sábado, 1 de noviembre de 2008

SAN JOSE MARIA RUBIO, COADJUTOR DE CHINCHON.


José María Rubio y Peralta nació en Dalías (Almería) el día 22 de julio de 1864. El 24 de septiembre de 1887 fue ordenado sacerdote y celebró su primera Misa el 8 de octubre siguiente en la entonces catedral de San Isidro, en la capilla de la Virgen del Buen Consejo.
El 1 de noviembre de 1887, Don Joaquín Torres Asensio, su profesor, siguiendo su patronazgo, buscó para José María el cargo de coadjutor en la parroquia de Chinchón, adonde se dirigió éste dos semanas después de su primera misa. Chinchón era entonces una villa de unos 5.000 habitantes y estaba muy cerca de Madrid, donde en tan solo nueve meses ya empezó a tener fama de santo, mientras continuaba con dos cursos facultativos de Teología en el Seminario para obtener en 1888 la Licenciatura en Teología en Toledo.
Durante su permanencia en Chinchón fue capellán de las Clarisas a las que dio sus primeros Ejercicios dirigidos a las monjas, las cuales siempre guardaron un buen recuerdo, de la claridad y sinceridad con que les habló. En Chinchón estuvo dos años con fama de sacerdote ejemplar. Por lo menos, eso dicen los testimonios del Proceso.
En 1906 ingresó en la Compañía de Jesús y fue destinado a ejercer su ministerio pastoral también en Madrid donde permaneció hasta su muerte, que tuvo lugar en Aranjuez el 2 de mayo de 1929.

Fue beatificado por Juan Pablo II en Roma el 6 octubre de 1985 y canonizado en Madrid por el mismo pontífice el 4 de mayo de 2003. Sus restos son venerados en la iglesia de San Francisco de Borja y del Sagrado Corazón de la Compañía de Jesús en Madrid.
Hoy, día 1 de noviembre de 2008, se cumplen 121 años de su llegada a Chinchón.
(La imagen de San José María Rubio, que ilustra este artículo, se encuentra en la Iglesia Parroquial de Nuestra Sra. de la Asunción de Chinchón).

viernes, 31 de octubre de 2008

GRAN EXITO DE LA PRESENTACION DEL LIBRO “COCINA TRADICIONAL EN CHINCHON”


Ayer, en la Sala Capitular del Parador de Turismo de Chinchón, tuvo lugar la presentación del libro “Cocina tradicional de Chinchón” del que son autores Tanci de las Heras y Manuel Carrasco.
Abrió el acto don Jesús Hernández, director del Parador de Turismo de Chinchón que ofició de anfitrión.
La presentación del libro estuvo a cargo de don Luis de Lezama Barañano, quien hizo una emotiva glosa de los contenidos del libro, en la que resaltó no solo las excelentes recetas, sino también el acierto de haberlas enmarcado en el contexto cultural e histórico de Chinchón.
A continuación tomaron la palabra los autores que agradecieron su presencia a los asistentes y la colaboración que habían recibido para la edición del libro.
Cerró el acto la Señora Alcaldesa de Chinchón doña Luisa María Fernández, que presidió el evento.
A continuación, el Parador de Turismo de Chinchón ofreció un coctel a los asistentes y se pusieron a la venta cien ejemplares del libro, de los 25o ejemplares que completan esta primera edición numerada.
El programa “Madrid directo” de Telemadrid dio una breve reseña del acto.
Tanto los organizadores, los autores y todos los asistentes fueron unánimes en catalogar el acto como un gran éxito.

A continuación les ofrezco, como muestra, una de las recetas más tradicionales de Chinchón:

CORDERO EN BREVE
Ingredientes: (Para 6 personas)
Un kilo y medio de pata de cordero, recental o lechal, deshuesada. Una cabeza de ajo. Dos cucharadas de pan rallado. Tres cucharadas de vinagre. Perejil. Un vaso de vino blanco. Sal. Aceite de oliva.
Elaboración:
Se lava el cordero, se parte en trozos pequeños y se sala al gusto.
Se cubre de aceite le fondo de una caldereta y se fríe el cordero con los dientes de ajo sin pelar y con un pequeño corte en medio (se reservan tres o cuatro dientes de ajo crudos).Se ponen en un mortero los dientes de ajo reservados, el perejil y un chorro de vinagre. Se machaca bien, hasta que conseguir una pasta, y se añade el vino blanco.
Se vuelca la mezcla en la caldereta, sobre el cordero ya frito, se espolvorea con el pan rallado y se le da el punto de sal.
Se deja a fuego lento hasta que se consuma el caldo.
Se sirve muy caliente.

