viernes, 22 de diciembre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LXXXIX. EVOLUCIÓN DE CHINCHÓN SIGLO XX


89.- Evolución de Chinchón en la segunda mitad del Siglo XX. (Historia)

Chinchón iba a sufrir un cambio radical en este periodo. Los viejos tiempos con sus grandes éxitos y su posterior deterioro, iban a ofrecer un escenario que modificaría la vida social, cultural y económica de nuestro pueblo, con vistas a la llegada del nuevo siglo.

Y podemos iniciar este periodo con un acontecimiento insólito para un pequeño pueblo: En el año 1950 los jóvenes de la Acción Católica editaron un periódico que titularon "Vida" que tuvo la vida efímera de 6 meses, de enero a junio de ese año.

La población de Chinchón, al 31 de diciembre de 1950 era la siguiente: Habitantes de derecho: 4.975. Habitantes de hecho: 4.880. Población escolar de 6 a 14 años: 361 niños y 342 niñas. Párvulos de 4 a 5  años: 51 niños y 58 niñas.

En la reunión del 18 de junio de 1951, que celebra la Junta Municipal de Enseñanza, se dan instrucciones para la utilización del nuevo Grupo escolar, solicitando se cree una escuela de formación profesional en la modalidad de "Corte y Confección".

El día 18 de julio de 1951 se inaugura, por fin, el Grupo Escolar "Rafael y Joaquín Ortiz de Zárate" de Chinchón. Ese día se celebraba en toda España la conmemoración del 15º aniversario del "Glorioso Alzamiento Nacional" y el Jefe del Estado, Excmo. Sr. Don Francisco Franco Bahamonde, viene hasta Chinchón para hacer la solemne inauguración.

El 7 de octubre de 1951 se trasladan oficialmente todas las clases al nuevo Grupo escolar. El 7 de febrero de 1952 tomó posesión de cargo de Director interino del Grupo Escolar don Lorenzo Nava Martín.

En el pabellón central, además de dos aulas para los párvulos en la planta baja, se ubicaron las instalaciones del "Frente de Juventudes", que era la rama juvenil de "Falange Española", que en aquellos años tenía una gran presencia política y social en España.

Cuando se abre la nueva sede del Frente de Juventudes, supone un cambio cualitativo en las posibilidades de ocio y deporte. Las instalaciones deportivas, como campo de fútbol, baloncesto, frontón y piscina son una novedad que ofrece nuevas perspectivas para los jóvenes. Los juegos de mesa, el guiñol y la música eran otras posibilidades que se ofrecían a la juventud. Pero para poder acceder a todos ellos era necesario afiliarse a la organización falangista, lo que suponían tener que asistir a charlas de orientación política y exaltación patriótica. Todos los actos se iniciaban con el canto de "Cara al sol" formados con el brazo en alto, con el saludo fascista.

En esta época se estaba utilizando como campo de fútbol la plaza de armas del Castillo.

Después habría otra alternativa, ésta religiosa, para la asociación de los jóvenes: la Acción Católica, que, años más tarde,  dispondría de un Centro Parroquial instalado en lo que fue colegio en la calle Benito Hortelano, en la que también se podía acceder a juegos como el ping-pong y el billar, además de las charlas religiosas correspondientes.

Van pasando los años y en España se inicia un cambio paulatino en el Régimen en el que se va produciendo una lenta apertura con la llegada de los tecnócratas del Opus Dei. Se crean los Polos de Desarrollo y se empieza a hablar del "milagro español". La industria va absorbiendo la mano de obra que sobra en la agricultura por la llegada de la mecanización y se inicia la sociedad del bienestar.

Y es aquí cuando en Chinchón se va a desperdiciar la oportunidad de unirse al progreso. Las autoridades no facilitan la llegada de industrias que creen nuevos puestos de trabajo.

Pero, por otra parte, tampoco consiguen que se lleve a cabo la concentración parcelaria, que podrían haber ayudado a la modernización de los sistemas productivos agrícolas, con lo que se paraliza toda posibilidad de solución a la falta de trabajo que empieza a generalizarse en el pueblo.

La propiedad agrícola en Chinchón estaba muy atomizada, pues además de los grandes terratenientes casi todos los agricultores habían ido adquiriendo pequeñas fincas por lo que casi todos eran también propietarios. En estos años en los que cada vez era menos rentable la agricultura por el incremento de los salarios, era fácil conseguir tierras en aparcería, por lo que las familias de agricultores con varios hijos consiguieron labrar gran cantidad de tierras.

En estos años se aumenta la producción de ajos, que en Chinchón habían conseguido una merecida fama por su calidad y duración. Este producto genera buenos beneficios y facilita el enriquecimiento de los agricultores que saben aprovechar el factor especulativo del mercado.

Pero cada vez son más lo que tienen que emigrar a la capital en busca de alternativas laborales que el pueblo ya no les brinda.

También se resiente la vida oficial. En el año 1964 Chinchón deja de ser cabeza del Partido Judicial, y el Juzgado de Instrucción y la cárcel se trasladan a Aranjuez. 

El Registro de la Propiedad de Chinchón se divide en dos y uno se traslada a Aranjuez y otro a Arganda del Rey.

Años después, en el mes de julio del año 1974, se suprimiría el Juzgado Comarcal con motivo de una reestructuración en el sistema judicial español, quedando, desde entonces en Chinchón, sólo el Juzgado de Paz.

Con esto, Chinchón pierde toda la atracción que tenía sobre los pueblos de la comarca, con las consecuencias lógicas para el comercio y los servicios.

Sin embargo, el atractivo del pueblo, desde el punto de vista artístico y turístico empieza a destacar. Mientras en la mayoría de los pueblos se va destruyendo su estructura tradicional por los imperativos del crecimiento industrial, Chinchón permanece inalterado, precisamente por el estancamiento económico.


