de las "Hazañas bélicas", el "TBO" y “Pulgarcito"; después vendrían los del "Jabato" el "Capitán Trueno" con Crispín y Goliat. y mucho después "Superman". Los tebeos nuevos se compraban en el estanco que regentaban Juana y su hermana Enriqueta en la calle de los Huertos, donde las niñas también compraban los recortables con los vestidos para sus muñecas de papel. También se cambiaban los cromos de futbolistas que salían en el chocolate “Dulcinea” de Quintanar de la Orden. Cuando reunías toda la colección podías canjearlo por un balón de fútbol o una muñeca "gisela" para las niñas. Era la democratización de los juguetes. Hasta entonces sólo las niñas ricas podían tener una "Mariquita Pérez" y tener una pelota de goma era un signo de riqueza digno de la envidia generalizada de todos los chavales.
En el año 1950 los jóvenes de la Acción Católica editaron un periódico que titularon "Vida" que tuvo la vida efímera de 6 meses, de enero a junio de de ese año.
Sobre la cornisa de la fachada principal del Grupo Escolar, años después, se entronizó una estatua del Sagrado Corazón de Jesús.
Van pasando los años y en España se inicia un cambio paulatino en el Régimen en el que se va produciendo una lenta apertura con la llegada de los tecnócratas del Opus Dei. Se crean los “Polos de Desarrollo” y se empieza a hablar del "milagro español". La industria va absorbiendo la mano de obra que sobra en la agricultura por la llegada de la mecanización y se inicia la sociedad del bienestar.
Y es aquí cuando en Chinchón se va a desperdiciar la oportunidad de unirse al progreso. Las autoridades no facilitan la llegada de industrias que creen nuevos puestos de trabajo.
Pero, por otra parte, tampoco consiguen que se lleve a cabo la concentración parcelaria, que podrían haber ayudado a la modernización de los sistemas productivos agrícolas, con lo que se paraliza toda posibilidad de solución a la falta de trabajo que empieza a generalizarse en el pueblo.
La propiedad agrícola en Chinchón estaba muy atomizada, pues además de los grandes terratenientes casi todos los agricultores habían ido adquiriendo pequeñas fincas por lo que casi todos eran también propietarios. En estos años en los que cada vez era menos rentable la agricultura por el incremento de los salarios, era fácil conseguir tierras en aparcería, por lo que las familias de agricultores con varios hijos consiguieron labrar gran cantidad de tierras.
En estos años se aumenta la producción de ajos, que en Chinchón habían conseguido una merecida fama por su calidad y duración. Este producto genera buenos beneficios y facilita el enriquecimiento de los agricultores que saben aprovechar el factor especulativo del mercado.
Pero cada vez son más lo que tienen que emigrar a la capital en busca de alternativas laborales que el pueblo ya no les brinda.
También se resiente la vida oficial. En el año 1964 Chinchón deja de ser cabeza de Partido Judicial y, unos años después, el Registro de la Propiedad de Chinchón se divide en dos y uno se traslada a Aranjuez y otro a Arganda del Rey.
En el mes de julio del año 1974, se suprimiría también el Juzgado Comarcal con motivo de una reestructuración en el sistema judicial español, quedando, desde entonces en Chinchón, sólo el Juzgado de Paz.
Con esto, Chinchón pierde toda la atracción que tenía sobre los pueblos de la comarca, con las consecuencias lógicas para el comercio y los servicios.

martes, 9 de junio de 2020

LA RECONSTRUCCIÓN DESPUÉS DE LA GUERRA.



La guerra político-mediática se ha basado en el intento de imponer lo irracional, aprovechando el desconcierto absoluto ante la excepcionalidad de lo que nos ha tocado vivir.