NOMBRAMIENTO DEL CONDE DE CHINCHON COMO VIRREY DEL PERU Y SU VIAJE AL NUEVO MUNDO

(Del trabajo sobre el descubrimiento de la quina, que ha sido galardonado con el segundo premio en el “concurso de investigación sobre Chinchón y su entorno” de este año, trascribo el capítulo que narra el nombramiento de virrey y su viaje hasta el Nuevo Mundo de don Luis Jerónimo Fernandez de Cabrera y Bobadilla, el Conde de Chinchón)


El año 1628 iba a ser de gran importancia para el IV conde de Chinchón. El día 18 de febrero de ese año, S.M. el Rey de España, Felipe IV, nombra Virrey del Perú a don Luis Jerónimo Fernández de Cabrera Bobadilla de la Cerda y Mendoza, conde de Chinchón. Tenía 39 años. El documento de este nombramiento se puede encontrar en el Archivo General de Indias, dentro de la unidad de la Casa de Contratación bajo la Signatura: Contratación, 5793, L.1,F.488V-489.
También, después de poco más de dos años de enviudar, probablemente a primeros de abril, contrae nuevo matrimonio con doña Francisca Enriquez de Rivera, nacida en Sevilla, hija de Perafán de Ribera y Castilla, y de Inés Enríquez de Tavera, condesa de la Torre, camarera mayor de Ana de Austria, reina de Francia e Infanta de España. La nueva esposa del conde era viuda de Francisco Chacón, y aportaba un hijo de su primer matrimonio. Es muy posible que el nombramiento del Conde aconsejara anticipar el casamiento para poder iniciar juntos el viaje al nuevo mundo.
El cargo de Virrey del Perú era uno de los de más prestigio en el Reino, sin embargo, el esplendor de España, en esta época, había iniciado su decadencia. Empobrecida por las guerras exteriores y despoblada por las colonizaciones, la situación de la metrópoli se hacía notar en las provincias de ultramar. El Gobierno de la Península urgía a los Virreyes para que enviasen los tesoros que encerraban las ricas tierras americanas para mejorar la decaída situación del Imperio.
Por lo tanto, las responsabilidades del nuevo cargo suponían grandes dificultades para el nuevo Virrey.
Este nombramiento iba a requerir del Conde no solo una lealtad sin límites a la Corona, sino también grandes dotes de carácter, energía y comprensión para resolver satisfactoriamente la multitud de problemas que presentaba el desempeño de este Gobierno. Problemas que planteaba, primordialmente, la gran extensión de los dominios que ponían bajo su mando, con los que era difícil la comunicación por estar tan alejados de España.
Todas estas circunstancias le fueron expuestas al recién nombrado Virrey en un despacho personal con Felipe IV, quien le dio las instrucciones preceptivas para ejercer un puesto de tanta importancia en las Indias.
El conde recibe 8.000 ducados para su viaje y otros 12.000 más a cuenta de su salario que le libraron en la Contratación de Sevilla. Recibió además una cédula para que a su llegada a Panamá le entregasen 13.000 pesos más.
A partir de ese momento se inician los trámites para organizar el viaje. Con fecha 21 de abril de 1628 encontramos, también en el Archivo General de Indias, en la Signatura: Contratación,5400,N.45, el Expediente de información y licencia de pasajeros a Indias del conde de Chinchón Luis Jerónimo Fernández de Cabrera, virrey y capitán general de Perú, con las siguientes personas:
- Francisca Enríquez de Rivera, su mujer
- Fray Lucas de Almao, agustino, natural de Aragón
- Fray Alonso Ruíz, agustino, confesor
- Miguel Aguado de Castaño, escribano, criado vecino de Ciempozuelos
- Jerónimo de Campos, criado, vecino de Madrid
- Juan de Vega, criado, vecino de Sevilla
- Agustín Gómez, criado, vecino de Chinchón
- Licenciado Juan de Porras de Cuéllar, abogado, criado, vecino de Chinchón
- Pedro Clérigo, criado, vecino de Ciempozuelos
- Juan López de Olivares, criado, vecino de Chinchón,
y hasta 72 criados más cuya relación de nombres viene recogida en un memorial contenido en éste expediente.

Como vemos, entre los expedicionarios no estaba el primer hijo de la condesa, que murió poco después, mientras su madre se encontraba en Perú.
Embarcan en Cadiz el 7 de mayo de 1628, en la armada de galeones al mando de don Fadrique de Toledo. A poco de haber salido de Cádiz recibió orden de S.M. de socorrer el fuerte de Mazmorra, en las costas de África, que le tenían cercados los moros. Después de treinta y tres días de navegación, arribaron al puerto de Cartagena de Indias, el día 19 de junio.
Continuaron el viaje, y el 5 de Julio arribaron a Portobelo donde el Conde revisó las fortificaciones dirigiéndose después a Panamá, llegando por fin al puerto de Paita hacia el mes de octubre.
Cuando llegaron a este puerto le informaron que en el Pacífico estaban navegando los buques piratas holandeses y se esperaba que llegasen a las costas peruanas, aconsejándole que no continuase el viaje por mar. El Virrey no dando crédito a dichos rumores, que luego se confirmó que eran falsos, tomó una embarcación y navegó sin novedad hasta el Callao. Sin embargo decidió que su esposa hicese el viaje por tierra por estar embarazada, teniendo que soportar una larga marcha hasta llegar a Lima. Antes de llegar, en Lambayeque, del Obispado de Trujillo, dio a luz a su hijo, el 4 de enero de 1629.
Fue bautizado por el licenciado don Fernando de Contreras, capellán y tesorero del Conde, con los nombres de Francisco, Fausto, Antonio y Melchor. Su padrino fue don Diego Flores de León, Caballero de la Orden de Santiago, Corregidor de la Ciudad de Piura y del Puerto de Paita.
Llega el Conde de Chinchón al Puerto del Callao el 18 de diciembre y allí permaneció hasta el día 14 de Enero de 1629 que entra en Lima, donde toma posesión como XIV Virrey del Perú. La Condesa llega a Lima el día 19 de abril, aunque el Virrey no permitió que se hiciese una recepción pública a su esposa, que entró de noche y privadamente, con el objeto de evitar gastos.
El clérigo Juan Antonio Suardo, en su “Diario de Lima” nos cuenta que el día 30 de mayo de 1629 se organiza la despedida del anterior virrey, el Marques de Guadalcázar. Éste, su esposa y sus hijas se acercan al Palacio del Virrey para despedirse de la Condesa de Chinchón, que no había salido del palacio por estar melancólica porque había recibido la noticia de la muerte del hijo que tuvo en su primer matrimonio y que, como vimos, se había quedado en España.


