viernes, 15 de diciembre de 2017

NACIMIENTOS POPULARES MEXICANOS EN CHINCHÓN.


BELENES DE LA COLECCIÓN ALVAR EZQUERRA:

Por segundo año consecutivo, tenemos el placer y el honor de exponer una parte de nuestra colección en esta Casa de Cultura “Manuel Alvar” gracias, de nuevo, al apoyo y a la generosidad del Excmo. Ayuntamiento de Chinchón. Si la exposición del año pasado quiso ser un minúsculo homenaje a los “Magos de Oriente”, este año queremos dedicar la muestra a los nacimientos populares de México. Muchas razones hay para ello pero la más importante es el vínculo afectivo que ha unido a nuestra familia con esa nación. México siempre trató a nuestros padres con un afecto extraordinario; en su artículo titulado “Carta a los niños mexicanos”, Manuel Alvar recordaba el amor que sentía por México: “(…) porque gasté –y con cuánto rédito los recogí- muchos días de mi vida en amar a vuestro país y a vuestras gentes.”
La tradición del nacimiento fue llevada a México-Nueva España por los primeros frailes franciscanos que llegaron con objetivos misioneros, y el nacimiento fue un elemento más en esa labor. En un primer momento se trató de “nacimientos vivos” a guisa de representaciones teatrales en las que participaban los propios indígenas recién catequizados. Una de las más antiguas probablemente se representó en Cuernavaca en la década de los años treinta del siglo XVI. Fray Pedro de Gante, en la escuela que fundó en Texcoco, preparó a los artesanos indígenas en la elaboración de figuras para las procesiones y nacimientos. Al principio, se trataba de figuras que seguían los modelos europeos. La costumbre de hacer figuras para el Nacimiento está documentada desde 1594 cuando las religiosas del monasterio de la Encarnación comenzaron a modelar figuras en cera.
El gran auge del nacimiento mexicano popular hay que situarlo en el siglo XIX; ese es el momento en el que se desarrollan las figuras populares costumbristas, se integra la figura del diablo de pastorela y el colorido típico de la estética artesanal mexicana. Son figuras muy coloreadas de “pastores”, que pueden ser, más que cuidadores de ganado, floristas, campesinos y pescadores que llevan sus ofrendas al portal rodeados de patos, cisnes, cochinos, conejos, guajolotes (pavos), palomas, ranas, peces y ardillas, y desde luego también borregos y cabras, de tamaños múltiples, y variopintos colores muy intensos. Hoy en día se elaboran nacimientos artesanales y con objetivos artísticos en una inmensa cantidad de materiales: madera, cerámica, fibras vegetales, vidrio, metal, papel maché, tela, hojalata, etc… Así, además de los muy comunes Nacimientos de barro policromado, en Oaxaca se hacen de barro cocido, madera pintada con anilinas y algunos efímeros con rábano largo; en Michoacán se hace con “panicua” (paja de trigo); en el Estado de México, en Metepec, con “pastillaje” de barro, siguiendo el estilo de los “árboles de la vida”; en Puebla se elaboran de palma tejida, y en diversos lugares se hacen de tomoxtle u hoja de maíz.

Muchos de los nacimientos aquí expuestos los trajeron nuestros padres desde ese país hermano y detrás de cada uno hay una pequeña historia. Santiago Metepec, Santa María de Atzompa, San Bartolo de Coyotepec, Ocotlán de Morelos, Tonalá, San Pedro Tlaquepaque… Con esta pequeña exposición queremos transmitir una idea de lo que es la abrumadora e inabarcable artesanía de México representada a través de sus nacimientos populares y la riquísima imaginación de sus artesanos, y nuestro más profundo afecto a esa gran nación.


Esperamos que la muestra de este año sea un gran éxito, como ya lo fue la exposición del año pasado.
Una buena ocasión para acercarse a la Casa de Cultura "Manuel Alvar" en estas vacaciones navideñas.

Inauguración: domingo 17 de diciembre a las 12:30 h.

¡NO OS LO PODÉIS PERDER!