UN ARTÍCULO DE José Miguel Contreras en El Diario.es, 8-6-20.
Toca empezar a definir qué es eso que hemos bautizado como nueva normalidad. Cabe entender que se trata de conformar una convivencia cotidiana teniendo en cuenta la presencia de amenazas que antes creíamos demasiado lejanas o inexistentes. El estado de ánimo generalizado es una enrevesada mezcla de rabia, dolor y confusión. La decisión política de la oposición en España de haber intentado convertir la tragedia en un arma de ataque al Gobierno ha sido especialmente desgraciada para todos. Ha despertado sentimientos de odio, de agitación y de desesperanza. Sólo ha servido para alentar una inútil confrontación social cuando más necesaria era la fuerza de la solidaridad y el esfuerzo colectivo. No podemos reencontrarnos si no aceptamos que esta batalla se ha producido y sentamos las bases para superarla.
A estas alturas del siglo XXI, las guerras basadas en el enfrentamiento militar han dejado afortunadamente de tener sentido. Lo que no ha desaparecido, ni desaparecerá, es el choque entre diferentes grupos ideológicos. Clausewitz defendía que la guerra implica la decisión de resolver un conflicto a base de someter por la fuerza a quien se opone a nuestra voluntad. El imperio de la paz implica por el contrario aceptar la obligación de buscar el acuerdo como remedio ante la división. La democracia facilita una solución cuando no se alcanza el consenso generalizado. Se acepta la voluntad mayoritaria como alternativa. El problema surge cuando quien sale derrotado en esta convención se niega a aceptar el resultado.
Una de las curiosidades más llamativas que ha tenido todo lo que hemos vivido desde el mes de marzo es que los estudios de opinión han modificado su tendencia tradicional. De forma implacable, la opinión de los ciudadanos tiende a separarse en dos grandes bloques cuando se dirime una cuestión política. Hay una lógica perversa que conduce a marcar un escenario de confrontación dual en la sociedad cada vez que la política impone el debate. Extrañamente, no ha ocurrido así en este caso. La opinión ampliamente mayoritaria ha sido en todo momento la de primar la seguridad sanitaria sobre todo lo demás. Mientras en el Parlamento se contaban los votos uno a uno para conseguir reunir la mayoría necesaria en cada ocasión, los españoles coincidíamos siempre en posiciones menos enfrentadas agrupadas en torno a asumir los menores riesgos posibles. Todas las extensiones del estado de alarma han contado con al menos dos tercios de apoyo popular.
Cuando el Gobierno declaró la guerra a la pandemia hubo voces que discrepaban de ese esquema mental. Los que más lo rechazaron defendieron otro conflicto bélico. Proclamaron una guerra política de la que pensaban que podían salir victoriosos. La guerra político-mediática que hemos padecido se ha basado en el intento de imponer lo irracional, aprovechando el desconcierto absoluto ante la excepcionalidad de lo que nos ha tocado vivir. Se han buscado demenciales teorías basadas en el deseo de imponer un régimen comunista, de pretender el hundimiento del país, de buscar la supresión de todo tipo de derechos individuales. En el colmo de la aberración, se ha querido extender la existencia de un gobierno que ignoró conscientemente la amenaza que nos acechaba pese a que sabía que iba a costar miles y miles de muertos. No cabe mayor desvarío. Quienes voluntariamente han promovido esta conflagración van a salir derrotados. Su único objetivo era revertir el resultado obtenido en las urnas hace unos meses y derrocar al gobierno democráticamente elegido. No lo han conseguido. Pero aún no se van a dar por vencidos. Un entramado político, mediático, jurídico y policial parece empezar a activarse. Queda por aclarar el relato de lo sucedido. Y esta es la nueva batalla que se avecina estas próximas semanas.
A medida que la verdad va saliendo a la luz, se corrobora lo evidente. Que los países occidentales, que no conocíamos un fenómeno similar, no estábamos preparados para una situación semejante. Que han fallado unos diques de contención que durante décadas se han ido descuidando. Que la potenciación de los servicios públicos está en la base de la construcción de una sociedad segura. Durante los últimos tiempos, especialmente tras la crisis de 2007, esta cuestión ha sido objeto de debate público. Hoy en día ya no cabe discusión. Todo lo que está saliendo a la luz sobre lo sucedido en las residencias de mayores explica dolorosamente la magnitud de la tragedia vivida.
La reconstrucción de la convivencia debe ser nuestra inmediata prioridad después de que podamos dar por superada la emergencia. Para que esa reconstrucción pueda ser efectiva resultará indispensable acabar la guerra interna que hemos tenido que librar. Para poder terminarla, es necesario asumir que se ha producido y dejar claro quién y por qué se ha desencadenado. Recuperada la serenidad, sería vital imponer la fuerza de la convivencia social por encima del conflicto político. La pandemia nos ha golpeado duramente. Hemos acertado cuando hemos actuado juntos. Hemos fracasado cuando hemos abierto frentes de combate internos. Aprendamos la lección. Parece que la nueva normalidad obliga a aceptar una sociedad físicamente distanciada. No podemos dejar que el distanciamiento anímico también se extienda.

lunes, 8 de junio de 2020

CHINCHÓN EN LA POSGUERRA III


CAPITULO III.