Por los datos que aporta el padre Bernabé Cobo en su Historia de la Fundación de Lima, los nuevos Virreyes del Perú se encontraron una ciudad que tenía una población de 25.000 españoles, 15.000 negros y 5.000 indios. Su longitud se calculaba en más de media legua y su latitud en casi media legua. Contaba con 4.000 casas dentro del núcleo central de la población; 600 en el barrio de San Lázaro; y 200 en el pueblo del Cercado. Un los últimos años se habían construido varios edificios, los conventos de San Diego, Guadalupe, el Noviciado y la Recolección de San Agustín; un monasterio: Santa Catalina; 3 ermitas: Nuestra Señora del Socorro, Copacabana y las Cabezas; 2 hospitales: la Convalecencia del Carmen y el de los Huérfanos; y 13 iglesias.

jueves, 30 de octubre de 2008

CHINCHON PREHISTORICO: LOS PRIMEROS POBLADORES

Los primeros pobladores, de esta zona, de los que tenemos algunos vestigios se pueden datar en la época neolítica. Formaban pequeños asentamientos de población que se dedicaban al pastoreo, a la caza y tenían pequeñas explotaciones agrícolas.
Posiblemente los ejemplos más antiguos de estos asentamientos los podemos encontrar en cuevas horadadas en los materiales terciarios de los escarpes del páramo, sobre la vega, lo que les permitía un lugar al refugio de posibles ataques de enemigos, por la inaccesibilidad de la entrada de las cuevas, y una cercanía a la caza y a las tierras de labor que se encontraban en la vega.
Esta era la situación típica de estos asentamientos, cerca de las vegas de los ríos o en sus proximidades, en los cerros de talud. Raramente se encontraban en las llanuras cimeras, que eran más inhóspitas a causa del rigor meteorológico de estas latitudes. Estos primeros pobladores explotaban los recursos naturales de la zona, sus tierras y sus bosques, organizando un rudimentario sistema agrario, acorde con las necesidades de subsistencia y de la tecnología disponible.
Estos primeros asentamientos pueden situarse cronológicamente en el III milenio antes de Cristo, y su ejemplo más importante es la Cueva de la Mora, que está en los montes sobre la Laguna de San Juan, que proporcionaría a sus habitantes suficiente materia prima para su alimentación.
En la segunda mitad del primer milenio a.C. encontramos los vestigios de la presencia de pobladores celtibéricos. En el cerro denominado del Salitral se sitúa, por los antiguos historiadores, un poblado de los Carpetanos. Este poblado se encontraba en la confluencia del arroyo de Valdelaspozas y el río Tajuña.
Cerca de allí, en las Eras del Monasterio, entre el Salitral y Casasola, se descubrió una necrópolis, y en el cerro de la Horca se hallaron restos de cerámica.
Por los restos encontrados se puede deducir que utilizaban como materiales de construcción el adobe, el tapial e incluso la mampostería, y su dedicación preferentemente pastoril se complementaba con actividades agrícolas y cinegéticas. Tenemos que pensar que en estas épocas se produjeron las grandes emigraciones o invasiones de los pueblos asiáticos. Estos movimientos se produjeron buscando las cuencas de los grandes ríos, entre ellos el Tajo, que les facilitaban el avance sin encontrarse con dificultades insalvables. Los pobladores de estas regiones, para poderse librar de la violencia de los invasores, se internaban en las cuencas de los ríos secundarios y buscaban los sitios más elevados, más abruptos, y por lo tanto más inaccesibles, pero que estuviesen relativamente cerca de los ríos, que les facilitaban lo más imprescindible para la subsistencia.


