sábado, 21 de febrero de 2009

E-NANOCUENTO CON IMAGEN.

La fina arena se había ido mezclando con el aceite bronceador. El sol caía implacable sobre su cuerpo totalmente desnudo y la espuma de las olas empezaba a acariciar sus piernas con la subida de la marea.

Sólo faltaba que él estuviese a su lado… y le vio acercarse en la lejanía…

viernes, 20 de febrero de 2009

EL CHINCHONARIO (Continuación)

Utilizanado el bieldo en la era.

Vamos a continuar con la publicación de nuestro Chinchonario. Me están empezando a llegar algunas palabras, expresiones y dichos que iré publicando en las siguientes entregas. Hoy vamos con la letra


B


Bacín. 1. Orinal. 2. Un insulto típico de la zona, oriundo de Colmenar de Oreja.
Badil: Paleta para remover la lumbre, se usa también en femenino.
Bailar una pieza: Acción de bailar. Es el "¿Bailamos?" de las películas.
Barbecho: Tierra de labranza que no se siembra durante uno o más años.
Barbero: El que tiene por oficio cortar la barba. Ahora se le suele llamar peluquero porque afeitarse se suele hacer en casa.
Barreño. Vasija para fregar en ella, antes de que hubiese lavavajillas.
Barruntar: Prever algún indicio. Por ejemplo que va a llover.
Bártulos: Enseres de uso corriente, generamente ya en desuso e inservibles.
Bastas: Juego infantil que consisitía en jugarse las carátulas de las cajas de cerillas, generalmente a la chita.
Basar o basal. Repisa para colocar adornos.
Baúl. Cofre grande. Además de utilizarlo como maleta se utilizaba como armario.
Basura. Estiercol. Generalmente referido al de las caballerías
Besana. Labor de arado de surcos paralelos.
Bieldo. Utensilio para aventar la paja. En Chinchón se solía decir “bielgo”.
Boína. Gorra chata y sin visera. Muy utilizada en Chinchón por los hombres del campo, de color negro.
Bola. En Chinchón, la canica de toda la vida para jugar al guá. Eran muy apreciadas las de cristal, aunque duraban más las de piedra o las metálicas que se obtenían de los rodamientos. 2. También enreo o mentira.
Botijón. (No confundir con el botijo de toda la vida). Cántaro pequeño de barro con una sola boca y un asa pequeña, para llevar el agua al campo.
Brasero: Recipiente metálico, de forma circular en el que se ponía lumbre para calentarse, generalmente debajo de la mesa camilla.
Bribón. Otro insulto del lugar. Se utiliza para referirse a un vago, aunque también se utiliza para saludar cariñosamente a tus amigos.
Bridón . Cabezada que se colocaba a las caballerías como aparejo.
Brincar. Saltar.
Broma. 1.-Dicho o hecho para burlarse de alguien sin intención de ofenderle. 2.- Juerga o diversión para celebrar algún acontecimiento entre amigos, que solía terminar en una comilona, generalmente en el campo.


Nota: Sigo esperando vuestras aportaciones.

jueves, 19 de febrero de 2009

TRABAJOS FORZADOS.

El mes pasado se inició el Taller de literatura de la Biblioteca Pública "Petra Ramirez" de Chinchón. Se inició con la redacción de un cuento o pequeño relato. En los talleres de escritura se hace lo que yo llamo "trabajos forzados". Es decir, tienes que hacer un trabajo forzado por las indicaciones que hace la profesora para todos los alumnos. Y este es el primero de este año, que yo titulé:

MOTIVOS INCONFESABLES.