Y la plaza, con su peculiar arquitectura,  se va convirtiendo en su emblema y es la imagen que va exportando a todo el mundo la peculiaridad de este pueblo que parece anclado en su pasado. En el año 1955, es el escenario escogido para el rodaje de la película "La Vuelta al mundo en 80 días" y en el año 1960 el Ministerio de Información y Turismo utiliza una fotografía del Festival como cartel de España para la promoción de su eslogan "España es diferente" que intentaba vender el sol de España a los extranjeros.
Las autoridades son conscientes de la necesidad de mantener la delicada integridad de la plaza y a partir de este momento van a ser continuos los esfuerzos para conservar su aspecto. Su construcción con materiales pobres y  la agresión que recibe de las aguas que bajan por las empinadas cuestas, requieren sucesivas actuaciones que se van a suceder periódicamente.

En el año 1966, la Sección de Ciudades de Interés Turístico que estaba integrada en la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de la Vivienda, presenta un Proyecto  de ordenación de la Plaza Mayor y acceso a la Iglesia de la Asunción.  Era su director D. Miguel Ángel García Lomas, que después fue Alcalde de Madrid, y a quien se le concedió el "Ajo de Oro" de la Asociación de Amigos de Chinchón, en el año 1971.

En este proyecto, se acomete la ordenación de las plazuelas que dan acceso a la plaza, se mantiene el centro de la plaza de tierra para que se puedan seguir celebrando corridas de toros, pero se consigue una superficie casi horizontal en el centro que equilibre el desnivel de la plaza.                                          

Las fachadas de la plaza se restauraron y consolidaron manteniendo totalmente el aspecto que tenían y también se realiza en la Iglesia de la Asunción "la restauración del gran arco de la fachada que da a la plaza, picando el paramento enfoscado que enmarca el arco de piedra y chapándolo de sillería, rehundida sobre el parámetro de la fachada 15 centímetros, y haciendo un gran óculo de piedra moldurada que ordene los elementos de fachada. Se desmonta el cuerpo alto que sirve para colocar las campanas, con objeto de recrecer el contrafuerte de la derecha, hoy sin rematar, igualándolo al simétrico de la izquierda. Una vez demolido el cuerpo añadido a la capilla renacentista, se cubrirá con teja curva sobre faldones de tablero de rasilla". Se terminan las obras,  pero sin recrecer el contrafuerte de la derecha, tal y como se había previsto en el proyecto.

En el edificio del Ayuntamiento se proyecta la sustitución total de la fachada, dejando un soportal en la planta baja, con columnas de piedra, zapatas, carreras, antepechos de galería y pies derechos de madera y aleros con canecillos.

En el proyecto se incluyó la reforma de la Fuente de Arriba de la Plaza, planteando una gran fuente abrevadero en sustitución de la que había, manteniendo, una vez restaurada, el pilón y cambiando el frente de mampostería, por otro de sillería moldurada. Se emplean como materiales constructivos la piedra de Colmenar y el granito, y en el centro del frontal, que ahora se hace rectangular y también rematado por bolas de piedra, se coloca un escudo en piedra de la Ciudad de Chinchón, que es que actualmente preside la plaza.  En la parte posterior se dispone un pequeño pilón para poder llenar cántaros, y aprovechando el desnivel de la calle, se sitúa en el subterráneo, unos servicios públicos, bajo la plataforma posterior de la fuente.

Las obras se ejecutan desde 1967 a 1970, siendo alcalde de Chinchón don Baldomero Martínez Peco, realizándose la entrega provisional de las obras el 4 de marzo de 1972, por el representante del Director General de Arquitectura al entonces Alcalde de Chinchón don Francisco Grau Simó. Esta reforma había supuesto para el Estado una inversión de 1.455.254 pesetas.

Y tenemos que volver, de nuevo, al tema de la educación. El 4 de marzo de 1965 el Ministerio de Educación había solicitado al Ayuntamiento un estudio para la instalación de un colegio de enseñanza media. 

El Ayuntamiento le contesta que cede los terrenos de su propiedad entre la calle del Generalísimo y calle de Solares, conocido como el Campillo, -que después se cederían para el Parador de Turismo-  para hacer este centro, pero, según el criterio del Ministerio, este solar no reúne las condiciones idóneas para este fin.

En esas fechas se inicia en España una cierta apertura política y se autoriza la creación de alguna clase de asociaciones. En Chinchón se crea la Asociación de Cabezas de Familia, siendo elegido presidente D. Francisco Grau Simó. El principal objetivo de esta asociación fue conseguir un Instituto de Enseñanza para Chinchón, ya que hasta entonces, cuando terminaban la enseñanza primara, los jóvenes tenían que desplazarse a Madrid o Aranjuez para continuar sus estudios.
Con fecha 24 de febrero de 1967 se acuerda solicitar del Estado la construcción de un Colegio Libre mixto de Enseñanza Media elemental, a ubicar en los antiguos colegios de la fundación Aparicio de la Peña. En esos años, Chinchón tenía una población de 4.338 habitantes, y 350 niños entre los 10 y 14 años.

El 20 de julio de 1967 se crea el Colegio Libre de Enseñanza Media, de Grado Elemental de Chinchón, bajo la dependencia del Instituto Nacional de Enseñanza Media de Aranjuez, creándose dos cátedras, una de Ciencias y otra de letras, nombrándose directora a Dª María Cecilia Vivero Cereijo y subdirectora a Dª Inmaculada Ruiz Santos, y director espiritual a D. Moisés Gualda Carmena. Se sitúa en los locales de la calle Benito Hortelano. 

En Mayo de 1968 se hace un proyecto para la construcción del Colegio Libre adoptado, en los terrenos de la antigua estación del ferrocarril del Tajuña, por el arquitecto don Francisco del P. Adell Ferré, con un presupuesto de 5.644.895,60 pesetas, pero no se llega a realizar.

Los colegios Libres adoptados eran centros docentes de grado medio administrados por corporaciones locales, en los que se cursaban el bachillerato elemental general de enseñanza libre, tutelados por el Ministerio de Educación, para garantizar que los niveles de la enseñanza fueran semejantes a los demás centros del mismo grado.

Van pasando los años y, poco a poco, el Grupo Escolar se fue quedando pequeño por el aumento de la población infantil y por la desaparición del Colegio de Cristo Rey.  En el año 1974 se tienen que habilitar unos locales en los bajos del nuevo barrio del Pilar, para las clases de párvulos. Estos locales no reunían las condiciones mínimas para este cometido, ya que los niños, de corta edad, tenían que jugar junto a la carretera en las horas del recreo, con el peligro que ello suponía. 

