viernes, 28 de octubre de 2016

LAS MURALLAS DE PALAZUELOS.


La villa de Palazuelos se encuentra en las estribaciones del sistema Ibérico (enclavado en la sierra Ministra: entre las montañas que rodean Sigüenza y la sierra de Bujalcayado) enclavado en un amplio valle sin nombre, generado por la acción del arroyo Vadillo. La localidad se levanta a media altura de una montaña que recibe la denominación oficial de Alto de El Monte (1124 m).2
El lugar posee abundantes nacimientos de agua que confluyen en un arroyuelo que desemboca en el Vadillo. En ambas márgenes existen terrenos aptos como huerta, mientras que el resto del término se divide entre vega cerealista "de secano" y la masa boscosa que ocupa la mayoría de la cima de El Monte.



Según la clasificación jurídica tradicional de las localidades castellanas tiene la calificación de villa, tal y como se puede leer en una inscripción a la entrada del pueblo desde el Este (conocida como “Puerta de la Villa”). Esta calificación quiere decir que Palazuelos poseía concejo municipal y jueces (alcaldes) propios, lo que queda materializado simbólicamente en la existencia del rollo-picota (para ajusticiar a los reos que así fuesen condenados) en la Plaza Mayor. Palazuelos perdió su condición de municipio durante la dictadura franquista, permaneciendo desde entonces adscrita al Ayuntamiento de Sigüenza que la administra como pedanía (aunque exista de un "alcalde" que es nombrado por el de Sigüenza, en ocasiones tras una consulta popular).
La población censada en la actualidad no alcanza el centenar de personas, la mayoría de ellas de edad avanzada. En documentos históricos, como en las Respuestas al Catastro del Marqués de la Ensenada, se hable de unos trescientos vecinos (lo que equivaldría a una población de unas mil personas).
La población activa se dedica mayoritariamente a actividades de ganadería (ovino y caprino) y agricultura, produciéndose trigocebadagirasol, etc. Existe una empresa familiar dedicada a la agricultura ecológica. En el sector servicios se construyó un alojamiento rural dentro del recinto amurallado que está actualmente cerrado. Fuera del casco urbano pero dentro del término, en la carretera Sigüenza-Atienza, sí que se encuentra un Mesón-Hotel Rural de cierto renombre en la comarca.

El castillo y las murallas de Palazuelos

Las murallas de Palazuelos conforman uno de los complejos fortificados medievales más sobresalientes de toda Castilla por su singularidad (defienden una población comparativamente pequeña y no particularmente estratégica) y por su excepcional estado de conservación (aunque en los últimos años su deterioro esté progresivamente acentuándose).
Gran parte de las casas de la villa se apoyan en los lienzos de la muralla, aunque por el lado de externo de la población es posible seguir su recorrido casi en su totalidad. Sin embargo, la muralla se mantiene como una propiedad privada distinta de las casas que se apoyan en ella, añadiendo un nuevo punto de complejidad a la hora de su conservación.El recinto circunda totalmente la villa, cubriendo una longitud de algo más de un kilómetro. Están construidas con fuerte argamasa y sillarejos. Muestran, de trecho en trecho, cubos otorreones de refuerzo adosados a los lienzos de la muralla propiamente dicha que en su base presentan saeteras. Sólo dos de los cubos conservan las molduras que los adornaban en su cúspide. Tres de las cuatro puertas que dan acceso al pueblo se presentan cómo proyecciones con dobles portalones reforzadas por cubos. Curiosamente las dobles puertas se cierran por el interior de la proyección, por lo que las murallas permitían tanto defender la villa de ataques externos cómo para encerrar a la población, en el caso de desavenencias con el señor de la villa.
El castillo de Palazuelos fue mandado construir por el Marqués de Santillana y su estilo recuerda mucho al de Manzanares el Real (atribuyéndose su obra a Juan Guas, autor de éste y de otros castillos de los Mendoza). La fábrica del castillo se alza inserta en la muralla, en su costado noreste. Le rodea una barbacana baja a la que se accede desde la villa por una puerta que tuvo puente levadizo. El recinto interior tiene un paseo de ronda con torres en los ángulos y gran torre del homenaje adosada al muro del poniente. En la actualidad es una propiedad privada, la Torre del Homenaje ha sido reconvertida en vivienda particular y se siguen realizando distintos trabajos de restauración. No admite visitas.
El 15 de junio de 1951, se declara monumento Histórico-Artístico al Castillo y Murallas de la Villa de Palazuelos, reconociéndose así su interés nacional. Esta declaración fue completada con la de Bien de Interés Cultural por decreto, 19/2002 de 22 de enero de dicho año, de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.


Para entrar en el pueblo hay que acceder por la Puerta de la Villa, siempre y cuando el coche no sea demasiado grande.
Merece la pena desviarte de la carretera para hacer una pequeña visita y tomar estas bellas fotografías.

miércoles, 26 de octubre de 2016

LAS DOS ESPAÑAS, ¿TODAVÍA ?



