miércoles, 26 de octubre de 2016

LAS DOS ESPAÑAS, ¿TODAVÍA ?



He leído hace poco unas consideraciones que decían: "La honradez es mejor que la corrupción, pero la corrupción es mejor que la violencia y son menos dañinos los corruptos que los odiadores.
España empezará a madurar el día en que se empiece a castigar electoralmente a quienes hacen política con el odio. No quiere esto decir que la corrupción no sea un grave problema, sólo que los hay aún peores. No nos pueden dejar elegir sólo entre odio y corrupción"
Quedé perplejo. Si ya es difícil cuantificar la corrupción, me parece bastante más difícil hacerlo con el odio. ¿Cuál es la unidad de odio? Creo que no existe, pero lo mismo que, generalizando, la corrupción se asocia al poder, el odio se le achaca a los marginados. La corrupción, dicen, es de la casta y el odio de los desarrapados, es decir, los de derechas son los corruptos y los de izquierdas, los odiadores.
Yo creo que España podrá empezar a cambiar cuando las urnas destierren definitivamente a los corruptos; esos que se han apropiado de millones de euros que deberían haberse dedicado al bien común, al bienestar de todos; esos que se han ido haciendo "odiosos" para los que han sido los perjudicados. 
Claro está que la corrupción también se esconde en los que no son poderosos. También es corrupto el que evita pagar el IVA, el que hace sus chapuzas mientras cobra el paro, y cosas por el estilo; pero creo que existe una "pequeña" diferencia entre estas corrupciones y los millones de euros de Barcenas, Pujol y compañía. ¡Esos si que saben robar!
También, por supuesto, hay diferencias en lo del odio. Los pobres, los de la izquierda, son maestros en el odiar. ¡Menuda diferencia con el "amor fraterno" que destilan los ricos, los de derechas, éstos no odian... simplemente ignoran a los demás. 
El señor Blesa y el señor Rato seguro que no odian a los "preferentistas" de Bankia (aunque posiblemente los ignoren); pero también parece lógico que éstos los consideren a ellos "odiosos" y obren en consecuencia. ¡Y hasta los insultan en la puerta de los juzgados! ¡Eso si que es un mal ejemplo para nuestros jóvenes!
Y es que, parece ser que estamos condenados a las dos Españas... de las que nos vienen hablando desde la Guerra Civil; una es la España de los que defienden el Neoliberalismo económico, o sea, los de derechas de toda la vida, y la otra, de los que "odian" esta forma de entender la sociedad, a los que llaman "populistas", "mindundis" o simplemente "de izquierdas".
Y una de ellas, como ya dijo Antonio Machado, a todos los españolitos,  ha de helarnos el corazón.