A finales de ese año, un grupo de padres, encabezados por José Luis Magallares, Antonio Macías y Manuel Carrasco, crean la Asociación de Padres de Alumnos del Colegio Público "Rafael y Joaquín Ortiz de Zárate" y consiguen de las autoridades civiles y religiosas, que eran los gestores de la fundación Aparicio de la Peña, que estas clases para los niños pequeños fuesen trasladadas a lo que antes fue el Colegio de Cristo Rey en el curso siguiente.

Esto es sólo una medida provisional y en mayo del año 1982 se hace una ampliación del Colegio en una nueva edificación en terrenos junto a la Ronda de Mediodía, a donde se trasladan las clases de los niños de segundo ciclo, dejando el viejo Grupo Escolar, para los niños más pequeños.

El 1 de junio de 1977 se firma un acuerdo entre don Jesús del Nero, en representación del Ayuntamiento y la Fundación Aparicio de la Peña, representada por el Sr. Cardenal D. Vicente Enrique y Trancón, para que en las instalaciones de la calle Benito Hortelano nº 14  se instale un Colegio de B.U.P., el Colegio Mixto Homologado "Santiago". 

Eran los años en que era ministro de Información y Turismo don Manuel Fraga Iribarne. El sol de España se estaba convirtiendo en el valor más firme para la entrada de divisas, y se plantea la posibilidad de hacer un Parador de Turismo en Chinchón. Nuestras autoridades piensan que este puede ser el mejor destino para el edificio del antiguo convento de los Agustinos.

En la sesión del pleno de 23 de julio de 1969 se informa de la visita de personal del Ministerio de Información y Turismo para estudiar la posibilidad de instalar el Parador en el edificio del Juzgado Comarcal, Cárcel y terrenos anejos, propiedad del Ayuntamiento, ofreciendo comunicar al Ministerio e informar de los trámites legales para formalizar la cesión gratuita.

Pero además del edificio del convento, también se ceden otras dependencias propiedad del Ayuntamiento. El valor que tenían asignados estos edificios del Ayuntamiento en la cuenta de administración del patrimonio en el año de 1969 eras de 211.273 pesetas. Los edificios cedidos gratuitamente por el Ayuntamiento de Chinchón, tenían una superficie total de 6.809,61 m2.

En el Boletín Oficial del Estado nº 140, el jueves día 12 de junio de 1969, se incluye el decreto nº 1127/1969, que en su apartado a) del artículo primero, se acuerda la construcción de los Paradores Nacional de Calahorra, en la provincia de Logroño, Fuentes Carrionas, en la de Palencia; Argomániz, en la de Álava; Sos del Rey Católico, en la de Zaragoza; así como la Hostería de Chinchón, en la Provincia de Madrid. Firma el decreto don Manuel Fraga Iribarne y era Alcalde de Chinchón D. Francisco Grau Simó.
Las obras del Parador son dirigidas por el Arquitecto D. Juan Palazuelo Peña, y se hace una restauración concienzuda del edificio. Los trabajos son lentos y se llegan a fabricar expresamente ladrillos de barro de las mismas características de los existentes para sustituir, uno a uno, los que estaban deteriorados.

En su interior encontramos varias pinturas originales de la época en que fue convento, en el techo de la escalera principal, que fueron restauradas por Luis Martínez, cuando se rehabilitó para el Parador. A la salida del huerto y jardines hay dos mosaicos en los que se representan a San Roque y La Virgen del Rosario. Su autor, Manolo Gómez-Zía, pintor y ceramista segoviano que durante varios años tuvo su taller en Chinchón.  De este mismo autor había unas pinturas en unas hornacinas del claustro, junto al comedor, que representaban a unos frailes agustinos desempeñando varias profesiones, y cuyos modelos fueron personas de Chinchón que había participado en las obras del Parador.

En el año 1975  hereda el título de Conde de Chinchón don Carlos Rúspoli y Morenés.

Podemos considerar la inauguración del Parador de Turismo, el  26 de junio de 1982 como el inicio de la llegada del Turismo a Chinchón. No obstante, años antes se habían llevado a cabo iniciativas particulares. Se puede considerar a Narciso García Ortego como el pionero de estas iniciativas.

Sin embargo es, sin duda, al Festival Taurino de Chinchón el primer acontecimiento de atracción turística. Cuando a principios del siglo XX se empezaron a celebrar los primeros festivales, los toreros y sus cuadrillas, que venían a torear gratis, eran invitados a comer por los organizadores en sus propias casas. Pasaron los años, y el número de comensales se incrementaba por los "invitados" que acompañaban a los diestros y hubo que habilitar unos comedores en el Café -donde también se vestían los toreros- para dar de comer a tan concurrido acompañamiento.

Uno de aquellos años, Mateo de las Heras que, como máximo responsable de la organización, tenía que padecer la demanda con la impotencia de no poder dar una solución al problema, sugirió a Narciso, que montase para ese día una mesas en el baile de la Granja y preparase unos sencillos menús para poder dar de comer a los que llegasen a Chinchón para ver el festival sin haber previsto de antemano dónde iban a comer.

El experimento tuvo un éxito espectacular, los comensales quedaron encantados de los bien que se comía en este pueblo y Narciso descubrió su verdadera vocación.

Otro acontecimiento que también iba a marcar un hito en la atracción turística fue la Representación de la Pasión de Chinchón. En el año 1963, Luis Lezama Barañano, que era capellán de la Parroquia de Chinchón, ideó una representación de la Pasión de Cristo. Escribió un guión basado principalmente en el Evangelio de San Juan, y se inició la representación como un Vía Crucis por las calles de Chinchón. La representación se hizo el Sábado Santos, al anochecer, porque esta representación no terminaba en el Calvario sino que lo hacía con la Resurrección. Al hacerse cuando ya no hay luz natural, permite iluminar los escenarios y darlos un dramatismo más efectivo. Todos los actores eran personas no profesionales.