En la división administrativa de la península ibérica hecha en la época de los cartagineses, el territorio de Chinchón se encuadraba en la antigua Carpetania.

miércoles, 29 de octubre de 2008

EL CONDE SISEBUTO

Tengo el recuerdo de los lejanos días de exámenes en el Ramiro de Maeztu. Allí, entre el examen de literatura y el de latín, alguien recitó un romance, que empezaba "A cuatro leguas de Pinto... No lo había vuelto a oir, pero hace poco, me lo encontré en internet. Entonces supe que este romance se titulaba "El Conde Sisebuto", y que fue escrito por Joaquin Abati Díaz. (Madrid 1865-1936) y encontré tambien unos datos curiosos sobre la biografía de su autor:

Escritor y libretista de zarzuelas, nacido en Madrid en 1865. De padre italiano y madre española, estudió Derecho y, una vez licenciado, aunque nunca ejerció, publicó un libro titulado: Respuestas a los Temas de Derecho Administrativo, con la finalidad de ayudar a quienes se presentaban a unas oposiciones, dándose la curiosa circunstancia de que él nunca consiguió superar ninguna, y sí en cambio, muchos de los que habían usado su libro. Por este motivo decidió abandonar la abogacía y dedicarse a la literatura, que le atraía mucho más. Autor de fecunda producción, obtuvo éxitos clamorosos y de su pluma surgieron más de 120 títulos, que hicieron considerar a Joaquín Abatí como un autor de primera fila en su época. Destacó en su faceta de autor de zarzuelas, campo en el que colaboro con otros autores, como fueron Carlos Arniches y Antonio Paso.Volvió a entrar en contacto con su carrera de Derecho y llego a ser académico de la Real de Jurisprudencia y Legislación. Murió en Madrid en 1936.
Aunque pueder ser conocido para muchos de vosotros, me atrevo a publicarlo, para que paséis un buen rato. Dice así:

"A cuatro leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo, existe un castillo viejo que edificó Chindasvinto.
Perteneció a un gran señor algo feudal y algo bruto; se llamaba Sisebuto, y su esposa, Leonor, y Cunegunda, su hermana, y su madre, Berenguela, y una prima de su abuela atendía por Mariana. Y su cuñado, Vitelio, y Cleopatra, su tía, y su nieta, Rosalía, y el hijo mayor, Rogelio.
Era una noche de invierno, noche cruda y tenebrosa, noche sombría, espantosa, noche atroz, noche de infierno, noche fría, noche helada, noche triste, noche oscura, noche llena de amargura, noche infausta, noche airada.
En un gótico salón dormitaba Sisebuto, y un lebrel seco y enjuto roncaba en el portalón.
Con quejido lastimero el viento fuera silbaba, e imponente se escuchaba el ruido del aguacero. Cabalgando en un corcel de color verde botella, raudo como una centella llega al castillo un doncel.
Empapada trae la ropa por efecto de las aguas, ¡como no lleva paraguas viene el pobre hecho una sopa! Salta el foso, llega al muro, la poterna está cerrada. -¡Me ha dado mico mi amada! -exclama-. ¡Vaya un apuro!
De pronto, algo que resbala siente sobre su cabeza, extiende el brazo, y tropieza ¡con la cuerda de una escala! -¡Ah!... -dice con fiero acento. -¡Ah!.. -vuelve a decir gozoso. -¡Ah!.. -repite venturoso. -¡Ah!.. -otra vez, y así, hasta ciento.
Trepa que trepa que trepa, sube que sube que sube, en brazos cae de un querube, la hija del conde: la Pepa. En lujoso camarín introduce a su adorado, y al notar que está mojado le seca bien con serrín.
-Lisardo ... mi bien, mi anhelo, único ser que yo adoro, el de los cabellos de oro, el de la nariz de cielo, ¿qué sientes, di, dueño mío?, ¿no sientes nada a mi lado?, ¿que sientes, Lisardo amado? Y él responde: -Siento frío.
-¿Frío has dicho? Eso me espanta. ¿Frío has dicho? eso me inquieta. No llevarás camiseta ¿verdad?... pues toma esa manta. -Ahora hablemos del cariño que nuestras almas disloca. Yo te amo como una loca. -Yo te adoro como un niño.
-Mi pasión raya en locura, si no me quieres, me mato. -La mía es un arrebato, si me olvidas, me hago cura. -¿Cura tú? ¡Por Dios bendito! No repitas esas frases, ¡en jamás de los jamases!¡Pues estaría bonito!
Hija soy de Sisebuto desde mi más tierna infancia, y aunque es mucha mi arrogancia, y aunque es un padre muy bruto, y aunque temo sus furores, y aunque sé a lo que me expongo, huyamos... vamos al Congo a ocultar nuestros amores.
-Bien dicho, bien has hablado, huyamos aunque se enojen, y si algún día nos cojen, ¡que nos quiten lo bailado!
En esto, un ronco ladrido retumba potente y fiero. -¿Oyes? -dice el caballero-, es el perro que me ha olido.
Se abre una puerta excusada y, cual terrible huracán, entra un hombre..., luego un can..., luego nadie..., luego nada... -¡Hija infame! -ruge el conde. ¿Qué haces con este señor? ¿Dónde has dejado mi honor? ¿Dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?. ¿dónde?
-Y tú, cobarde villano, antipático, repara cómo señalo tu cara con los dedos de mi mano. Después, sacando un puñal, de un solo golpe certero le enterró el cortante acero junto a la espina dorsal.
El joven, naturalmente, se murió como un conejo. Ella frunció el entrecejo y enloqueció de repente.
También quedó el conde loco de resultas del espanto, y el perro... no llegó a tanto, pero le faltó muy poco.
Desde aquel día de horror nada se volvió a saber del conde, de su mujer, la llamada Leonor, de Cunegunda su hermana, de su madre Berenguela, de la prima de su abuela que atendía por Mariana, de su cuñado Vitelio, de Cleopatra su tía, de su nieta Rosalía ni de su chico Rogelio.
Y aquí acaba la leyenda verídica, interesante, romántica, fulminante, estremecedora, horrenda, que de aquel castillo viejo entenebrece el recinto, a cuatro leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo."

