miércoles, 6 de diciembre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LXXXI. LA MOJONA


Diploma del GRAN PRIX concedido a Sociedad de Cosecheros de Chinchón - SPAGNE, en la EXPOSITION UNIVERSELLE DE 1889. Expedido en Paris el 29 de septiembre de 1889. Se conserva en el Archivo Histórico “Ciudad de Chinchón”.

81.- La Mojona. Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón. (Historia)

La Sociedad de Cosecheros de Vino, vinagre y aguardiente de Chinchón, conocida como “La Mojona” se creó el 8 de abril de 1853 y tuvo actividad hasta el veintisiete de marzo del año 1938. Su actividad era dar el servicio de medida para la venta del vino, el vinagre y el aguardiente, que durante aquellos años era la principal actividad económica de Chinchón.

Con los beneficios que obtenía realizó grandes obras de infraestructura, como el arreglo de calles, la canalización de fuentes y la construcción de puentes. Colaboró con el Ayuntamiento en la traída del agua corriente hasta el pueblo, edificó el Teatro Lopez de Vega y participó en la llegada del ferrocarril del Tajuña hasta Chinchón. Pero la Sociedad de Cosecheros fue mucho más. Durante un largo período de ochenta y cinco años fue la referencia de toda la vida social, económica, cultural y política de Chinchón, y con su actuación marcó el carácter de todo un pueblo; carácter que ha trascendido a su existencia y ha perdurado en el tiempo.

La Sociedad de Cosecheros de Vino, vinagre y aguardiente de Chinchón, participó en algunos certámenes y exposiciones internacionales. Esta participación solía ser a título personal de los distintos cosecheros, aunque la propia Sociedad era la que recibía las invitaciones y la que, en ocasiones, gestionaba la participación de sus socios.
Concretamente, la Sociedad de Cosecheros participó en tres exposiciones universales para mostrar la calidad de sus productos, obteniendo brillantes premios:

En la Exposition Universalle de París en 1889, consiguió la medalla de oro, a nombre de la propia Sociedad. Esta fue la exposición más visitada, hasta entonces. Consistió en una exposición etnográfica que trató de enseñar al hombre occidental cómo eran las colonias. Para ello se levantó la construcción que llegaría a ser la más emblemática de París, la Torre Eiffel, demostrativa de las posibilidades del hierro como elemento constructivo.


El diploma concedido a la Sociedad de Cosecheros es el que aparece al principio de esta crónica.
En la Wolrd' Columbian Exposition, celebrada en Chicago en 1893, (Rememorando el cuarto centenario del descubrimiento de América) consiguió también la medalla de oro, pero en esta ocasión la participación fue de don Arturo González Ortiz de Zárate. En esta exposición, el ingeniero G. Ferris ideó una noria que imitaba el movimiento de las ruedas hidráulicas, y que posteriormente fue copiada por la noria del Prater de Viena.
Y nuevamente en París en el año 1900. La medalla de oro obtenida está a nombre del Marqués de Cusano y del Sr. González de Chinchón. En esta Exposición Universal se difundieron las posibilidades del cinematógrafo. Los hermanos Lumière proyectaron en la sala de las máquinas una película de unos 25 minutos.

En el estado de cuentas del año 1893 figura un cargo por importe de 41,80 reales correspondientes al envío a Madrid de un cajón con aguardiente para ser analizado antes de mandarlo a la Exposición de Chicago. Este gasto se había realizado el año anterior y demuestra cómo se tomaban toda clase de precauciones para garantizar la calidad de sus productos.

En la Junta de la Sociedad, de 10 de julio de 1904, se informa de la visita recibida de uno de los miembros del Comité en España para fomentar la concurrencia de los productos españoles en la Exposición internacional que se va a celebrar en Lieja (Bélgica) en el mes de abril de 1905, invitándose a esta Sociedad a presentar sus productos en la Exposición. Se acuerda asistir con los productos que estime la Junta Administrativa sin perjuicio de la asistencia particular de cualquier otro socio.