Todos pensaban que Jose era inaguantable. A nadie dejaba indiferente y sólo unos pocos, posiblemente por no tener más remedio, aceptaban su presencia. Sus precisiones solían ser acertadas, pero casi siempre eran desagradables para los que eran el objetivo de sus violentas diatribas y de sus opiniones, por lo general, injuriosas.
En sus críticas, la mayoría de las veces tenía razón y por lo común demostraba un ingenio innato y un sarcasmo devastador; sus comentarios incisivos tenían la virtud de ofender a casi todos, aunque, en honor a la verdad, sus ocurrencias solían ser celebradas por su gracia y por su agudeza crítica.
Y posiblemente por eso se había quedado soltera. Aunque nunca quería reconocer su edad, todos sabían que debía rondar ya cerca de los cincuenta. No era virgen, pero casi. Solamente lo había hecho con un novio, demasiado inexperto que tuvo cuando era muy joven, y de aquello no guardaba muy buen recuerdo. No acertaba a determinar si fue por la escasa experiencia del muchacho o por la estricta formación religiosa que le había dado su familia, el caso es que nunca le perdonó que no hubiese respetado su inocencia y terminó por dejarle.
Durante mucho tiempo vivió desengañada de los hombres, por los que ya no sentía ninguna atracción; llegó a pensar que podía ser lesbiana, pero tampoco le atraían las mujeres. Desde entonces se centró en el trabajo donde colmó todas sus aspiraciones personales.
Y un día convocó a sus conocidos -no se podía decir que fuesen amigos- lo que extraño sobremanera a todos ellos, porque era la primera vez que les invitaba a su casa. Cuando estaban todos reunidos en el salón, soltó la noticia:
- ¡Me voy de misionera a Mozambique!
Al principio nadie llegó a tomar en serio esta decisión, y la mayoría aprovecho para hacer los chascarrillos que ella habría utilizado si alguno de sus allegados se hubiera atrevido a hacer una propuesta tan descabellada como la suya.
Sin embargo, empezaron a tomarla en serio cuando pidió la excedencia en el trabajo y se fue a la Seguridad Social para ponerse todas las vacunas reglamentarias, que le habían aconsejado en la ONG del médico Pedro Alonso, que estaba experimentando en Mahinça la vacuna contra la malaria del doctor colombiano Manuel Elkin Patarrollo.
Por más que elucubraban, nadie llegaba a comprender los motivos que habían llevado a Jose a tomar una decisión tan ilógica e inesperada que, desde luego, ella nunca los llegaría a confesar.
Y también aquella noche volvió a tener el mismo sueño que desde hacía muchos años se había hecho recurrente.


“Era una pequeña aldea en plena selva tropical. El sol caía de plano sobre su cuerpo bronceado y sudoroso que apenas si podía ocultar su escueto vestido de vistosos colorines.
El aire traía el olor al salitre del mar y los aromas de las frutas que nacían salvajes en los árboles que circundaban las pequeñas chozas de los nativos y el improvisado hospital de campaña que habían instalado hacía sólo unos días.
Aunque ella podía ser la de más edad de la tribu, aparentaba ser de las más jóvenes y desde luego la más atractiva para los fornidos cazadores que paseaban desnudos a su alrededor.
Cuando el sol se ocultó detrás de las montañas, y el relente del ocaso suavizó los ardores de su cuerpo, como todas las noches, volvió a ser violada por aquellos salvajes que gozaron de su cuerpo, durante tantos años desaprovechado para el amor”.

martes, 17 de febrero de 2009

MERCADO MEDIEVAL Y CARNAVALES EN CHINCHON

La Asociación "Arco Iris", viene organizando desde hace años el Mercado Medieval, coincidiendo con los Carnavales. Un año más, del 20 al 25 de febrero se van a celebrar este año en Chinchón, unos actos que contribuyen a celebrar estas fiestas ya tradicionales en nuestro pueblo.
Me envian el programa que yo publico con mucho gusto, deseándoles consigan un gran éxito de organización.

lunes, 16 de febrero de 2009

EL ACEITE

"Al fondo, la alfombra verde de los olivos dormidos"...

