lunes, 22 de febrero de 2016

NACIONALISMO DESINTEGRADOR. I

“Nacionalismo desintegrador” es el título del artículo elaborado por el Equipo enLIZA en el que se analizan no tanto las perjudiciales consecuencias de la independencia de hecho para los propios catalanes sino, sobre todo, los efectos desintegradores para la sociedad española, coste que en ningún caso justificaría el hipotético beneficio de tal independencia.
Ya he hablado en otras ocasiones del Equipo enLIZA y de su coordinador Juan Vazquez, de los que he publicado algunos de sus trabajos. Hoy inicio una serie de 4 capítulos en los que se desarrollan sus conclusiones sobre este asunto de plena actualidad política y social en nuestro país.

1.- El derecho a decidir: el gran eufemismo

El derecho a decidir se convirtió en los últimos tiempos en el eufemismo más utilizado por los independentistas catalanes y por aquellos partidos que juegan a cualquier baraja con tal de obtener algún dividendo electoral. Se trataría de evitar a toda costa la utilización de la correcta denominación de lo que quieren conseguir los independentistas: el derecho a la autodeterminación y la secesión subsiguiente.
El derecho a decidir suena muy bien, por lo que cumple con la finalidad ocultar las verdaderas relaciones políticas, edulcorando la realidad y evitando pronunciar un concepto demasiado bronco que ponga en guardia a electores bienpensantes, encandilados con algo tan natural y tan consustancial con la democracia como es el derecho a decidir.
En democracia el derecho a decidir lo tenemos todos y no puede excluirse a ningún grupo de ciudadanos, ni reservarse en exclusiva a quienes habitan un determinado territorio, salvo que así lo dispusieran las leyes. Los ciudadanos catalanes tienen derecho a decidir -en plena igualdad con el resto de ciudadanos de otros territorios- sobre las cuestiones que afectan a todo el Estado español: Cambios constitucionales, presupuestos generales del Estado, leyes civiles, penales y administativas, etc. De la misma manera los ciudadanos del conjunto de España tienen derecho a decidir sobre todo lo que afecta al ordenamiento jurídico en Cataluña, excepto en las materias constitucionalmente transferidas y, por supuesto, tienen derecho a decidir sobre la integridad territorial de España.
El derecho a decidir -en concordancia con la demagogia- podría (¿por qué no?) atribuirse a cualquier comunidad autónoma, provincia, municipio, barrio, o a comunidades de vecinos, comunidades religiosas, deportivas, etc. etc. Una comarca o un municipio catalán -según los defensores del derecho a decidir- podría decidir permanecer en España, pero esta posibilidad no parece que sea aceptada por los independentistas, ni tampoco indican si la futura constitución catalana contemplará el derecho a decidir de los municipios o entidades territoriales de Cataluña.
Pero llevado al límite el derecho a decidir por qué no reconocer el derecho individual a decidir sobre el pago de impuestos, o el derecho a decidir para pagar o no pagar las deudas contraídas...o las multas de tráfico ¿por qué no?.
El derecho a decidir es un concepto polisémico, que puede significar cualquier cosa o, de otra forma, cada persona puede atribuirle el significado que le parezca más oportuno. Esto es análogo a lo que ocurre con palabras tan manidas como patria, justicia, libertad, ética, etc. etc. que tienen el significado que cada individuo quiera otorgarles.
En realidad el derecho a decidir -si se equipara al derecho de voto- está perfectamente establecido en cualquier democracia y regulado en las normas electorales en las que se especifica el derecho de sufragio activo y pasivo, condiciones de electorabilidad y elegibilidad, distritos electorales, tipos de elecciones, etc.
Pero para que el sofisma sea completo hay que mantener que el derecho a decidir es exclusivo de los nacionales de Cataluña: Catalunya será lo que quieran sus ciudadanos -dicen ciertos dirigentes-, en otras palabras, el resto de los nacionales del conjunto de España quedan desprovistos del derecho a decidir, aunque sea sobre un tema fundamental como es la integridad del territorio nacional. Para los independentistas y los partidarios del derecho a decidir, ellos y solo ellos, tienen derecho a decidir sobre la integridad del territorio nacional -porque no es otra cosa lo que se decide- mientras que al resto de españoles solo les queda asentir sin más.
El otorgamiento del derecho a decidir de unos supone el expolio del derecho a decidir de los demás -la mayoría de los españoles-. Pero no olvidemos que la imposición de la voluntad de la minoría sobre la de la mayoría no es otra cosa que la esencia de una dictadura.

Grupo enLIZA
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