He leído hace poco unas consideraciones que decían: "La honradez es mejor que la corrupción, pero la corrupción es mejor que la violencia y son menos dañinos los corruptos que los odiadores.
España empezará a madurar el día en que se empiece a castigar electoralmente a quienes hacen política con el odio. No quiere esto decir que la corrupción no sea un grave problema, sólo que los hay aún peores. No nos pueden dejar elegir sólo entre odio y corrupción"
Quedé perplejo. Si ya es difícil cuantificar la corrupción, me parece bastante más difícil hacerlo con el odio. ¿Cuál es la unidad de odio? Creo que no existe, pero lo mismo que, generalizando, la corrupción se asocia al poder, el odio se le achaca a los marginados. La corrupción, dicen, es de la casta y el odio de los desarrapados, es decir, los de derechas son los corruptos y los de izquierdas, los odiadores.
Yo creo que España podrá empezar a cambiar cuando las urnas destierren definitivamente a los corruptos; esos que se han apropiado de millones de euros que deberían haberse dedicado al bien común, al bienestar de todos; esos que se han ido haciendo "odiosos" para los que han sido los perjudicados. 
Claro está que la corrupción también se esconde en los que no son poderosos. También es corrupto el que evita pagar el IVA, el que hace sus chapuzas mientras cobra el paro, y cosas por el estilo; pero creo que existe una "pequeña" diferencia entre estas corrupciones y los millones de euros de Barcenas, Pujol y compañía. ¡Esos si que saben robar!
También, por supuesto, hay diferencias en lo del odio. Los pobres, los de la izquierda, son maestros en el odiar. ¡Menuda diferencia con el "amor fraterno" que destilan los ricos, los de derechas, éstos no odian... simplemente ignoran a los demás. 
El señor Blesa y el señor Rato seguro que no odian a los "preferentistas" de Bankia (aunque posiblemente los ignoren); pero también parece lógico que éstos los consideren a ellos "odiosos" y obren en consecuencia. ¡Y hasta los insultan en la puerta de los juzgados! ¡Eso si que es un mal ejemplo para nuestros jóvenes!
Y es que, parece ser que estamos condenados a las dos Españas... de las que nos vienen hablando desde la Guerra Civil; una es la España de los que defienden el Neoliberalismo económico, o sea, los de derechas de toda la vida, y la otra, de los que "odian" esta forma de entender la sociedad, a los que llaman "populistas", "mindundis" o simplemente "de izquierdas".
Y una de ellas, como ya dijo Antonio Machado, a todos los españolitos,  ha de helarnos el corazón.

lunes, 24 de octubre de 2016

UNA VISITA AL VALLE DE LOS CAÍDOS.


Un grupo de amigos nos acercamos hace unos días al Valle de los Caídos. Todos habíamos estado allí, pero hacía muchos años y ya casi no nos acordábamos de muchos de los detalles que íbamos descubriendo.
Después de tantas controversias que durante los últimos años se han vertido sobre el lugar, podemos decir que Cuelgamuros no es solamente un santuario construido para que los odios de la guerra cedieran el paso a la memoria y veneración de los que en ella murieron soñando con una España mejor; su conjunto, asombroso en estos tiempos, encierra también numerosas obras, especialmente esculturas, cuya realización fue encomendada a artistas de conocida fama que, al llevar a efecto su encargo, realizaron espléndidas obras de arte, dignas del lugar y del motivo para el que fueron proyectadas.


Ya el conjunto de la Basílica y el risco sobre el que fue construida, representa un maravilloso concepto de perfecta unión del arte y la naturaleza. y si en un primer momento; la contemplación de la cruz monumental, alzada en el centro de un valle de singular belleza, mueve a la emoción, la contemplación de las obras que allí dejaron sus creadores, son un motivo de admiración, por la belleza y armonía de sus líneas y la serenidad y emoción religiosa de sus figuras.
Vaya en primer lugar lo que desde el exterior de la Basílica puede contemplar el visitante. Sobre la puerta de entrada, la imagen de la Virgen Dolorosa que tiene en sus brazos al primer caído de la vida, su hijo Jesucristo, consagró para la inmortalidad del nombre de su autor, el gran escultor Juan de Avalos. Imagen dramática en la que se aúnan la serena angustia de la Madre y la patética muerte del Hombre al que Dios unió su naturaleza divina. Símbolo de todas las madres que vieron el cuerpo de su hijo-soldado muerto en los campos de España.


Juan de Avalos nació en Mérida en 1911.Autor de famosos monumentos, había ya consagrado su nombre con el que en Teruel se alzó sobre el sepulcro de los Amantes. Numerosas obras, en todo el mundo, testifican la alta inspiración y el oficio genial, de este escultor.


Pero si la imagen de la Dolorosa hubiera sido bastante para conquistarle la fama, hay otras cuatro esculturas, al pie mismo de la cruz, que son otras tantas muestras de su genio. Figuras gigantescas de los evangelistas, Juan, Lucas, Marcos y Mateo, se levantan como si sus hombros -su obra- fuesen el pedestal inamovible de la Cruz de Cristo. De indudable escuela miguelangelesca, la grandeza y magnitud de estas estatuas, en perfecta armonía con el conjunto de la obra y la magnitud del risco sobre el que se alza, son una muestra del espíritu de Juan de Avalos que en alguna ocasión manifestó que su deseo hubiera sido, no poner sus figuras sobre la montaña, sino convertir esta en gigantesca Dolorosa.


En una mañana luminosa en los albores del otoño madrileño, en la explanada de la basílica parecían oírse las notas del “Cara al sol”, “Montañas Nevadas” y otras canciones falangistas que han debido quedar impresas en el granito que surge del bello paraje de la sierra madrileña.


Os dejo una serie de fotografías que hice durante la vista de los exteriores del monumento, y solo una –robada- del interior, donde, incomprensiblemente no dejan hacer fotografías.


Las fotos son de m.carrasco.m (Para asumir las responsabilidades que se puedan derivar)