jueves, 15 de agosto de 2019

LAS FIESTAS PATRONALES DEL DÍA DE MAÑANA


Las fiestas Patronales de Chinchón se basan en dos actividades principalmente, las religiosas y las taurinas. Es verdad que también hay actuaciones musicales y fuegos artificiales, pero ha habido veces que se suprimieron y las fiestas no se resintieron demasiado.
En los últimos tiempos, sin embargo, tanto la religión como los toros están en decadencia; según las estadísticas ya son más los ateos que los practicantes en España, aunque, como dice el filósofo y escritor, José Luis Villacañas, “Al fin y al cabo, España tiene un 20 por ciento de creyentes católicos, pero un 80 por ciento de usuarios de tradiciones católicas”. También, por diversas causas, los espectáculos taurinos se van viendo reducidos, llegando hasta su desaparición en algunas partes de nuestra geografía nacional.
Es verdad que cuando se habla de actos religiosos en las fiestas patronales, nos estamos refiriendo principalmente a las procesiones que, con todos mis respetos, son muestra de una discutida religiosidad. Sin embargo, como se dice en nuestro pueblo, aunque en Chinchón no creamos en Dios, creemos en San Roque, y por otra parte el “espectáculo” de la procesión de San Roque pasando por la plaza, ya forma parte de nuestra idiosincrasia, aunque cada vez haya más espectadores en los tendidos que fieles procesionando con el Santo.


Con los toros es parecido, aunque no es igual. Es verdad que existe un movimiento antitaurino que hace sentir un rechazo a estos espectáculos, basado en una sensibilización contra el maltrato animal; pero el motivo principal que puede llevar a la supresión de estos espectáculos es meramente económico. En los pueblos pequeños, su coste no es proporcional a los espectadores que atrae, como no sea en los encierros, que posiblemente sean los únicos que puedan sobrevivir en el futuro, aunque para ello habría que, seguramente, hacer algunos cambios.
Esto nos lleva a plantearnos, ¿Cómo serían las Fiestas Patronales sin toros ni procesiones?
Nosotros y nuestros hijos, posiblemente no; pero nuestros nietos seguro que las llegan a conocer.