Fue un niño consentido y sin
sentido práctico de la vida. Se empeño en estudiar filosofía cuando sus padres
le sugerían que hiciese una ingeniería, aunque fuese agrícola; pero como no
eran capaces de quitarle ningún capricho, terminó estudiando a Platón,
Aristóteles y a don Inmanuel Kant, que era un coñazo, pero a él, por su
particular sentido, le parecía de lo más entretenido.
Después,
ya de mocito, se alistó en una organización juvenil para el desarrollo del
ornitorrinco doméstico y en sus ratos de solaz se dedicó a la cría de gusanos
de manzanas de reineta, que llegaban a alcanzar extraordinarias proporciones
dada su dedicación y esmero a la hora de cuidarlos y, sobre todo, de alimentarlos. No digo más que
consiguió tres Guinness
World Records, en los apartados de tamaño, peso y voracidad y llegó
a conseguir un cierto renombre y reconocimiento mundial en el mundillo de los
gusanos de las manzanas de reineta.
Haciendo gala de su ya proverbial
poco sentido de la realidad decidió dedicarse profesionalmente a la política
cuántica para estudiar los comportamientos aleatorios de las masas informes de
adolescentes sin derecho a voto e intentó con poco fortuna, dígase de paso,
vender sus conclusiones a los partidos políticos de la oposición que, como
también es sabido, por no tener, no tienen ni contabilidad A, y mucho menos la
B, que es donde se suelen sacar fondos para estos estudios tan poco prácticos y
casi tan inútiles como sus autores, solo válidos para justificar inversiones en
el partido del gobierno.
Con todo ello consiguió
despilfarrar la muy considerable fortuna familiar, ante la mirada desolada de
sus progenitores que siempre se lamentaron de no haber sabido infundir a su
vástago un poco de sentido común y consentirle menos en sus demenciales
iniciativas.
Ahora, vaga errante por caminos
ignotos, ante la mirada displicente de antiguos amigos y conocidos que otrora
se habían solazado con las cosas tan extravagantes que se le ocurrían a Elviro.
Porque Elviro era aquel niño consentido del que les acabo de contar su
historia.