Uno de los asuntos que tuvo que afrontar el nuevo Ayuntamiento fue a la solución del grave problema que había en la escolarización de los niños. La nueva legislación en materia de enseñanza dicta el Estatuto del Magisterio Nacional Primario, y de acuerdo con su normativa, el 20 de abril de 1948 se constituye la Junta Municipal de Enseñanza, en la que están representados el Sr. Alcalde, el cura párroco, el médico, un representante del Frente de Juventudes y otra de la Sección femenina, un padre y una madre de familia y dos maestros.
Llegan nuevos maestros y las clases se siguen impartiendo locales propiedad del ayuntamiento como los de la calle de los Huertos y en casas particulares alquiladas, como en la calle de Morata y la calle Grande, entre otras, que no reunían las condiciones mínimas exigibles, pues carecían de patio de recreo e incluso de instalaciones sanitarias.
El 10 de mayo de 1948 el Inspector de Enseñanza manifiesta al Sr. Alcalde que las instalaciones de los colegios son malísimas y que es imprescindible comenzar las gestiones para la construcción de un grupo escolar. El Sr. Alcalde le dice que no lo tiene en olvido y que cuando terminen las obras en curso se hará un grupo escolar.
En el año 1949 se inician, por fin, las gestiones para la construcción del ansiado Grupo Escolar, con la localización de los terrenos idóneos.
Se compran distintas parcelas, de las que eran propietarios don Juan José Recas Catalán, don Jesús Chamorro Luque, don Víctor y doña Josefa Camacho Sanz del Negro, doña Engracia Merinero Moreno, don Joaquín López Franco, don Silvano Villalobos Barranco, don Afrodisio Villalobos Castellano, doña Eufemia Castellano Fernández-Sancho y doña Luisa Sotoca Castellano, conviniéndose el precio de 3000 pesetas por fanega. También se compró una parcela de la que era propietaria doña María Ignacia Álvarez de Toledo y Rúspoli, hija del marqués de Miraflores, y condesa de Chinchón y otra de doña Laura Larroca Ortiz de Zárate. Todos los propietarios dieron las mayores facilidades para que se pudiese construir el grupo escolar.
La población de Chinchón, al 31 de diciembre de 1950 era la siguiente: Habitantes de derecho: 4.975. Habitantes de hecho: 4.880. Población escolar de 6 a 14 años: 361 niños y 342 niñas. Párvulos de 4 a 5 años: 51 niños y 58 niñas.
En la reunión del 18 de junio de 1951, que celebra la Junta Municipal de Enseñanza, se dan instrucciones para la utilización del nuevo Grupo escolar, solicitando se cree una escuela de formación profesional en la modalidad de "Corte y Confección".
El día 18 de julio de 1951 se inaugura, por fin, el Grupo Escolar "Rafael y Joaquín Ortiz de Zárate" de Chinchón. Ese día se celebraba en toda España la conmemoración del 15 aniversario del "Glorioso Alzamiento Nacional" y el Jefe del Estado, Excmo. Sr. Don Francisco Franco Bahamonde, viene hasta Chinchón para hacer la solemne inauguración.
En el libro de actas de las sesiones celebradas por el Ayuntamiento en pleno, existe una, a su folio veinticuatro, correspondiente a la del día treinta de julio de mil novecientos cincuenta y uno, en la cual, y entre otros asuntos, aparece lo siguiente: "El Sr. Alcalde don Juan Rodríguez Ortiz de Zárate, hace una detallada y entusiasta exposición acerca de la estancia en esta Ciudad, el día 18 de julio actual, de Su Excelencia el Generalísimo de España DON FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, destacando detalles y pormenores que denotan la certeza de que a nuestros Caudillo le fue grata la estancia en esta población. Da cuenta, también, el señor alcalde de la conversación sostenida con nuestro invicto Caudillo durante el trayecto que hicieron a pie, por su expreso deseo, desde la Plaza hasta el Grupo Escolar, durante la cual se interesó vivamente por los problemas y aspiraciones de Chinchón, recordando detalles y pormenores de sus antigua amistad con los titulares del Grupo, que acreditan, a la vez que su privilegiada memoria, sus dotes de estadista. Teniendo en cuenta que la circunstancia de haber merecido Chinchón la especial distinción de ser visitada por S.E. el Jefe del Estado, en la fecha del 18 de julio, ya gloriosa en la historia de España, constituye una efemérides en la historia local de Chinchón, que es digna de ser catalogada con los máximos honores, el señor Alcalde Presidente propuso a la Corporación, que los aceptó por aclamación y con el mayor entusiasmo, la adopción de los siguientes acuerdos:
1. Crear la MEDALLA DE ORO DE LA CIUDAD, con el emblema y heráldica del escudo de armas de Chinchón, como conmemoración de la visita a esta Ciudad de S.E. el Caudillo de España, Francisco Franco Bahamonde, en la fecha gloriosa del 18 de julio.
2.  Conceder la Medalla de Oro de la Ciudad a S.E. el Caudillo de España Francisco Franco Bahamonde.
3.- Que se coloque en el balcón principal del Ayuntamiento una placa conmemorativa de la visita a esta Ciudad en el día 18 de julio de 1951 del invicto Caudillo de España Francisco Franco Bahamonde.
4.- Nombrar hijo adoptivo de Chinchón a S.E. el Caudillo de España Francisco Franco Bahamonde, cuyo titulo se hará constar en un artístico pergamino".
En Chinchón, los padres de los niños que iban a estrenar el nuevo centro estaban encantados con las instalaciones, aunque no faltaban opiniones que las estimaban excesivas. Además de las aulas distribuidas en dos pabellones, de dos plantas, iguales; uno para los niños y otro para las niñas, el complejo contaba con una piscina, campo de baloncesto, campo de fútbol y frontón, además de zonas ajardinadas y amplios espacios para los juegos de los niños en el recreo.
Para dar nombre a este Grupo Escolar se escogió el de los "Hermanos Ortiz de Zárate". Éstos eran don Rafael Ortiz de Zárate, que fue Comandante de Ingenieros y don Joaquín Ortiz de Zárate, Coronel de Infantería, que eran hijos del coronel de Ingenieros, natural de Chinchón, don Ramiro Ortiz de Zárate. Los dos titulares del Grupo Escolar, murieron en batalla en los primeros meses de la guerra civil española. Aunque sus méritos eran más de índole militar que educativos, la elección se debió, sin duda, a que en aquellos tiempos primaban las hazañas militares.
Para adoptar este nombre, el Ayuntamiento tuvo que pedir autorización al Gobernador Civil, y los hizo un año después, el 6 de agosto de 1952, argumentando de este modo su decisión: "Teniendo en cuenta que dicho Grupo Escolar ha de funcionar bajo un título, y que para otorgarlo es norma tradicional darle el nombre de personalidades relevantes de la Ciudad, en cuyo caso se encuentran los Hermanos don Rafael y don Joaquín Ortiz de Zárate, ilustres y pundonorosos militares y por esta población, que con singular heroísmo dieron su vida por la Patria en nuestra guerra de liberación".
El 7 de octubre de 1951 se trasladan oficialmente todas las clases al nuevo Grupo escolar. El 7 de febrero de 1952 tomó posesión de cargo de Director interino del Grupo Escolar don Lorenzo Nava Martín.
En el pabellón central, además de dos aulas para los párvulos en la planta baja, se ubicaron las instalaciones del "Frente de Juventudes", que era la rama juvenil de "Falange Española", que en aquellos años tenía una gran presencia política y social en España.
Cuando se abre la nueva sede del Frente de Juventudes, supone un cambio cualitativo en las posibilidades de ocio y deporte. Las instalaciones deportivas, como campo de fútbol, baloncesto, frontón y piscina son una novedad que ofrece nuevas perspectivas para los jóvenes. Los juegos de mesa, el guiñol y la música eran otras posibilidades que se ofrecían a la juventud. Pero para poder acceder a todos ellos era necesario afiliarse a la organización falangista, lo que suponían tener que asistir a charlas de orientación política y exaltación patriótica. Todos los actos se iniciaban con el canto de "Cara al sol" formados con el brazo en alto, con el saludo fascista.
En esta época se estaba utilizando como campo de fútbol la plaza de armas del Castillo.
Después habría otra alternativa, ésta religiosa, para la asociación de los jóve- nes: la Acción Católica, que, años más tarde, dispondría de un Centro Parroquial instalado en lo que fue colegio en la calle Benito Hortelano, en la que también se podía acceder a juegos como el ping-pong y el billar, además de las charlas religiosas correspondientes. 