martes, 28 de octubre de 2008

HISTORIA DEL CUADRO DE LA CONDESA DE CHINCHON.


La obra: Óleo sobre lienzo. Fechado en 1800.
Formato 226 x 144 cm.
Autor: Francisco de Goya y Lucientes.

Ejemplo sublime del retrato cortesano y obra maestra de Francisco de Goya, nos presenta a Doña María Teresa de Borbón y Vallabriga, más conocida como la condesa de Chinchón. La dama aparece elegantemente vestida con un traje de talle alto, siguiendo la moda del momento. La modelo sentada en un sillón, cruza sus manos sobre el regazo. Goya sitúa al personaje sobre un fondo neutro, oscuro, del cual destaca el rostro y su luminoso traje de gasa blanca transparente. El encargo de la pintura data de1800 partiendo la idea del mismo Godoy, siendo concluido en el mes de abril, poco más podemos saber sobre el origen del lienzo, ya que los archivos del duque de Sueca, descendientes directos de la condesa, fueron destruidos durante la Guerra Civil.
En esos momentos María Teresa cuenta con diecinueve años de edad y se encuentra embarazada de su única hija, Carlota, tal vez por ello cruce sus manos sobre el regazo y lleve el tocado de espigas de trigo, atributo de la diosa Ceres y símbolo de la fecundidad. Hay que señalar que cuando posó para Goya todavía no era condesa de Chinchón, no recibiría el título hasta 1806.
Goya, conocía a la condesa desde su infancia, ya que anteriormente la había pintado en dos ocasiones; en La familia del infante don Luis, 1784, (Fundación Magnani Rocca de Parma) y en un retrato en que aparece de pie con un abanico ante un fondo de la sierra de Gredos, 1784, (National Gallery de Washington). Este contacto le permite reflejar con gran sensibilidad el carácter de la retratada, sabe hacernos cercana la figura, nos trasmite su soledad e impotencia. Tras su enigmática sonrisa se ocultan dos siglos de historia.
El lienzo presenta a Doña María Teresa de Borbón y Vallabriga, marquesa de Boadilla del Monte y XV Condesa de Chinchón. Esta aristocrática dama era hija del Infante don Luis Antonio de Borbón (1727-1785, hijo y hermano de reyes, Felipe V y Carlos III) y de doña María Teresa de Vallabriga y Rozas, perteneciente a la baja nobleza aragonesa. Debido a este matrimonio morganático y a su vida un tanto libertina, el infante don Luis es desterrado de Madrid y privado del derecho al trono. Es, en el palacio familiar de Velada, Toledo, donde el 26 de noviembre de 1780 nace la retratada. Ni ella ni sus hermanos podrían llevar el apellido Borbón ni ostentar el título de infantes de España.
Al morir su padre en 1785, María Teresa y su hermana pequeña son separadas de su madre e ingresan en el Convento de San Clemente de Toledo, del cual saldrá doce años más tarde para casarse con Manuel Godoy (1767-1851), el hombre más poderoso del momento.
Se trataba de un matrimonio concertado por la propia reina María Luisa y que supuso un giro total para María Teresa, pasando de la austeridad del convento al lujo de la corte. Nuestra protagonista exigió para dar su conformidad al enlace que se restituyera a ella y a sus hermanos el apellido Borbón y los privilegios que les correspondían por nacimiento.
El matrimonio nunca funcionó, Godoy había conocido un año antes de su boda a la que sería su amante, la joven malagueña Pepita Tudó.El motín de Aranjuez de 1808, supone la caída en desgracia de Godoy, príncipe de la Paz, perdiendo todo poder político.
Desposeído de honor y bienes se ve obligado a abandonar España y María Teresa se niega a seguirle. Abandonada, se retira a su palacio de Boadilla del Monte a 15 kms de Madrid, donde permanece hasta 1823, fecha en la que parte a Francia donde morirá en 1828. Godoy a su muerte se casará con su amante Margarita Tudó, muriendo arruinado en 1851 en París.
Milagrosamente y a pesar de los avatares históricos el cuadro permaneció siempre en la familia Rúspoli. Gracias a la Ley de Patrimonio Artístico de 1985 que declara al cuadro bien de interés cultural y por tanto inexportable se evita su venta por 6000 millones a una entidad extranjera.
En los años ochenta se inician las negociaciones para su compra, la Academia de San Fernando ofrece 3000 millones en 1999, pero será en enero de 2000 cuando la familia acepte la oferta de 4000 millones de pesetas del empresario y coleccionista Juan Abelló.
Rápidamente el Estado ejerce su derecho de tanteo por el mismo precio de la oferta y el cuadro es asignado al Museo del Prado quien participa en la compra con 1200 millones del legado Villaescusa.
