lunes, 18 de diciembre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LXXXVII ORGANIZACION ADMINISTRATIVA EN LA EDAD MEDIA.


87.- Organización administrativa en Chinchón en la edad media. (Historia)

En el año 1440 Juan II, Rey de Castilla y León, hace donación de las tierras de la Ciudad de Segovia a su hijo y heredero, el Príncipe de Asturias, don Enrique. El título de Príncipe de Asturias no era meramente honorífico sino que llevaba anejo el poder y jurisdicción sobre los territorios que constituían el patrimonio del Principado.
Pero para que esta donación fuese aceptada por la Municipalidad de los pueblos de Segovia, tanto el padre como el hijo tienen que firmar un compromiso en el que se comprometen a no segregar ninguna parte de este territorio. Este compromiso sería firmado también por Isabel I de Castilla y, como veremos, tendrá gran influencia en el transcurso de la historia de nuestro pueblo.
El Ayuntamiento de Chinchón constaba de dos Alcaldes ordinarios, un Alguacil, cuatro Jurados y dos Fieles del Concejo. Después se ampliaría a dos alguaciles y a los Jurados se les asignó el nombre de Regidores.
Los cargos relacionados constituían lo que se designaba entonces con el nombre de Concejo, Alcaldes, Alguaciles y Oficiales, existiendo además de ellos los "hombres buenos", que se reunían en concejo abierto o Concejo General.
Después se creó el Corregimiento del Sexmo y los Ayuntamientos de Chinchón eran presididos por el Corregidor.
Los cargos de justicia municipal de Chinchón eran elegidos y nombrados por los mismos vecinos hasta que una vez establecido el Señorío de los Cabrera, pasó a éstos el nombramiento de los cargos indicados, así como también el de Corregidor, que antes era nombrado por la Ciudad de Segovia.
Los miembros del Concejo "se ayuntaban a campana repicada o tañida, según tenían de uso e costumbre de se ayuntar" en la tribuna de la iglesia parroquial y en algunas ocasiones en el Cementerio para el Ayuntamiento general. Cuando se trataba de tomar cuentas a los Fieles del Concejo o practicar diligencias especiales sobre asuntos de interés municipal, se solían reunir en la casa de alguno de los alcaldes, desde donde se trasladaban todos los componentes del Ayuntamiento a las casas de los mayordomos de los servicios municipales a tomar las cuentas y hacer el recuento de los fondos. Si era necesario se trasladaban a los molinos de aceite o de pan del Concejo o a donde tuviesen que hacer la inspección que fuese necesario.
Como vemos el lugar que se utilizaba para el "ayuntamiento general" del Concejo era el atrio de la Iglesia Parroquial. Ya hemos hablado de la construcción de la primera ermita de Chinchón dedicada a San Esteban que se debió realizar en el siglo XIV; desde entonces, la pequeña aldea va creciendo y adquiere la importancia suficiente como para ser considerada cabeza del Sexmo de Valdemoro y hasta ser elevada a categoría de Villa, entre los años 1465 a 1467.
En el último tercio del siglo XIV se debió construir la Iglesia de Santa María de Gracia. Desgraciadamente no ha llegado hasta nosotros ninguna información del estilo arquitectónico ni demás datos sobre la edificación, aunque bien pudo ser de traza gótica, a la que se irían añadiendo detalles de diferentes estilos. Sólo sabemos que estaba ubicada junto a la actual torre, que fue destruida en 1808, que era pequeña, que frente a su atrio estaba el cementerio y que tenía escasa capacidad para albergar a todos los fieles cuando se creó el Señorío de Chinchón.
No ha quedado ningún documento ni representación gráfica de esta Iglesia. Incluso la torre que sobrevivió a la destrucción de los franceses, no tiene nada que ver con la que se construyó inicialmente, puesto que en el año 1713 fue reconstruida con un nuevo estilo y en una nueva ubicación por el estado ruinoso de la torre de esta iglesia, y por estar situada en un paraje en que además de estrechar el sitio por donde pasaban las procesiones no se oían las campanas en gran parte del pueblo. La antigua torre debía estar en la parte opuesta a la actual, y su traza se puede adivinar junto a la tapia de la plaza de Palacio. La edificación de la nueva torre, se hizo a cuenta de los bienes de propios y limosnas de los vecinos y  duraron las obras hasta el año 1727.