domingo, 7 de junio de 2020

CHINCHÓN EN LA POSGUERRA II


CAPITULO II

Poco a poco la vida de Chinchón se iba normalizando pero, por las circunstancias enumeradas anteriormente, se iba a producir un fenómeno que iba a modificar el futuro más inmediato. Los jóvenes iban a empezar a abandonar el pueblo. Y este éxodo tenía distintas motivaciones. Por un lado, algunos de los "vencidos" no podían seguir en el pueblo donde eran discriminados y la única solución era emigrar a la capital donde nadie les conocía. Por otro, los que tenían expectativas de progreso veían que sus posibilidades de promoción eran escasas y buscaban nuevos horizontes. Por último, los hijos de los "vencedores" que tenían posibilidades de estudiar y promocionarse en la capital, no dudaron en dejar el pueblo. Así, muchas personas que tenían capacidades y potencial, no veían posibilidad de progreso personal en el pueblo y lo fueron abandonando, poco a poco, en un éxodo que duró prácticamente hasta los años ochenta del siglo pasado, cuando ya se podía estudiar en Chinchón y los medios de trasporte hacían posible vivir en el pueblo y trabajar en Madrid.
Pero esta larga situación de sangría paulatina de personas válidas iba dejando a Chinchón en manos de una oligarquía que no tuvo contestación ni contrapeso y que no quiso o no supo evolucionar al ritmo del país, con lo que Chinchón se quedó anclado en un pasado, artificialmente glorioso, pero que no contribuía al progreso del pueblo. Pero eso lo vamos a ir viendo en los siguientes capítulos.
Ahora, sigamos con nuestra crónica. Después de tres años de total anarquía era necesario volver al orden.
De nuevo regresan a Chinchón los sacerdotes y las monjas, tanto las de Cristo Rey como las de clausura que habían tenido que trabajar en Madrid como criadas durante la guerra. Con sus ahorros y los donativos recibidos del Ayuntamiento de Chinchón y de los pueblos de alrededor, consiguen acondicionar el convento y vuelven a ingresar en su clausura el día 14 de marzo de 1940.
Se inician los trabajos de limpieza y restauración de la Iglesia que, por el uso que había tenido, presentaba un aspecto deplorable. Estas obras se prolongan hasta el año 1945 y durante este tiempo el culto se realiza en la Iglesia del Rosario.
También regresa el cuadro de la Asunción de Goya que a la vuelta de su "destierro" en Ginebra, formó parte de la exposición "De Barnaba de Módena a Francisco de Goya" que tuvo lugar en el Museo del Prado, para lo cual se hubieron de restaurar pequeños desperfectos ocasionados en los traslados. El último viaje de Madrid a Chinchón, lo realizó en un camión propiedad de Pablo Codes, acompañado por Antonio Castillo, que fueron los comisionados por el Cura Párroco, don Pablo Rodríguez Manzano, para tan importante cometido.
La situación económica seguía siendo precaria y se mantenían las cartillas de racionamiento de los productos de primera necesidad. Estos productos eran vendidos bajo el control de la oficina de Abastos, pero dio lugar a la picareca de lo que se llamó el "estraperlo".
Los productores no ponían a disposición de las autoridades todas sus existencias, sino que las ocultaban para venderlas a mayor precio en el mercado negro. Se cargaban las mercancías en el tren del Tajuña, y cuando reducía la velocidad al subir las cuestas eran arrojadas del tren para que los estraperlistas las recogieran antes de pasar el control de las estaciones.
Cuando "los de abastos" llegaban a los pueblos, los productores escondían los sacos de legumbres en los tejados y no faltó quien construyó una doble pared en su casa para ocultar sacos de trigo y harina y zafras de aceite. Como es habitual en tiempos de penuria, hubo desaprensivos que se aprovecharon de la ocasión para amasar grandes fortunas, muchas veces gracias a la permisividad de las autoridades que también se beneficiaban de la situación. El 22 de marzo de 1952, cuando se celebraba el decimotercer aniversario de la Victoria, el Consejo de Ministros anunciaba que, a partir del 1 de abril, se suprimía el racionamiento de pan. La fecha marca el final de la posguerra y el abandono de una política autárquica que dará paso a una tímida apertura al exterior. Los diarios de la época, daban así la noticia: "Todas las personas incluidas en el régimen de racionamiento podrán adquirir libremente y sin necesidad de corte de cupón la cantidad de pan que deseen. El Gobierno da muestras así, una vez más, de la clara orientación de su política hacia la normalidad de los mercados y confirma con hechos positivos la base real de las perspectivas optimistas de la economía española". El racionamiento de combustible, las materias primas y el tabaco, permanecerá unos cuantos años más.