En la junta de 5 de mayo de 1907 se acuerda asistir a Exposición de Industria y Agricultura que se ha de celebrar en Madrid, a la que habían sido invitados para mostrar sus productos.

Cuando en la junta de 6 de enero de 1908 se acuerda formar parte de la Federación Española de Productores y Exportadores de Vinos, Aguardientes y Licores, se informa también a los reunidos de la celebración en Londres, en el año 1909 de una exposición general de productos, industrias y artes españolas.
Además de la participación en ferias y certámenes, el prestigio de los productos de la Sociedad de Cosecheros traspasó las fronteras del ámbito local y alcanzó el mayor grado de prestigio y reconocimiento el 20 de junio de 1892, cuando la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, reconoció a la Sociedad de Cosecheros "Proveedor de la Real Casa" y autorizó el uso de las armas reales en las etiquetas de sus productos.

La influencia de esta Sociedad fue fundamental en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural y también en la promoción de obras de infraestructura de Chinchón.

Lo primero que hay que reseñar es que la Mojona era la Sociedad que reunía a todos los cosecheros de vino, vinagre y aguardiente de Chinchón, y que su finalidad era la de organizar su actividad y defender sus intereses. Pero desde su nacimiento tuvo que hacerse cargo del servicio de medida de líquidos, que hasta entonces era un arbitrio del Ayuntamiento, que recibía el nombre de "mojona".

Por aquellos años, el servicio de pesado y medida de las mercancías, imprescindible para el comercio, representaba un verdadero problema en las ventas al por mayor; muy especialmente en la medida de los líquidos, ya que no se disponía de medios para efectuar pesajes a gran escala como ahora se consigue con las básculas, y los odres, tinas o corambres empleados para su traslado no eran de una capacidad uniforme.

Además de los servicios por la medida de los líquidos, se prestaba el de la descarga de los toneles vacíos y la carga una vez llenos, cuyo coste debía pagar el comprador, generalmente representado por el arriero que se encargaba de transportarlos.

El hecho es que la Sociedad de Cosecheros obtenía unos beneficios importantes que pudo emplear en colaborar de forma determinante con el Ayuntamiento para mejorar las infraestructuras del pueblo o dicho, como se recogía en sus estatutos, "colaborar activamente en las obras de utilidad pública".

Sin ánimo de ser exhaustivo, reseñar que la Sociedad de Cosecheros, durante toda su existencia colaboró activamente en obras de carácter social, asistencial, y cultural, además de las obras de infraestructuras, de las que hablaré más adelante.

Colaboró con el Ayuntamiento en atender a los necesitados en épocas de epidemias y enfermedades, participó en la "redención de los quintos", consiguiendo evitar que los jóvenes de Chinchón tuvieran que cumplir con el servicio militar, que en aquellos tiempos duraba una media de tres años.

Contribuyó a la construcción del Ferrocarril del Tajuña, que llegó a Chinchón a finales del mes de julio del año 1902, y que representaba un avance importantísimo en la promoción comercial de los productos del pueblo, entre los que destacaban el vino, el vinagre y el aguardiente.

Uno de los bienes más preciados para un pueblo es el suministro de agua potable. Y a este cometido dedicó la Sociedad de Cosecheros muchos de sus recursos. Se ocupó de sanear y canalizar una gran cantidad de fuentes y manantiales, tanto en el pueblo como en los alrededores, que representaban una de las mayores riquezas del pueblo. Podemos destacar la Fuente de Arriba y la fuente del Pilar en la Plaza, la Fuentecilla en la calle de los Huertos, las Fuentes de Valdezarza, Valquejigoso y la Fuente Pata, muchas de las cuales han llegado hasta nuestros días.