El número de hectáreas que en Chinchón hay dedicadas al cultivo del olivo no deja de ser nada más que un dato estadístico que aparece en los anuarios económicos y en algunas publicaciones sobre la agricultura en la Comunidad de Madrid. Para nosotros es algo más. Los olivos marcan el paisaje de Chinchón. Si contemplamos la panorámica desde la citarilla de la Plazuela de Palacio, los verdes pardos de los olivos salpican como gruesas pinceladas las ocres laderas que ascienden hasta el Castillo desde el Camino de la Fuente Pata.
Por el Camino del Valle, pasado el Nuevo Chinchón, los rayos de sol en otoño iluminan el envés de las hojas realzando sus plateadas tonalidades tintándolas del púrpura del atardecer como reclamo para el inicio de su recolección.
Sus troncos retorcidos son cobijo para las lechuzas y asiento para el descanso del caminante que se acerca a Chinchón y contempla entre sus ramas la silueta, recortada en el cielo azul, de su Iglesia, de su Torre y de su Castillo. Que el aceite ha sido uno de sus productos más importantes para la economía de Chinchón, lo prueban la gran cantidad de almazaras que existían en el pueblo.

Además de la Aceitera, estaban la de la calle Nueva propiedad de los abuelos de Julio González, la de la calle de la Tahona propiedad de la Familia Montes, la de la calle Benito Hortelano, que actualmente es el Mesón de las Cuevas del Vino, la de la calle Toledillo de Martiniano Codes, etc. etc.
La recolección de las olivas duraba gran parte del invierno. Pasada la fiesta de San Antón, cuando los días empezaban a alargarse y los soles de febrero empezaban a calentar, aparecían las cuadrillas formadas por toda la familia, en las que hombres, mujeres y niños rodeaban los olivones pertrechados con largas varas y mantas tejidas con sacos de arpillera para recoger las aceitunas.
Previamente, se habían recogido las aceitunas aún verdes o sin terminar de madurar para utilizarlas como aceitunas de mesas para ensaladas, aperitivo o meriendas, poniéndolas en una solución de agua y sosa para quitarlas el sabor amargo y aderezándolas después con vinagre,ajos, tomillo y otras hierbas aromáticas haciéndolas varios cortes verticales con una navaja para que tomasen mejor el aderezo y depositándolas en unas vasijas de barro con boca ancha que se cubría con una tapa de madera en la que había una ranura por la que salía una cazo con agujeros que se utilizaba para sacar las aceitunas.
Durante los meses que duraba la molturación y el prensado de las aceitunas por los arroyos de las calles discurría un líquido negruzco que desprendía un olor característico que parecía premonitorio de la llegada de la primavera.
Los trabajos de la almazara eran duros pues las jornadas de trabajo se alargaban hasta bien entrada la noche. Llegaban cada año hasta Chinchón cuadrillas de hombres fornidos que venían de la Mancha y de Extremadura, y que después de unos meses su piel quedaba tersa, blanca y brillante por el continuo contacto con el aceite y su nula exposición a los rayos del sol.
Y con este motivo os voy a dar una receta, que me enseñó mi amigo Jesús Castillo:
Las Patatas molineras:
Ingredientes.
1 kg. de patatas. 6 huevos. Tres chorizos de matanza. 4 dientes de ajo. Sal. Tres cebollas partidas en aros. Aceite en abundancia.
Preparación:
Se pelan las patatas y se cortan como para hacer tortilla, se les echa sal.
Se cortan las cebollas en rodajas muy finas.
Se fríen en el aceite los dientes de ajo y antes de que se quemen se sacan y se tiran, porque lo único que se quiere es que dejen el sabor.
Se ponen a freir en aceite abundante las patatas y las cebollas. Cuando ya están bien fritas, se escurre el aceite y se echan los chorizos desmenuzados. Se renueve todo bien para que se haga el chorizo "resudado" con su propio jugo, y cuando ya está frito, se hacen huecos en la sartén y se echan en ellos los huevos, y cuando estén cuajados, se retira del fuego, se rocía con un poquito de vinagre y se come, mojando pan de libreta, bien en platos individuales o en la misma sartén.
Es imprescindible acompañarlo con un buen vino tinto recio de la mancha, bebiendo en bota.
¡Buen provecho!
Los dos cuadros que ilustran esta entrada, son óleos de J.P. Willlians, que pintó en tierras de Chinchón.