La condesa de Chinchón abandonó su hogar en marzo de 2000 para residir definitivamente en la sala 87 del Museo del Prado, de nuevo bajo la atenta mirada de la reina María Luisa, recibe a sus visitantes invitándoles a disfrutar de la pintura de Goya.
La adquisición del "Retrato de la Condesa de Chinchón" de Goya sufrió un largo proceso. El Estado ejerció en enero del año 2000 el derecho de adquisición preferente que le confiere la legislación española ante la transmisión o venta del cuadro por parte de sus propietarios anteriores, señores D. Carlos, don Luis y don Enrique Rúspoli Morenés.
El lienzo fue solicitado por el pleno del Real Patronato del Museo del Prado para que su destino final fuera el Museo, que posee el conjunto más numeroso y excepcional de obras de Goya en el mundo. Además, la obra se inserta en la pintura y en la historia española y europea con el valor de un símbolo en ese momento crucial que abría la historia de Europa hacia el mundo moderno. En 1928 el cuadro ya formó parte de la exposición del Prado dedicada a Goya en el centenario de su muerte. Tras su alejamiento de Madrid durante la guerra civil, en 1940 el Patronato del Museo del Prado iniciaba las primeras gestiones para adquirir el lienzo, que se han consumado ahora a los 200 años de haber sido pintado.En 1999, y de acuerdo con la Ley 13/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español, los copropietarios comunicaban a la Dirección de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Educación y Ciencia el acuerdo de compraventa del cuadro alcanzado con un tercero por un importe de cuatro mil millones de pesetas.
La Junta del Patrimonio reunida en pleno el 20 de diciembre de 1999 acordaba recomendar que la Administración ejerciera el Derecho de Tanteo a favor del Estado, el cual fue ejercitado por Orden Ministerial el 18 de enero de 2000. En cumplimiento de dicha orden, el cuadro fue depositado a título de depósito y custodia en el Museo del Prado el 17 de febrero de 2000. El pleno del Real Patronato del Museo del Prado había acordado en su reunión de 25 de enero de 2000 la adquisición del lienzo por parte del organismo autónomo Museo del Prado.
Para poder suscribir el contrato de compraventa, cuyo importe era de 4.000.000.000 de pesetas, era preceptiva, según la Ley, la autorización previa del Consejo de Ministros, que tuvo lugar el 14 de diciembre de 2000. La forma de pago contemplaba el pago de 2.500.000.000 de pesetas en el ejercicio corriente y en el del año 2001, los restantes 1.500.000.000 de pesetas.
Para que pudiera realizarse este último pago, el Ministerio de Hacienda tramitó en expediente aparte la propuesta de acuerdo del Consejo de Ministros de autorización para adquirir compromiso de gasto con cargo al ejercicio del año 2001 de conformidad con el procedimiento establecido por la Ley.
Los fondos obtenidos han encontrado diversas procedencias, como, por ejemplo, la aprobación de una generación de crédito, el 25 de julio de 2000, de 1.000 millones de pesetas, por aportación del Legado Villaescusa, después de haberse realizado el ingreso correspondiente procedente de Fervisa. El 29 de noviembre del mismo año se aprobaba la transferencia de crédito del Ministerio de Educación y Cultura y Deporte al Museo del Prado por 1.300 millones de pesetas, cuyo ingreso se hizo en enero de 2001 en la cuenta del organismo autónomo. En diciembre de 2000 el Museo del Prado aportó 200 millones de su presupuesto ordinario y en el mismo mes se aprobaban los Presupuestos Generales del Estado por lo que el Museo del Prado dispuso de 1.500 millones de pesetas en la anualidad del año 2001 para realizar el segundo pago.











"Variaciones en torno a La Condesa de Chinchón de Goya". Cuadro realizado por el "Colectivo Cach" (Colectivo de Artistas de Chinchón) para encabezar la exposición "LA CONDESA DE CHINCHON: Fusión de Historia y Arte" que se inaugurara el día 29 de noviembre de 2008, en Chinchón. Formato 225 x 150 cm.

lunes, 27 de octubre de 2008

LA CONDESA DE CHINCHON: Fusión de historia y arte.


El Colectivo CACh (Colectivo de Artistas de Chinchón) ha difundido el siguiente comunicado:

"Gran número de obras recibidas
Finalizado el plazo de entrega de las obras el pasado día 18 de octubre para el proyecto "La Condesa de Chinchón. Fusión de historia y arte" hemos recibido 62 obras, lo cual representa una importante cantidad que supera las previsiones estimadas y supone una gran acogida de la convocatoria realizada en su día.