Las obras de canalización y acondicionamiento de estas fuentes se acometieron muy pronto y se realizaron en el período de 1853 a 1896; posiblemente porque estas obras no tenían un coste demasiado elevado y por el beneficio inmediato que suponía para el pueblo, aunque no disponemos de datos documentados de la mayoría de estas obras.

Y finalmente, participó en la traída del agua corriente a Chinchón desde Valdeliceda, que representó un hito de vital importancia para la modernización del pueblo, sufragando una tercera parte de los gastos que ocasionaron los estudios previos para buscar las aguas, pagando las otras dos partes el propio Ayuntamiento y la Alcoholera de Chinchón. Después de construida la zanja desde el manantial hasta el pueblo, el agua corriente llegó a Chinchón el día 15 de mayo de 1934, festividad de San Isidro Labrador.

Dentro del área cultural, la Sociedad de Cosechero construyó en el año 1864 un aula de 140 m2 de superficie, que entonces fue considerada como la mejor de la provincia.

Pero sin duda, donde más destacó la participación de la Sociedad de Cosecheros fue en la construcción de obras de infraestructura. Y de alguna manera era lógico, ya que en aquel tiempo los caminos eran prácticamente intransitables y la falta de puentes hacía difícil el traslado de las mercancías hasta los mercados, principalmente al de Madrid.

Desde el año 1843 hasta 1853 se había construido del camino desde Chinchón hasta el puente de Arganda donde se había terminado de construir el nuevo puente sobre el río Jarama. La Sociedad de Cosecheros, al marcar los fines altruistas de la Sociedad, como era dedicar los beneficios a obras de pública necesidad o utilidad y calamidades extraordinarias de la población, sin duda pensaban en dar prioridad a la construcción y mantenimiento de carreteras, caminos y calles que facilitase el transporte de sus productos.

Así, arreglan los caminos de San Galindo, de San Juan, el Camino de las Cárcavas, San Millán, el Retamar, etc., etc. Pero también arreglan o construyen los cuatro puentes sobre el rió Tajuña, el Puentes de Heza, de Casasola, el del Molincaído que fue construido en el año 1840 y el Puente de San Galindo en el año 1864.

La peculiar morfología de las calles de Chinchón ofrece, aún hoy, al visitante un conjunto de gran atractivo estético, pero tenemos suficientes testimonios sobre las dificultades que ocasionaban a los que tenían que transitarlas a mediados del siglo XIX.

La accidentada topografía de gran parte de la población tenía calles en las que, para salvar sus pronunciadas pendientes, se habían utilizado escalones, que dificultaba su tránsito por caballería y carruajes, y tenían un antiguo e incómodo empedrado, con sucios arroyos por el centro, obras en su mayoría de los siglos XVII y XVIII.

En esta situación, la Sociedad de Cosecheros acomete la urbanización del pueblo para facilitar la circulación de carros y personas. En primer lugar hay que resaltar las obras que realizan para completar la circunvalación total del pueblo uniendo la Carretera de Ciempozuelos con el camino Real abriendo la Ronda del Mediodía, primero, y explanando el Carril en el año 1891.
Después, durante los 85 años de existencia, fueron reformadas prácticamente todas las calles del pueblo, procurando habilitarlas para ser transitadas por los carros y posteriormente por los camiones que empezaban a utilizarse para el transporte de las mercancías.

Dentro del proyecto de urbanización del pueblo era de suma importancia el alcantarillado, y así, en la junta de 3 de mayo de 1925, se dio cuenta de un proyecto de la Junta Administrativa referente a "Construir una bóveda en la calle Grande, en el trozo comprendido desde el Barranco a la calle de Carpinteros para recoger las aguas de dicha calle y las que a la misma afluyen de otras varias y que desaparezca el arroyo que hoy existe, con lo cual ese trozo quedará como el resto de la calle, exponiendo que la obra tendría un coste de siete mil ochocientas setenta y cinco pesetas."