Esta representación fue declarada de interés turístico por el entonces Ministerio de Información y Turismo, y desde sus inicios ha sido financiada por la Obra Cultural de Caja de Madrid. A pesar de representarse a la intemperie, no se ha dejado de representar ningún año aunque haya llovido o hecho frío. Miles de visitantes asisten desde entonces a la Representación de la Pasión viviente de Chinchón.

En el año 1974 la Ciudad de Chinchón fue declarada "Conjunto histórico-artístico", y en la memoria justificativa se destaca, entre otros valores, la famosa plaza, que define como "uno de los más valiosos ejemplos de plazas españolas, genuina representación de arquitectura popular".

Con este decreto, todos los monumentos de Chinchón quedan bajo la tutela y conservación del Estado.

Poco a poco iban abriéndose nuevos restaurantes y establecimientos hoteleros y cada día era mayor la afluencia de turistas. Aunque era un turismo de fines de semana empezaba a ofrecer algunos puestos de trabajo como alternativa a la agricultura que iba perdiendo su hegemonía en la economía del pueblo.

En el año 1988 la Dirección General del Patrimonio Cultural asume la necesidad de afrontar una nueva restauración integral de este singular elemento del patrimonio de Chinchón que es la Plaza Mayor.

Se encarga el proyecto al arquitecto Salvador Pérez Arroyo, quien también se encarga de la dirección de la obra, junto con el aparejador Fernando Olave García. Las obras se contratan con la empresa Rafael Vega SL., y se realizan en los años 1990 a 1992 con una inversión total de 107.443.381 pesetas.

En la publicación "Madrid restaura en Comunidad" editado por la Consejería de Educación y Cultura, Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, 1993, se hace una memoria de esta reforma, y por su interés, se copian algunas de sus conclusiones:

"El origen del conjunto responde a una construcción popular que se ha sometido a una desvirtualización paulatina provocada fundamentalmente por el radical cambio de uso del que ha sido objeto. La finalidad de esta restauración no sólo se limita a una consolidación o, dicho de otro modo, a una "reparación de desperfectos", sino también, en la medida de lo posible, ha pretendido la recuperación de la verdadera identidad del conjunto permanentemente falseada en favor de una supuesta "tradicionalidad"....

El trabajo minucioso llevado a cabo con el maderamen ha permitido la conservación de la mayor parte de las piezas originales. La sustitución sólo se ha producido después de un riguroso análisis que ha certificado la necesidad de desecharla. Se ha recurrido preferentemente a repiezos.

El criterio para la selección del color de la nueva pintura se debía a la mencionada intención recuperadora que movía el proyecto. El último color -el verde- que había poseído la plaza era muy reciente y de características desaconsejadas para la madera. Nunca fue el color original de la plaza aunque la memoria actual hubiera hecho de él, la seña de identidad del conjunto. Sin embargo fue aplicado el color verde, por motivos ajenos a la dinámica de la obra.

La realidad es que se levantó una gran polémica popular, llegando a proponerse un referéndum para que los ciudadanos de Chinchón decidiesen el color que se debía emplear para pintar los balcones de la plaza. Esta polémica traspasó el ámbito local, haciéndese eco la televisión. Es posible que, en aquellos momentos, no tuviese Chinchón problemas más importantes que decidir el color de los balcones de la plaza...

Por último, decía el documento firmado por las autoridades:  “Hay que destacar la intervención del Ayuntamiento en la recuperación de la imagen final del monumento con la prohibición del aparcamiento en el recinto permitiendo sólo el uso de paso. El conjunto ha podido así encontrar su aspecto original que había sido tan maltratado". 

Los alcaldes que ocuparon el cargo desde que terminó la guerra civil, inicialmente eran nombrados por el Gobernador Civil de la Provincia, hasta que llegada la democracia fueron elegidos por votación popular. A don Juan Rodríguez Ortiz de Zárate le siguieron, de nuevo,  don Baldomero Martínez Peco; y después, don Francisco Grau Simó y don Jesús del Nero Rodríguez, quien repitió mandato al ser elegido democráticamente representando a un grupo independiente primero y al partido de Alianza Popular después.

Este partido cambió su nombre por el de Partido Popular y volvió a ganar las elecciones con don Jesús Hernández López en dos legislaturas, aunque la segunda no la terminó siendo sustituido por doña Ana Magallares López que repitió en el siguiente mandato, aunque tampoco lo pudo terminar al ser condenada, y apartada de su cargo, por prevaricación, sustituyéndola don Francisco Grau Romano que era el Teniente de Alcalde.

La Corporación del Ayuntamiento de Chinchón está compuesta por 11 concejales y,  desde la llegada de la democracia, se ha producido una evolución y de la amplia mayoría que conseguían los conservadores al principio, se ha llegado a una división de 6 concejales para a la derecha y 5 para la izquierda.

Continuando con las obras realizadas en estas fechas, en el año 1979 se acomete una remodelación interna en el Ayuntamiento, para dotarle de oficinas y servicios acordes con las necesidades que se demandaban. Durante estas obras se traslada el ayuntamiento a unos locales en los bajos de los pisos construidos en la calle de los Huertos. Era Alcalde de Chinchón D. Jesús del Nero Rodríguez.
También en la Iglesia se realizaron obras de restauración durante largos años de trabajos, lentos y laboriosos, puesto que la financiación era escasa y difícil de conseguir. Cuestaciones y suscripciones populares, ayudas del obispado de Madrid-Alcalá y de la Diputación Provincial de Madrid, lograron que se pudiesen llevar a cabo una importante restauración.

En el año 1978 se termina la reconstrucción de la sacristía. Se levanta con un piso menos, pero guardando un perfecto acabado, ya que se utilizan las mismas piedras que habían sido numeradas al hacer la demolición. El coste total de las obras asciende a 3.305.150,88 Pesetas.

D. Moisés Gualda, el cura párroco de Chinchón, animado por el éxito de esta reconstrucción, se plantea continuar con las reformas. En el interior, se descubren las columnas de piedra, teniendo que restaurar partes que estaban parcialmente destruidas. Se descubren de nuevo los arcos de piedra de las capillas laterales, dejando libres los ventanales ojivales que habían sido medio tapados en la reforma anterior. Se refuerzan los arcos interiormente con hierros para garantizar su firmeza, y se repasa la cubierta del tejado, quitando goteras y reponiendo tejas.