Diversidad y calidad
Las obras presentadas se caracterizan por la gran diversidad de estilos y técnicas. Podemos encontrar desde las más clásicas, figurativas en óleo sobre lienzo, hasta propuestas vanguardistas abstractas y conceptuales sobre materiales muy diversos. Cerámica, pintura en vidrio, estofado, acuarela, lápiz, grafito, textiles, metacrilato, impresión digital etc., son alguna de las técnicas que van a poder ser contempladas en la exposición colectiva.La calidad de una cierta cantidad de obras es sobresaliente, llegando a ser de primer orden en algunos lienzos así como las realizadas por diseñadores gráficos, pero, en cualquier caso seréis vosotros y el público quienes determinen esta apreciación. Merece ser destacada la creatividad de todas las obras que constituyen un mosaico inédito y variopinto en torno a un tema singular.

Dos sedes
Al haberse producido esta participación tan numerosa y teniendo en cuenta las dimensiones de las obras, no ha habido otra solución que encaminar nuestras gestiones a la realización de la exposición en dos sedes: La Casa de Cultura del Ayuntamiento de Chinchón y el Parador de Turismo.La distribución de las obras será llevada a cabo por una comisión técnica que abordará la tarea con el mayor rigor posible para obtener un conjunto expositivo estéticamente equilibrado, pero teniendo en cuenta que en el ámbito del arte cualquier apreciación o valoración es discutible y subjetiva, por lo que pedimos vuestra comprensión de antemano.

Sábado 29 de noviembre
El sábado, 29 de noviembre tendrá lugar el acto de inauguración de cuyo detalle os informaremos en fechas próximas.

Para más información
Manuel Carrasco Moreno 696602031
http://manolo-eleremita.blogspot.com/
Juan Vázquez Yebra 639027303

Participa
Cualquier información sobre temas relacionados con el proyecto puedes enviarla a mailto://artechinchón@telefonica.nety la publicaremos en este boletín que remitimos a todos los participantes.

Sirvan como muestra estas cuatro obras, de las 62 presentadas.

CAMINO SORIA.

Yo, no siempre fui eremita. En tiempos me gustaba viajar y recorrí paisajes y ciudades, admirando la naturaleza y las prodigiosas obras que hicieron los hombres cuando no guerreaban.
De este periplo, guardo recuerdos en imágenes que iba recogiendo con mis viejas cámaras, antes que la tecnología nos llevara a la era digital.
Y también quiero compartir con todos vosotros estos recuerdos y estas imágenes.
Para empezar, Soria con la poesía de Antonio Machado y el recuerdo de San Saturio, el santo eremita, que es el patrón de la ciudad.


Campos de Soria
He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera del Duero,
entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas de Soria
—barbacana hacia Aragón, en castellana tierra—.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas el son del agua,
cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas grabadas iniciales
que son nombres de enamorados,
cifras que son fechas.

¡Álamos del amor que ayer
tuvisteis de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!

Concatedral de San Pedro.

En 1152 este templo alcanza el título de colegiata, momento en el que pasó a la orden de San Agustín. Los agustinos decidieron llevar a cabo una remodelación del edificio, añadiéndose un amplio claustro en el monasterio, derribando gran parte del anterior templo. El primitivo edificio románico prácticamente desapareció en su totalidad, quedando actualmente sólo tres de las cuatro arquerías del claustro.Éste es de único piso, y las arquerías se levantan sobre un podio. En el lado este se encuentra la puerta de la sala capitular y en el muro norte la del refectorio. La techumbre de madera seapoya sobre un alero en el que se muestran canecillos lisos, o con temas figurados.La iglesia fue concluida en 1577, siguiendo el modelo de la colegiata de Berlanga de Duero. Es de planta de salón y se organiza en torno a tres naves de cinco tramos cubiertas por bóvedas de crucería con capillas laterales entre los contrafuertes. La capilla mayor alberga una retablo clasicista del siglo XVI, obra de Francisco del Río.La torre, de planta cuadrada, es ya obra del siglo XVII.De las entradas al templo destaca la portada sur, presidida por San Pedro., enmarcado por una decoración típicamente renacenstista.
San Juan de Duero.
En la actualidad el templo alberga una sección de historia medieval del Museo Numantino sobre arte románico, y en la que se muestran también los restos de la convivencia de las culturas judía, musulmana y cristiana en la provincia de SoriaDel antiguo monasterio se conservan la iglesia, del siglo XII, el claustro y cimentaciones de dependencias monacales al sur. El rey Alfonso el Batallador donó los terrenos en los que se asentó el antiguo convento de la orden de San Juan del Hospital en 1134. La iglesia, de construcción anterior al claustro, es de nave única y con ábside semicircular. A ambos lados de la nave, flanqueando la subida al presbiterio, destacan dos baldaquinos sustentados sobre arcos de medio punto, que descansan sobre unos capiteles minuciosamente tallados con motivos del Nuevo Testamento y animales fantásticos.El claustro, de planta irregular, se construyó en el siglo XIII, y destaca la influencia del arte musulmán en esta parte del conjunto arquitectónico. Se conservan tan sólo los cuatro tramos de la arquería, de estilos diferentes: el románico de los arcos de medio punto y los restantes de evidente influencia árabe.