Por lo que se puede deducir de la lectura de las actas de la Sociedad, las obras se iban realizando a propuesta de los propios socios o a petición del Ayuntamiento y su ritmo estaba determinado por la situación económica de la propia Sociedad y, en ocasiones, intentando paliar la carencia de trabajo en el pueblo, ya que con estas obras se ocupaba a los jornaleros que no tenían trabajo cuando terminaban las campañas agrícolas.
Y para terminar este apartado, vamos a ver cómo también la Sociedad de Cosecheros participaba en el alumbrado de Chinchón. En el año 1898 llegó la luz eléctrica a Chinchón y, a partir de esa fecha y, por lo menos hasta el año 1915, pagó 3.300 pesetas anuales, por el consumo del alumbrado de las plazas y calles de Chinchón.


Esta cantidad era similar a la que antes pagaba por el coste del mantenimiento del alumbrado público. Como curiosidad, En el año 1893 se recoge como gastos la compra de 96 cajas de petróleo, 1.000 tubos y porte de los mismos, sueldo del depositario del petróleo, y pago a los serenos por cuidar del alumbrado durante todo el año. El importe total por todos los conceptos ascendía a 2.264,50 pesetas, y este gasto se repite, aproximadamente, en todos los años de que disponemos información, hasta la llegada de la luz eléctrica.
Comentadas sucintamente todas estas obras que realizó la Sociedad de Cosecheros, hay que dejar constancia que también la Sociedad de Cosecheros logró formar un importante patrimonio en fincas rústicas y urbanas. Entre las primeras, cabe destacar la compra de la laguna de San Juan, finca que había sido expropiada en la Desamortización de Mendizabal, y entre las segundas, hay que destacar el edificio que fue Casa Cuartel de la Guardia Civil en la calle de los Huertos número 10. A esta casa se unió, muchos años después, la que le lindaba con el número 12, y que era conocida como la "casa de la marquesa", pues era propiedad de doña Mercedes Patiño, marquesa de Cusano; y en el terreno que ambas ocupaban están hoy las dependencias municipales de la Biblioteca, Archivo Municipal, Sede de los Agricultores, Hogar del pensionista, oficinas del Juzgado de Paz y Ambulatorio de la Seguridad Social.


También adquirieron una casa en la calle del Paje, y un solar llamado "El Huesario", que, como su nombre indica, era en lugar de enterramiento junto a la antigua iglesia de Santa María de Gracia, y que estaba aneja a la actual torre del reloj. La compra de este solar no se debió a motivos económicos, sino más bien a motivos religiosos y devotos. Los miembros de la Sociedad de Cosecheros no querían que el solar en que habían sido enterrados sus mayores se pudiese edificar y de alguna forma fuese profanado.

Y para terminar, vamos a detenernos en lo que fue su principal aportación al patrimonio monumental de Chinchón: El Teatro Lope de Vega, que es sin duda, una de las edificaciones más importantes dentro de nuestro importante catálogo de monumentos.

Y el Teatro "Lope de Vega" de Chinchón puede considerarse el emblema de esta Sociedad, ya que en el mismo confluyen algunos de los distintos aspectos que animaron a los fundadores de la Sociedad de Cosecheros: la creación de riqueza y la promoción cultural y social del pueblo.

Aún hoy, si paseamos por las calles, plaza y campos de Chinchón o visitamos el Teatro, encontraremos las letras "S.D.C." (Sociedad de Cosecheros) como símbolo de lo que fue y representó esta Sociedad para nuestro pueblo, letras que también han quedado grabadas para siempre en la propia historia de Chinchón.
Si alguien quiere ampliar esta información, lo puede hacer en el libro publicado en el año 2004, que es un estudio monográfico con el título: “LA MOJONA, La Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón - 1853-1938” del que es autor D. Manuel Carrasco Moreno, editado por el Colectivo Fuente Pata, que recoge toda la historia de esta Sociedad y el entorno social y económico de Chinchón durante este periodo. 



El Eremita.
Relator independiente.