En el interior se decora el presbiterio y  se restaura totalmente la cripta, conservando la única lápida que había quedado después de las sucesivas agresiones que había padecido la Iglesia.

En el año 1993 fue limpiado el cuadro de Goya por el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, recuperando la belleza de su colorido original y dando lugar a estudios que han permitido conocer en profundidad su técnica pictórica.

En el año 1999 se hizo una importante reparación en la cubierta de la iglesia, recorriendo todos los tejados, y arreglando sus aleros para evitar que las palomas pudiesen entrar dentro de la cubierta, lo que ocasionaba graves problemas en su estructura.

Y para terminar con la referencia a las obras realizadas en este periodo, tenemos que destacar las realizadas en el teatro Lope de Vega que, debido al poco uso y la desidia le habían llevado a un lamentable estado, que pedía una imprescindible reforma. Esta llegó, gracias a la Comunidad de Madrid, en el año 1987, que le hizo  recobrar su antigua fisonomía. Se hicieron, de nuevo, los palcos de la planta baja, se redujo el número de butacas, se cambió el mobiliario y se restauraron las pinturas de la sala. Se acondicionaron los camerinos y se hizo una restauración total de todo el edificio.

Después, y financiado por aportaciones particulares que gestionó la Asociación  Cultural "Amigos del Teatro" de Chinchón, se hizo una limpieza y restauración del telón de boca que también se encontraba en un lamentable estado debido al poco cuidado y a las humedades a que había estado expuesto. Gracias a esta restauración volvió a recobrar la magnífica espectacularidad que plasmó con sus pinceles Luis Muriel en el año 1891.

En el año 1992, también  la Comunidad de Madrid efectuó una restauración del tejado de la torre,  así como de toda la tapia contigua.

Desde el punto de vista social se habían ido produciendo grandes cambios en la sociedad a lo que había contribuido la generalización del acceso a la enseñanza media y universitaria de los jóvenes, que ahora tenían mayores facilidades para su traslado a la capital, tanto para los estudios como para conseguir mejores puestos de trabajo.

Durante estos años se estaba produciendo el regreso paulatino de personas que llegaban al pueblo para fijar su residencia habitual a pesar de tener en Madrid su trabajo.

Entre estas personas, también llegaron a nuestros pueblo importantes artistas y personalidades de las letras como don Manuel Alvar, Catedrático y Académico de la Lengua; don Eduardo Carretero, escultor; don Javier Vinader, pintor; don Manuel Gómez Zía, ceramista; don Carlos Alonso Herreros, pintor y escritor, y don Guillermo Muñoz Vera, pintor chileno que fue el promotor de la Fundación ARAUCO y de la Escuela de Pintura de Chinchón, para lo cual compró y acondicionó varias casas de Chinchón.

También nacen otros núcleos de población como el Nuevo Chinchón, urbanización promovida por Clementino Clemente en los cerros de "Las Cabezas", enfrente del pueblo, que empieza a crecer paulatinamente. Aunque se había previsto como una urbanización de segunda vivienda, poco a poco van llegando familias que fijan aquí su residencia habitual.
Otra urbanización es la de "Las Cubillas" cercana a la vega, con una menor incidencia en la población de Chinchón. También proliferaron gran cantidad de edificaciones ilegales por todo el término municipal, principalmente en la Vega, que iban naciendo sin control en muchas fincas, contraviniendo las ordenanzas municipales y agrícolas. Finalmente hay que citar la urbanización de "Valgrande", también promovida por Clementino Clemente, sobre los montes de la vega, en la carretera de San Martín de la Vega, en la que se construyeron viviendas de alta calidad.

Durante estos años, se produce una actividad nada común en un pueblo de tan pocos habitantes. Ya hemos comentado que en el año 1950 se publicó un periódico mensual editado por los jóvenes de Acción Católica. Años después, en el año 1963 el sacerdote don Luis Lezama coge el testigo y se publica "Fuentearriba", una revista de periodicidad mensual que publica un total de 12 números, del mes de abril de 1963 al de abril de 1964. De nuevo renace esta revista en el año 1968 publicándose 14 números de Mayo de 1968 a Septiembre de 1969, editada por los jóvenes del Centro Parroquial y coordinada por Manuel Carrasco. Eran los últimos años del franquismo y había una gran autocensura para no herir la susceptibilidad de las autoridades.

Unos años después, en el año 1970 se crea la Asociación de "Amigos de Chinchón" y la distinción del "Ajo de Oro" para premiar a las personas que se distinguieses en favor de Chinchón. En años sucesivos se concedió esta distinción a don Marcial Lalanda del Pino, don Julio Aparicio Martínez, don Miguel Ángel García Lomas, don Rafael Orbe Cano, director de TVE, don Luis Lezama Barañano, don Emiliano Montero, et. etc. Los promotores de esta asociación fueron Manuel Carrasco, Jesús García Guzmán y Pilar Montero.

Eran los años de la transición y hubo discrepancias en la dirección que debía seguir la asociación, por lo que fue perdiendo su fuerza y terminó por desaparecer.

Pero sin duda que los antecedentes no habían quedado muertos del todo y en el año 1994 se crea la Agrupación de "Amigos de Chinchón" que vuelve a reeditar la revista "Fuentearriba". Esta asociación fue creada por iniciativa de varias personas de las que había llegado a Chinchón, encabezadas por Cecilio Serrano y Santiago Gutiérrez Arteche, encomendado la coordinación de la revista a Carlos Alonso a quien sustituyó después Antonio López Prados.

El 2 de marzo de 1999 el Ayuntamiento de Chinchón inicia un expediente dirigido a la Comunidad de Madrid para la creación de la bandera de la Ciudad. En el mes de julio de ese mismo año, el pleno municipal aprueba la creación de la bandera de Chinchón, como contestación, el día 14 de marzo de 2002 la Dirección General de la Consejería de Justicia y Administraciones Públicas de la Comunidad de Madrid, firma un acuerdo en el que se autoriza al Ayuntamiento de Chinchón, para adoptar la bandera municipal, indicando que: "El gules y el azur son los dos colores que debe llevar la bandera de Chinchón por ser los colores básicos de su escudo de armas.

