jueves, 25 de junio de 2015

YO ME BORRO


Desde pequeño, y después de pensarlo mucho aún no sé por qué, yo me hice del Real Madrid. Y el caso es que me gustaba más el uniforme del Atleti, con sus rayas rojas y blancas, su pantalón azul y sus medias también blanquirrojas. El todo blanco del Real Madrid era bastante soso y no parecía la equipación de un futbolista sino más bien el uniforme de primera comunión. Pero el caso es que yo me hice merengue. Posiblemente por dos cosas; la primera por "Diestefano" (Así lo decíamos y lo escribíamos) y la segunda, porque por aquellos entonces empezaba a ganar casi todo. Perdón, y también porque lo de "colchonero" no me sonaba bien.
Y como lo de ser de un equipo debe imprimir carácter, ya siempre fui del mismo equipo. Incluso hubo un tiempo que me hice socio y acudía cada quince días al campo, a pesar de que por esos año fue el equipo de los "García" donde solo sobresalió Juanito y con Vujadin Boškov de entrenador,  nos hacia aburrirnos  cada partido en los que nunca se llegaban a marcar más de dos goles,
Luego llego la Quinta del Buitre, y después don Florentino con los "galácticos"; aunque ya a estos solo los vi en televisión, porque los precios se habían puesto por las nubes y ya me estaba haciendo comodón.
Yo fui de los que disfruté mucho con todas las copas de Europa, y también sufría las derrotas, aunque menos que otros, porque yo nunca dejé de cenar cuando perdían un partido, como hacía un amigo mío, que mas que forofo era un sufridor.


Pero las cosan han llegado a un extremo que ya no lo puedo aguantar. Y no es que fuese de los que pensaban que los futbolistas "amasen los colores" a pesar de los besos en el escudo, no. Pero es que don Florentinos y sus millonarios ídolos, ya no disimulan siquiera que lo único que les motiva es el dinero, y no dejan ni un resquicio para el romanticismo y la épica. Ya ni los títulos son suficientes, hay que organizar todo en torno a un marketing encaminado a ganar el mayor dinero posible y vender cada vez más camisetas. 
Lo siento mucho, porque lo llevaba grabado en mi alma de niño, pero por causa de Florentino, de Ramos, de Ronaldo y compañía, he decidió borrarme del Madrid. 
Seguiré viendo algún partido que otro con mi amigo -el que todavía sufre con sus derrotas- pero de otra forma; porque yo, ya, me he borrado del equipo de toda mi vida.
Y, oye, de verdad que lo siento.