San Juan de Rabanera.

Frente al palacio que alberga la Diputación Provincial se encuentra esta pequeña iglesia que data del siglo XII, de planta de cruz latina y ábside semicircular. En el siglo XV se añadieron dos capillas y en el siglo XVI se levantó la torre sobre el crucero, que mantiene las bóvedas ojivales de cañón de medio punto, mientras que la nave central está ornamentada con bóvedas de lunetos del siglo XVIII. La portada románica de la fachada principal procede de la antigua iglesia de San Nicolás, que fue trasladada en 1908. En su tímpano figura el santo que le daba nombre a la antigua iglesia románica, y a su alrededor seis figuras eclesiásticas. Los capiteles de la derecha representan la vida de San Nicolás, y escenas del Nuevo testamento en los de la izquierda.Este templo tiene un bello retablo renacentista y destaca el Crucificado tallado por Manuel de Pereira en el siglo XVII.

Ermita de la Virgen de el Mirón.
Un poco más apartada del casco urbano se encuentra la ermita de la Virgen del Mirón. Se llega hasta ella a través de un paseo flanqueado por árboles. El templo, de estilo barroco, se levanta en una amplia explanada en cuyo centro hay una pilastra que sostiene un busto del patrón de la ciudad, San Saturio. La construcción se llevó a cabo en el siglo XVIII con la aportación económica de los fieles de la ciudad, y el templo es de una única nave y una cúpula corona el crucero de la iglesia. Dejando atrás la ermita, en dirección este, se puede acceder al mirador conocido como Los Cuatro Vientos, un lugar desde el que se puede apreciar una hermosa vista de la ciudad, bordeada por el Duero, y desde donde también se pueden ver parte de los restos de la muralla.

Santo Domingo.


Actualmente forma parte del convento de las Clarisas. Originalmente, la iglesia estaba consagrada a Santo Tomé. Se trata de una auténtica muestra del románico francés, claramente apreciable en su fachada principal: dos pisos con arquerías ciegas, un hermoso rosetón y, bajo éste, la puerta enmarcada por una estructura de medio punto, con arquivoltas ornamentadas con unas ricas tallas en las que se narran remas del Antiguo y Nuevo Testamento. En los capiteles que sustentan la arquería ciega pueden verse también escenas de la creación del mundo, escenas de Adán y Eva, milagros… Sobre la puerta, y enmarcado por las arquivoltas, se encuentra tímpano con un precioso relieve presidido por Dios Padre, sentado y con el hijo entre los brazos, a quien acompañan los cuatro evangelistas, María y José.Se cree que los cimientos del templo pudieron alzarse en el siglo XII sobre otra construcción de quizá la primera mitad de ese siglo. La planta actual consta de tres naves, pero hasta el siglo XVI no se abrieron las dos capillas laterales que hoy pueden verse. El templo cuenta también con una torre adosada a su fachada norte.

Ermita de San Saturio.

A la otra orilla del Duero, muy cerca de las ruinas del monasterio de San Polo, se levanta esta ermita del siglo XVIII sobre la cueva que habitó San Saturio, patrón de la ciudad. La iglesia es de planta octogonal y sus paredes están decoradas con pinturas murales, obra realizada por Antonio Zapata entre los años de 1704 y 1705. Dichas pinturas narran la vida del eremita. Inicialmente los restos de San Saturio reposaban en la cueva encima de la que fue construida la ermita, pero al construirse el edificio religioso se trasladaron al altar mayor del templo.

domingo, 26 de octubre de 2008

MEDALLA DE LA CIUDAD DE CHINCHON.

Por acuerdo del 15 de febrero de 1988 el Ayuntamiento de Chinchón concedía la Medalla de la Ciudad de Chinchón en su categoria de plata a D. Ignacio Gómez Hortelano, por haber conseguido el campeonato nacional de arada.

De ello di cuenta cuando publiqué todas las personas que habían sido distinguidas con este galardón. Pero hace dos años se produjo una noticia que pasó desapercibida para la mayoría y que ahora quiero recordar. En el primer fin de semana del mes de Noviembre de 2006, en el XXXV Campeonato Nacional de Arada, celebrado en Granja Florencia (Zamora), nuestro paisano ganaba por décima vez el campeonato de españa de arado reversible.

Pero, además, en ese día se producía una nueva noticia: En el podium de ganadores le acompañaba su hijo Ignacio Gómez Romero que ganaba el campeonato en la modalidad de arado fijo. El campeonato contó con la participación de agricultores de diversas comunidades autónomas, y representando a la madrileña, nuestros paisanos, que obtuvieron el título.

Aunque ahora ya no es noticia y sea con “algo de retraso”, es bueno dejar constancia, en el blog, de los éxitos de los chinchonenses que lleban el nombre de nuestro pueblo por el mundo.