Mientras tanto, en España, se habían vivido los importantes años de la transición política con la implantación de la democracia. La Comunidad Económica Europea era una realidad y con sus fondos estructurales se financiaron algunos de estos proyectos. Todos estábamos preparados para llegar al nuevo siglo; se iniciaba el tercer milenio.




El Eremita.
Relator independiente.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LXXXVIII. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA EN LA EDAD MEDIA.


88.- Organización económica en Chinchón de la Edad Media. (Historia)
En esta época el Patrimonio del Concejo de Chinchón, comprendía tres clases de bienes: Los bienes propios del Concejo, los propios de los pueblos de la jurisdicción de Segovia y los propios comunes del concejo y de la Ciudad de Segovia.
Entre los primeros estaba la dehesa del Valle de Valdechinchón, que fue cedido al Concejo por la Ciudad de Segovia y los molinos aceiteros y los molinos harineros que fueron adquiridos con otras muchas tierras a personas particulares y estaban ubicados en distintos parajes de Chinchón.
Los bienes que componían el segundo apartado estaban formados por las tierras de los quiñones de la Vega de San Juan, que fueron adquiridos a los caballeros quiñoneros.
El tercer apartado estaba formado por las tierras que siendo de propiedad supracomunal, por los usos y costumbres y por concesiones reales se llegaban a considerar de propiedad compartida. Estos bienes eran los que se consideraban necesarios para el buen desarrollo de la vida municipal.
Todos estos bienes respondían a los fines que cumplía el municipio medieval en las tierras de Castilla, fines principalmente económicos dirigidos exclusivamente al bien común de los moradores y pobladores de sus tierras.
Se consideraba que el territorio era más rico cuanto más poblado estaba, porque la fuente de riqueza estaba en la mano de obra que era capaz de hacer productivo todo el potencial económico de la tierra.
Para atraer esta mano de obra, era necesario prestar las máximas ventajas económicas posibles y los medios materiales necesarios para  facilitar la vida de los moradores del concejo, sobre todo a los que se ocupaban en la explotación directa del suelo. Por ello, el Concejo se constituía en garante de toda la vida municipal y realizaba, como una de sus funciones principales, la de una eficaz ayuda económica vecinal, mediante la distribución equitativa de sus propiedades concejiles y la municipalización de los servicios encaminados al abaratamiento de la vida para sus moradores.
El concejo era el único propietario de los bienes que se consideran de primera necesidad, y da en arrendamiento las tierras de pan llevar, los molinos de pan moler, para garantizar el suministro del pan de buena calidad y a un precio adecuado para todos los vecinos.
El Concejo era el propietario de las dehesas carniceras, cuyos pastos y hierbales van a alimentar las reses vacunas y lanares que van a proveer las carnes para los abastos de la villa. Con el fin de garantizar el suministro de carne para todos, realiza subasta de los pastos entre los ganaderos quienes se deben comprometer al abastecimiento anual a la población. Esta subaste se realizaba en la Fiesta de San Juan, que era una de las más importantes de entonces. El precio de la carne se prefijaba en la subasta, fijándose el arrendamiento en un precio que fuese atractivo para los ganaderos. Esta subasta se anunciaba no solo en Chinchón sino en todos los pueblos de la comarca, para conseguir una mayor participación.
El Concejo era también propietario de los molinos aceiteros, que ponía a disposición de los agricultores, por considerar que el aceite era, también, un producto de primera necesidad ya que no solamente se utilizaba para la cocina, sino que también se utilizaba como producto para la iluminación de las viviendas y para fabricar jabón, además que otros productos derivados se utilizaban para la calefacción.
El concejo monopolizaba la venta de los productos como podían ser los comestibles, telas y otros productos de primera necesidad y concedía la exclusiva de su venta a los que, mediante concurso, adquirían el compromiso de venderlos a los precios que previamente se establecían.
Pero aún llegaba a más la intervención del Concejo en la vida económica. Como disponía de todos los elementos para conocer realmente el coste de la vida, fijaba los salarios de los braceros y trabajadores, y para ello tenía en cuenta las distintas estaciones del año y el precio de la manutención, señalando para las estaciones de otoño e invierno una remuneración superior que en las de primavera y verano.
Esta visión aparentemente idílica de la vida concejil estaba, en aquellos tiempos, constantemente acosada por la ambición de los poderosos que, como fue el caso de los Contreras, no dudaban en saltarse las ordenanzas municipales y derechos de los pueblos para engrandecer su patrimonio. Esta situación de debilidad se palió, en parte con la  agrupación de los pequeños concejos en una Municipalidad que encuadraba a los pequeños concejos que con su unión llegaban a formar una organización fuerte y capaz de defender los intereses de todos los moradores de su tierra para mayor prosperidad de esta y de los concejos que la integraban.
Si el concejo velaba por hacer más fácil la vida cuotidiana de la villa, la Municipalidad de la Ciudad y su tierra velaba por ampliar la producción agrícola, forestal, ganadera e industrial para el enriquecimiento de sus moradores, fomentando el régimen de propiedad.
Sólo nos queda comentar que los gastos generales del Estado se pedían a las ciudades y grandes municipalidades obligadas a hacer frente a los gastos del Rey, su Señor, y éstos los repartían entre los sexmos que, a su vez, los derramaban y cobraban de sus concejos.
Los salarios de los altos y bajos funcionarios encargados de la administración de justicia en nombre del Rey, de los alcaldes mayores, corregidores de la ciudad y de los sexmos, así como los servicios y obras de utilidad general de la capital y de su tierra, eran repartidos entre los concejos sujetos a su jurisdicción. Los salarios de los médicos y de otros prestadores de servicios puramente vecinales, eran repartidos entre los moradores de cada concejo, según la posición económica que disfrutaban. Estos eran los gastos que se podían llamar ordinarios.
Además estaban los gastos extraordinarios motivados generalmente por obras de infraestructuras y servicios urbanos, como empedrado de las calles, fuentes, muros y puentes, además de obras de saneamiento y limpieza.
Para hacer frente a todos estos gastos estaban establecidos diferentes impuestos:
Los impuestos directos, como los pechos y derechos antiguos, que eran la martiniega, así llamado por ser un impuesto que debía pagarse en la festividad de San Martín; los portazgos o derecho de entrada a los pueblos; yantares o impuestos que gravaban las comidas; las posadas o impuestos sobre la estancia en ventas y posadas y también el impuesto de fonsadera que era cobrado sólo en tiempo de guerras.
Estaba también el impuesto de moneda forera que se pagaba cada siete años por los pecheros, que también tenían que hacer frente al impuesto de monedas, que era un impuesto eventual que concedían las Cortes.
También se cobraban impuestos extraordinarios en caso de guerras, para la Santa Hermandad y por otros motivos, que se llamaban impuestos pedidos, y por último los impuestos de rentas y derechos especiales que se cobraban a los judíos y mudéjares.
Había otros impuestos sobre la compra venta, como las alcabalas, que a partir del año 1480 fueron recaudados directamente por los Señores de Chinchón.
Además del derecho de alcabala los reyes concedieron a los Condes una feria anual a celebrar en Chinchón, donde se repartía este impuesto entre la población pechera que pagaba una cantidad sobre las transacciones con los productos de primera necesidad como el pan, el vino y la carne. Otra parte se repercutía directamente sobre los propietarios de las tierras.
Existían también las rentas de aduanas y derechos de tránsito, entre los que habría que destacar el montazgo que era una renta real que se cobraba sobre el ganado trashumante, con un arancel de dos cabezas por cada mil.
Además de los impuestos reseñados existían los monopolios como las regalías por acuñación de monedas y las rentas de origen eclesiástico, como las tercias que suponían dos novenas partes del diezmo eclesiástico.
Queda para la Corona y sus reinos, las alcábalas, tercios. pedidos y monedas cuando fueran requeridas por los recaudadores del Reino, así como las minerías de oro, plata y otros metales, y las demás cosas que no se pueden apartar y que pertenecen al Señorío Real.
En esta época, Chinchón era lugar de residencia de distinguidos caballeros y nobles hidalgos, entre los que podíamos destacar a Ferrando González de Pina, Diego López de Montoya, Francisco de Ania, Alfonso de la Gracia y Alfonso González Benavente.
También tuvieron su casa en Chinchón, el licenciado Alfonso Franco, el Bachiller de Ferrera y Rodrigo de Mexía que había sido propietario de los molinos y hacienda de Villaverde.