Ya en esta época había en la población caballeros y personas nobles, aunque los "hombres buenos" salían de los "pecheros", que eran los más interesados en la buena marcha de la economía del Concejo, ya que sólo ellos estaban obligados a sobrellevar las cargas, puesto que los nobles no pechaban por estar exentos de tributos. El hecho de existir dos Alcaldes y cuatro Regidores puede indicar que debía haber por cada estado un Alcalde y dos Regidores.
El nombramiento de estos cargo se hacía anualmente teniendo que comunicarlos al Rey primero, luego a la Ciudad de Segovia y posteriormente a los Marqueses de Moya, aunque en este caso lo que comenzó siendo una comunicación de mero conocimiento para obtener el visto bueno del Señor, se convirtió luego en simple propuesta para que los señores eligiesen o nombrasen a los que ellos tuvieran por conveniente sin atender para nada la opinión o deseos de sus vasallos.
El Alguacil mayor era el brazo de la justicia, el caudillo de las milicias, el que tenía bajo su custodia el pendón del Concejo y quien lo entregaba al Alférez siempre que la milicia salía de campaña. Era el representante del Rey tanto en la paz como en la guerra.
Completaban la organización municipal varios oficiales menores, como los Fieles que eran los encargados de escribir y sellar las cartas del Concejo. Cuidaban de la legalidad de los pesos y las medidas y de controlar la calidad en los mercados y eran los que vigilaban que los vendedores guardasen los precios establecidos. En la práctica, los fieles eran verdaderos interventores y contadores que llevaban las cuentas de los servicios municipales.
La vida municipal de este Concejo era autónoma a pesar de la dependencia de la Ciudad de Segovia.
Pero aunque la vida municipal de los Concejos tenía una total autonomía, la Ciudad de Segovia, con los once Sexmos en que estaban agrupados los 151 pueblos que constituían el territorio de su jurisdicción, formó un municipalidad de gran fuerza y poder por la estrecha unión de la capital con todos los pueblos que formaban su alfoz.
Disponía de una milicia disciplinada, tenía una gran riqueza ganadera, agrícola y forestal y creó una pujante industria y un próspero comercio que consiguió que los propios reyes cuidasen de ganarse su adhesión, y los utilizaron como contrapeso para contrarrestar el poder de los nobles.
Sus milicias llegaron a poner en pie de guerra a más de 35.000 hombres, sus industrias llegaron a ocupar más de 34.000 obreros, su ganadería, base de la industria textil, fue tan importante que en el año 1171 en la ciudad había más de 150.000 ovejas, en Villacastín más de 100.000 y en el resto del territorio el número era tan considerable que un solo ganadero tenía más de 50.000.
El núcleo de la municipalidad era el Estado llano, formado por los hombres buenos pecheros, de quienes el Erario sacaba los recursos de los tributos y derramas, donde la agricultura entraba sus brazos, la industria sus obreros y la milicia sus soldados.
Con los pecheros convivían los hidalgos, los que constituían el estado noble formado por la clase social privilegiada, exenta de las cargas concejiles, pero que sí estaba obligada a contribuir con sus fuerzas en las campañas militares con sus lanzas y caballos. En las épocas de paz aleccionaban al pueblo llano con sus virtudes privadas y cívicas. A esta clase iba elevándose poco a poco aquella parte bien acomodada del estado llano que por su cultura o por el ejercicio de las armas con caballos propios, merecían el privilegio de las exenciones que disfrutaban los nobles.
Con estos caballeros y los numerosos peones que les acompañaban se hicieron célebres las milicias de Segovia en distintas empresas militares, principalmente en la Batalla de las Navas de Tolosa, en la del Salado, en Algeciras o en Sierra Elvira.

Todo esto cambiaría cuando los Reyes Católicos segregan estas tierras de la Municipalidad de Segovia para crear el Señorío de Chinchón a favor de los Cabrera Bobadilla.




El Eremita.
Relator independiente.