Para terminar con esta relación, haremos mención a García Martínez, Caballero de la Banda, que por su participación en la toma de la ciudad de Arenas, fue armado caballero por el propio Rey Juan II, según documento fechado el 3 de julio de 1446.

El Eremita.
Relator independiente.

lunes, 18 de diciembre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LXXXVII ORGANIZACION ADMINISTRATIVA EN LA EDAD MEDIA.


87.- Organización administrativa en Chinchón en la edad media. (Historia)

En el año 1440 Juan II, Rey de Castilla y León, hace donación de las tierras de la Ciudad de Segovia a su hijo y heredero, el Príncipe de Asturias, don Enrique. El título de Príncipe de Asturias no era meramente honorífico sino que llevaba anejo el poder y jurisdicción sobre los territorios que constituían el patrimonio del Principado.
Pero para que esta donación fuese aceptada por la Municipalidad de los pueblos de Segovia, tanto el padre como el hijo tienen que firmar un compromiso en el que se comprometen a no segregar ninguna parte de este territorio. Este compromiso sería firmado también por Isabel I de Castilla y, como veremos, tendrá gran influencia en el transcurso de la historia de nuestro pueblo.
El Ayuntamiento de Chinchón constaba de dos Alcaldes ordinarios, un Alguacil, cuatro Jurados y dos Fieles del Concejo. Después se ampliaría a dos alguaciles y a los Jurados se les asignó el nombre de Regidores.
Los cargos relacionados constituían lo que se designaba entonces con el nombre de Concejo, Alcaldes, Alguaciles y Oficiales, existiendo además de ellos los "hombres buenos", que se reunían en concejo abierto o Concejo General.
Después se creó el Corregimiento del Sexmo y los Ayuntamientos de Chinchón eran presididos por el Corregidor.
Los cargos de justicia municipal de Chinchón eran elegidos y nombrados por los mismos vecinos hasta que una vez establecido el Señorío de los Cabrera, pasó a éstos el nombramiento de los cargos indicados, así como también el de Corregidor, que antes era nombrado por la Ciudad de Segovia.
Los miembros del Concejo "se ayuntaban a campana repicada o tañida, según tenían de uso e costumbre de se ayuntar" en la tribuna de la iglesia parroquial y en algunas ocasiones en el Cementerio para el Ayuntamiento general. Cuando se trataba de tomar cuentas a los Fieles del Concejo o practicar diligencias especiales sobre asuntos de interés municipal, se solían reunir en la casa de alguno de los alcaldes, desde donde se trasladaban todos los componentes del Ayuntamiento a las casas de los mayordomos de los servicios municipales a tomar las cuentas y hacer el recuento de los fondos. Si era necesario se trasladaban a los molinos de aceite o de pan del Concejo o a donde tuviesen que hacer la inspección que fuese necesario.
Como vemos el lugar que se utilizaba para el "ayuntamiento general" del Concejo era el atrio de la Iglesia Parroquial. Ya hemos hablado de la construcción de la primera ermita de Chinchón dedicada a San Esteban que se debió realizar en el siglo XIV; desde entonces, la pequeña aldea va creciendo y adquiere la importancia suficiente como para ser considerada cabeza del Sexmo de Valdemoro y hasta ser elevada a categoría de Villa, entre los años 1465 a 1467.
En el último tercio del siglo XIV se debió construir la Iglesia de Santa María de Gracia. Desgraciadamente no ha llegado hasta nosotros ninguna información del estilo arquitectónico ni demás datos sobre la edificación, aunque bien pudo ser de traza gótica, a la que se irían añadiendo detalles de diferentes estilos. Sólo sabemos que estaba ubicada junto a la actual torre, que fue destruida en 1808, que era pequeña, que frente a su atrio estaba el cementerio y que tenía escasa capacidad para albergar a todos los fieles cuando se creó el Señorío de Chinchón.
No ha quedado ningún documento ni representación gráfica de esta Iglesia. Incluso la torre que sobrevivió a la destrucción de los franceses, no tiene nada que ver con la que se construyó inicialmente, puesto que en el año 1713 fue reconstruida con un nuevo estilo y en una nueva ubicación por el estado ruinoso de la torre de esta iglesia, y por estar situada en un paraje en que además de estrechar el sitio por donde pasaban las procesiones no se oían las campanas en gran parte del pueblo. La antigua torre debía estar en la parte opuesta a la actual, y su traza se puede adivinar junto a la tapia de la plaza de Palacio. La edificación de la nueva torre, se hizo a cuenta de los bienes de propios y limosnas de los vecinos y  duraron las obras hasta el año 1727.
Ya en esta época había en la población caballeros y personas nobles, aunque los "hombres buenos" salían de los "pecheros", que eran los más interesados en la buena marcha de la economía del Concejo, ya que sólo ellos estaban obligados a sobrellevar las cargas, puesto que los nobles no pechaban por estar exentos de tributos. El hecho de existir dos Alcaldes y cuatro Regidores puede indicar que debía haber por cada estado un Alcalde y dos Regidores.
El nombramiento de estos cargo se hacía anualmente teniendo que comunicarlos al Rey primero, luego a la Ciudad de Segovia y posteriormente a los Marqueses de Moya, aunque en este caso lo que comenzó siendo una comunicación de mero conocimiento para obtener el visto bueno del Señor, se convirtió luego en simple propuesta para que los señores eligiesen o nombrasen a los que ellos tuvieran por conveniente sin atender para nada la opinión o deseos de sus vasallos.
El Alguacil mayor era el brazo de la justicia, el caudillo de las milicias, el que tenía bajo su custodia el pendón del Concejo y quien lo entregaba al Alférez siempre que la milicia salía de campaña. Era el representante del Rey tanto en la paz como en la guerra.
Completaban la organización municipal varios oficiales menores, como los Fieles que eran los encargados de escribir y sellar las cartas del Concejo. Cuidaban de la legalidad de los pesos y las medidas y de controlar la calidad en los mercados y eran los que vigilaban que los vendedores guardasen los precios establecidos. En la práctica, los fieles eran verdaderos interventores y contadores que llevaban las cuentas de los servicios municipales.
La vida municipal de este Concejo era autónoma a pesar de la dependencia de la Ciudad de Segovia.
Pero aunque la vida municipal de los Concejos tenía una total autonomía, la Ciudad de Segovia, con los once Sexmos en que estaban agrupados los 151 pueblos que constituían el territorio de su jurisdicción, formó un municipalidad de gran fuerza y poder por la estrecha unión de la capital con todos los pueblos que formaban su alfoz.
Disponía de una milicia disciplinada, tenía una gran riqueza ganadera, agrícola y forestal y creó una pujante industria y un próspero comercio que consiguió que los propios reyes cuidasen de ganarse su adhesión, y los utilizaron como contrapeso para contrarrestar el poder de los nobles.
Sus milicias llegaron a poner en pie de guerra a más de 35.000 hombres, sus industrias llegaron a ocupar más de 34.000 obreros, su ganadería, base de la industria textil, fue tan importante que en el año 1171 en la ciudad había más de 150.000 ovejas, en Villacastín más de 100.000 y en el resto del territorio el número era tan considerable que un solo ganadero tenía más de 50.000.
El núcleo de la municipalidad era el Estado llano, formado por los hombres buenos pecheros, de quienes el Erario sacaba los recursos de los tributos y derramas, donde la agricultura entraba sus brazos, la industria sus obreros y la milicia sus soldados.
Con los pecheros convivían los hidalgos, los que constituían el estado noble formado por la clase social privilegiada, exenta de las cargas concejiles, pero que sí estaba obligada a contribuir con sus fuerzas en las campañas militares con sus lanzas y caballos. En las épocas de paz aleccionaban al pueblo llano con sus virtudes privadas y cívicas. A esta clase iba elevándose poco a poco aquella parte bien acomodada del estado llano que por su cultura o por el ejercicio de las armas con caballos propios, merecían el privilegio de las exenciones que disfrutaban los nobles.
Con estos caballeros y los numerosos peones que les acompañaban se hicieron célebres las milicias de Segovia en distintas empresas militares, principalmente en la Batalla de las Navas de Tolosa, en la del Salado, en Algeciras o en Sierra Elvira.

Todo esto cambiaría cuando los Reyes Católicos segregan estas tierras de la Municipalidad de Segovia para crear el Señorío de Chinchón a favor de los Cabrera Bobadilla.




El Eremita.
Relator independiente.

domingo, 17 de diciembre de 2017

EL RESTAURANTE LA BALCONADA DE CHINCHÓN EN TELEMADRID



Una vez más Chinchón ha sido protagonista de un programa en Televisión. En esta ocasión ha sido Telemadrid con un programa dedicado a la restauración. 


Miguel Cobo, el master chef del Programa “LA CUENTA, POR FAVOR, de Telemadrid, ha decidido ir a buscar por la Comunidad de Madrid, en la comarca de las Vegas, el restaurante con mejor carne. Para ello ha visitado en Aranjuez, el restaurante Almíbar; en Chinchón, el restaurante La Balconada; y en Carabaña, el Asador de los gallos.


El pasado miércoles día 6 de diciembre pudimos ver un amplio reportaje sobre estos tres restaurantes, haciendo una referencia singular en el Restaurante la Balconada, en una realización muy cuidada, no solo de las imágenes, sino también de la banda sonora, con el pasodoble de Chinchón.


Un programa que ofreció la oportunidad al Restaurante de la Balconada para mostrar no solo su oferta gastronómica, sino también sus instalaciones y detalles de su funcionamiento.


Para la ilustración de esta noticia he utilizado algunos de los fotogramas del programa, en los que se pueden apreciar diversas tomas realizadas en el Restaurante de la Balconada.



Como ya os indicaba, el programa íntegro lo podéis ver en Telemadrid a la carta,en el enlace que aparece al inicio del artículo o en la reposición del programa que se efectuará el próximo miércoles, día 20 de Diciembre.